CHILPERICO (CUENTO)


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Publicado por
@CECILYA

03/01/2010#N30144

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DEL LIBRO DE SANTIAGO VARELA BIOGRAFÍAS ESPANTOSAS (2)-CECILYA

Esta es la historia de un rey bárbaro, muy bárbaro del siglo VI. Se llamaba Chilperico y fue uno de los cuatro hijos del rey Visigodo Clotario I famosos todos ellos por sus abusos excesos y tropelías. Sin embargo estos tipos estaban muy orgullosos de ser tan brutos porque sabían que con sus acciones estaban cimentando lo que luego se daría en llamar la "Civilización Occidental y Cristiana"
A la muerte de Clotario sus hijos se repartieron el reino franco en cuatro mini reinos, a Chilperico le tocó el reino de Neustria, que era el más chico, detalle que al tipo no le gustó mucho, enojado desvalijó el tesoro real que había sido de su padre quedándose con todo el oro y ocupando Paris. Tenía 22 años y ya se desenvolvía bastante bien por la vida. Obviamente sus hermanos se enojaron y todo hubiera quedado como una simple disputa familiar, si no fuera porque en lugar de no saludarse por un tiempo o de no prestarse el caballo, sacaron sus ejércitos e iniciaron una cruenta guerra fratricida. Guerra que terminó obligando a Chilperico a conformarse con lo que le había tocado. Digamos que además de hacer la guerra Chilperico era un muchacho muy enamoradizo, en esto también salía a papá Clotario, quien supo tener sus historias. Para ese entonces, Chilperico estaba casado con una bella dama una tal Audovera. Pero la chica cometió un error fatal,  llevó para su servicio a una joven hermosa de nombre Fredegunda, así fue que mientras Audovera le daba 4 hijos Chilperico se volvía loco con Fredegunda a quien transformó en su amante tiempo completo. Es probable que Audovera esposa sumisa aceptara esta situación, pero no Fredegunda que además de ser bastante perversa, no quería ser la segunda de nadie. Para sacarse el problema de encima Chilperico confinó a su conyuge en un convento. Pero Fredegunda que como habíamos dicho era muy mala, previendo que a la otra se le pudiera ocurrir volver la mandó asesinar. Mientras Chilperico flamante viudo y Fredegunda retozaban de lo lindo las malas lenguas comenzaron a murmurar que era muy poco distinguido que un rey tuviese en su cama a una criada. Ponían como ejemplo a Sigiberto su hermano que había pedido la mano de Brunequilda, la hija de Atanagildo rey Visigodo de España con quien se casó delante del obispo, ella virgen y el bañadito, dos cosas muy difíciles de encontrar en los reinos francos de aquella época. A Chilperico las habladurías le picaban en la piel. Porqué? iba a ser él menos que su hermano? ni lerdo ni perezoso mandó un mensajero a hablar con el rey Atanagildo para preguntarle si no tenía otra princesa a mano. Y efectivamente la tenía se trataba de Galsvinta, la hermana de Brunequilda. El problema era que Galsvinta tenía noticias de que Chilperico era un verdadero cerdo y no lo quería ver ni en figuritas. Sin embargo Chilperico como buen bárbaro insistió y como parte de esa insistencia ofreció regalarle Joyas, oro y 5 ciudades entre ellas Burdeos y Limoges. Si bien el rey Atanagildo y su hija Galsvinta sabían que Chilperico no era arriano como ellos, sino que era católico y además cruel, disoluto, avaro y lujurioso, tampoco pudieron dejar de considerar que 5 ciudades en Francia  con sus tierras y sus habitantes podían dulcificar esas pequeñas falencias.. Finalmente Galsvinta. y su lujosa comitiva partieron de Toledo rumbo a Rouen donde la esperaba Chilperico de punta en blanco. Al recibirla en el castillo el rey le juró que no volvería a tocar a ninguna otra mujer declaración ésta que provocó ataques de tos e hipo. Entre los cortesanos presentes. Detrás de las cortinas Fredegunda, ahora ex concubina, se limaba las uñas mientras preparaba su regreso al trono, seguramente via cama matrimonial. Al comienzo todo fue de maravillas el Chilpe y la Galsvinta formaban una parejita deliciosa. Pero había un detalle: Fredegunda seguía viviendo en el Castillo y obviamente cada tanto se cruzaba con Chilperico, situación que ella aprovechaba para desplegar todas sus armas de seducción que parece que eran muchas y variadas. Hasta que un día pasó lo que todos esperaban que pasara. Chilperico salió de su cama a caminar por el castillo y terminó metiéndose en otra cama Cuando Galsvinta se despertó y lo único que encontró de su marido fue la almohada, supo que ya nada sería como antes. Enojadísima le reprochó a Chilperico su actitud y éste como buen marido bárbaro le ordenó que se fuera calladita a su cuarto, que esa noche arreglarían todo, la estranguló y luego llamó a Fredegunda para seguir como antes. Cuando Brunequilda la hermana de la finadita se enteró del asesinato, juró que se vengaría. Convenció entonces a Sigiberto su marido y hermano de Chilperico de formar un ejército y atacarlo. Así lo hicieron y cuando estaban a punto de vencerlo, Fredegunda logró asesinar a Sigiberto y salvar a su señor y amante. Brunequilda viuda reciente inistió y elaboró entonces un plan maquiavélico: Sedujo al propio hijo de Chilperico, su sobrino, un tal Meroveo e hizo una alianza con él en contra de su padre, que incluía el casamiento de ambos. Pero Chilperico se adelantó y en una batalla estaba ya por vencerlo, cuando meroveo al verse acorralado por papá. Se suicidó. Un verdadero dramón!!!
Una mañana del año 584 Chilperico antes de salir del castillo, entró a la cámara de Fredegunda sin que ésta lo viera y escuchó que ella preguntaba “Eres tú Landry, ven el Rey ya se ha ido “ El Chilpe hombre con mucha calle, no dijo nada, dio media vuelta y se marchó. Ella mujer astuta también se dio cuenta de la Gaffe. Poco tiempo después Chilperico moria asesinado y el hijo más pequeño que había tenido con Fredegunda, de tan sólo 4 meses de edad subió al trono como Clotario II y su madre como Regente.
Y así termina la historia de Chilperico y su familia, la que según algunos inspiró la historia de los Nibelungos. Como colofón anotemos que Chilperico en los tiempos libres que le dejaban las guerras y las mujeres quiso añadir 4 letras al alfabeto latino, lo que por suerte para los estudiantes no pudo lograr.
 

 

Comentarios

@AGUSTIN

04/01/2010



Muy buena historia ¡Otra! ¡Otra!

Agustín:)