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Sólo durante el sexo
por Sandra Lustgarten / Noviembre 15 de 2007


Las mujeres suelen quejarse que sólo en el momento de intimidad los hombres dicen que las aman. Cómo ven esta situación ambos miembros de la pareja. Qué hacer para evitar el conflicto

Ellos nos dicen que nos aman. Es notable como, en el momento previo a eyacular, dicen: "te amo", y para nosotras esa palabra nos exalta y llena de ilusión, pero cuando lo queremos reconfirmarla es como si nada hubiese pasado.

Algunas mujeres dicen que el hombre durante el sexo siempre dice "te amo", pero que es por la situación misma. Hasta parece consecuente con la intensidad de placer que siente durante la relación sexual, ya que minutos después casi no recuerda que lo dijo.

Claro que el varón siente el amor y lo expresa de diferente manera que la mujer. La mujer suele valorar más que el varón le diga que la ama en todas las circunstancias independientes al sexo. Sin embargo, para muchas esta declaración durante el sexo las hace sentirse seguras y desterrar la idea de que pudiera haber una tercera persona en cuestión.

En la actualidad, este tipo de declaración suele ser sumamente intensa, ya que revela el enamoramiento de parte del hombre. Debemos considerar que muchos varones (y no me refiero a aquellos que son menos expresivos y les cuesta conectarse con los propios sentimientos) temen expresarse por inseguridades propias, como la de creer que si declaran su intenso amor quedarán controlados por su pareja y ésta se aventajará. Por lo tanto, prefieren no ser muy demostrativos y ocupar el lugar de que para enamorarlo hay que enfrentar los desafíos.

Las mujeres, para hacer el amor, necesitan sentir una emoción fuerte, ya sea una intensa atracción o el sentimiento de entrega absoluta como expresión del amor. A veces lo repiten tantas veces que pierde sentido, suele instalarse esta palabra como lo esperable y pierde connotación.

En cambio, en el caso de los varones esta expresión es algo que se hace desear, por eso cuando lo dice adquiere una sobredimensión en cuanto a la interpretación femenina. La mujer -que es más idealista- ya se siente con todo un terreno ganado y pretende avanzar más en la relación, con la idea de ir concretando situaciones y formalizar lo que aún no está claro. Y muchas no entienden por qué cuando se abalanzan y quieren hablar de otros temas tienen por respuesta la negación, si durante la relación sexual él le dijo que la amaba: "Si realmente me amás por qué no querés convivir, y me decís que no estás preparado". Suena a doble mensaje y no se puede comprender. Aparece entonces un sentimiento de duda y falta de credibilidad, hasta algunas mujeres sienten el temor de que con todas las que estuvo ha sucedido lo mismo.

La naturaleza masculina tiende a evitar comprometerse demasiado con lo que dice. Seguramente son más cautelosos, y esto puede ser consecuencia de la impaciencia femenina.

Los sentimientos no sólo merecen ser hablados. Los sentimientos se expresan a través de las conductas y los actos: decir "te amo" y demostrar lo contrario lleva a que pierda fuerza esa declaración. Lo que pasa es que las mujeres son más sensibles a las palabras que a los hechos, por eso cuando lo que se expresa es un sentimiento de rechazo o una palabra hiriente la mujer tarda en recomponerse, a la espera de una contradicción manifiesta de lo que le han dicho.

Asimismo, ellas reaccionan rápidamente ante las ofensas y son más susceptibles. En cambio, un hombre puede perdonar más fácilmente una palabra hiriente y tomarlo como una reacción que responde a un enojo o al disconformismo, con la certeza que rápido pasará la bronca.

En consulta, las mujeres muchas veces manifiestan lo heridas que se sienten por un reclamo o una petición que no se condice con su forma de ser, y hasta reprochan el hecho de que su pareja, después de decirle "te amo" durante la relación sexual, acomodó su fin de semana libre para estar con sus amigos dejándola de lado, lo que ha sido sentido como un abandono.

Esto demuestra que la mujer necesita que los dichos tengan una correlación directa con las actitudes. Por ejemplo, esperan un "te amo, hoy me quedo con vos todo el día, no quiero dejarte sola". Sin embargo, para la jerga masculina el haber expresado este sentimiento merece, en calidad de "agradecimiento", permisos para poder hacer y deshacer a su antojo; "si le dije que la amo, ¿por qué le molesta que salga con mis amigos?". El premio para el varón, que cree que merece una recompensa y no un castigo.

Estas actitudes dan lugar a cientos de conductas generadoras de un conflicto en la pareja. Y llega el momento en el que los varones se plantean y reflexionan acerca de cada expresión por temor a dar lugar a un conflicto. Entonces, la mujer se pregunta por qué ya no le dice más que la ama y comienza a replantearse y cuestionarse sobre la falta de amor, caricias y palabras dulces, pero además se empieza a resentir.

Es difícil entender la compleja y diferente gama de respuestas entre géneros, y las contradicciones que existen, sobre todo en el ámbito de las emociones. Claro que la dificultad se origina en la educación, ya que los varones son educados de manera que puedan expresarse en forma viril, y la mínima insinuación de una emoción los mostraría vulnerables, débiles o afeminados según nuestra cultura. Por eso crecen con esta desvalorización respecto a los sentimientos.

Mi consejo al respecto es que las mujeres deben detenerse a evaluar más los actos que las palabras del varón, leer las conductas entendiendo que el aspecto protector del hombre, de cuidado para con una, atenciones, preocupación, la mirada, etcétera, expresa un verdadero sentimiento amoroso.

 

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