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Publicado por
@NAMYHOJA

27/02/2009#N25503

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Es obvio….

Cuantas cosas damos por sentado….
Cuantas oportunidades hemos perdido por no preguntar o pedir…
Cuantos malos entendidos por no decir… o decir indirectamente…
Cuantos amores hemos dejado pasar…
Cuantos enojos por presuponer lo que el otro piensa, por interpretar sus acciones con información limitada, por simplemente, no saber…

Cada vez que nos decimos que algo es obvio, estamos cerrando una puerta. Nada es obvio, nadie piensa en cabeza ajena, ninguna persona puede hacer deducciones con información escasa o con información de fuentes dudosas…

Si no le digo a mi amigo que me molesta que no me haya llamado, él nunca va a saber por qué tengo cara de enojada cada vez que nos vemos. Me digo que es obvio que tiene que darse cuenta de que estoy mal por eso, pero es muy probable que en medio de sus ocupaciones, él ni siquiera haya reparado que tenía que llamarme. Y como yo no pregunto por qué no llamó, y él no me pregunta por qué tengo esta cara (posiblemente él se diga que es obvio que debo estar cansada por mucho trabajo), seguimos cada uno con su vida, acumulando rencores y conversaciones no tenidas.

Es obvio que tu marido debería saber que te gustan las flores.
Es obvio que tu jefe tiene que entender que con lo que te paga no te alcanza.
Es obvio que tu hija tiene que saber que eso no se hace.
Es obvio que tu madre tiene que darse cuenta de que ya eres grande y puedes hacerlo solo.
Es obvio que alguien tiene que ocuparse de eso.
Es obvio que mi amiga tiene que notar lo que me pasa.
Es obvio que mi vecino tiene que saber que yo a esta hora descanso y la música me molesta.
Es obvio que tus clientes tienen que saber que tú quieres venderles.
Es obvio que … (¿Puedes continuar la lista con tus “Es obvio”?)

Vivimos en Obviolandia, y después nos preguntamos qué sucedió con esa relación, por qué nos distanciamos, cómo es que falló el negocio.

Nos movemos como entidades aisladas, cada uno con su propia versión de las situaciones, sin chequear la realidad de los demás.

Por eso, ante la duda… preguntemos.
Ante la confusión… aclaremos.
Ante la falta de claridad… acerquémonos.

Nunca, nunca algo es obvio; nunca, nunca sabemos todo.

Dejemos de interpretar… Validemos al otro y a sus actitudes, interesándonos por ellas, o comunicando lo que realmente sentimos o pensamos.

Es obvio que de esa manera, vamos a llevarnos mucho mejor, y vamos a evitar más de un problema, ¿no es cierto?

(¿Es obvio? Ufff…. Ya no sé… por las dudas, ¡mejor te pregunto!)

Laura Szmuch


 

 

 

 

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