La venganza de Marita Reyes


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Publicado por
@VIVIANSIL

24/06/2014#N47285

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La tarde desplegaba sus mejores luces de verano en la casa celeste, número 228 de la calle 17. Allí Marita Reyes, como todas las tardes, disponía de sus ollas, cocina, muñecas y otros enseres en miniatura y se entregaba a la deliciosa tarea de preparar sopas y pucheros, ropa para sus muñecos y demás tareas como cualquier niña de apenas cinco años. Hipnotizada por semejantes ocupaciones Marita podía olvidar y hasta desoir las  ruidosas discusiones que rigurosamente mantenían con asiduidad  su madre y su abuela.Y así Marita podía disfrutar de ese mundo, lejos del otro mundo incomprensible que dividía a  los adultos.

Una tarde,  a una sesión de juegos de la niña y sin invitación alguna se sumó el vecino de la casona que daba a los fondos de la casa de Marita.

-Qué hermosa niña, dijo el hombre observandola con los brazos apoyados sobre la pared lindera.

Marita alcanzó a ver la cara de César Balbuena apenas giró la cabeza sobre sus hombros y la sola mirada del hombre, su rostro oscuro, su blanca sonrisa, lograron provocarle el mayor de los terrores.  El mayor de sus terrores y el mayor de sus enojos. Pese a ello la niña continuó revolviendo meticulosamente con el cucharón las ramas, hojas y agua embarrada que oficiaban de sopa de verduras intentando controlar sus sensaciones mientras el infeliz agregaba sonriendo:

-Qué hermosa niña y cómo juega…

Esa noche Marita le relató a su madre la secuencia. Su abuela que también oyó el relato de la nena se animó a decir “Es el Balbuena que recién salió de la cárcel junto a los otros vagos que dejaron en libertad por la amnistía, pobre madre.”

A partir de ese momento Balbuena se convirtió en el fantasma más temido y odiado por Marita. Balbuena la perseguía en sus pesadillas, Balbuena la obligaba a esconderse debajo de la cama cuando su madre la dejaba sola, Balbuena la espiaba en la despensita de la casa, por una ventana muy pequeña cuando ella jugaba a la almacenera. Balbuena.

Una mañana en que su madre había salido a hacer  mandados Marita alcanzó a escuchar desde su dormitorio ruidos que provenían de la cocina, ruidos de tazas movidas sin querer, ruidos de pasos agazapados, ruidos de respiración entrecortada. Rápidamente saltó hacia el placard haciéndose muy pequeña y pudo esconderse allí y esperar hasta que su madre regresara.

En ocasiones, cuando las discusiones en la casa empujaban a Marita a esconderse en el galponcito de la casa, la niña asomada a la ventana descubría horrorizada el rostro oscuro y la sonrisa blanca de Balbuena asomando por la pared lindera observándola. Fuera de control salía del galponcito para refugiarse en la casa y contar lo sucedido a los mayores. El relato de la niña entre Las miradas incrédulas y dudosas de los adultos lograban distender las trifulcas familiares.

Pasados unos años,  un mediodía en que Marita volvía de la escuela  al ingresar a la casa celeste, número 228 de la calle 17, fue interceptada por dos policías:

-Nena, necesitamos pasar a la casa del fondo, ¿podemos entrar?

-Sí, vengan por acá.

Y muy tranquilamente los condujo por un pasillo largo, oscuro y húmedo hacia el patio de la casa. Allí Marita pudo ver a César Balbuena, subido al techo a dos aguas de su casa, intentando  inútilmente  escapar de la decena de policías que lo rodeaban, ahora también dispuestos estratégicamente en los fondos de la casa de Marita.

(-Entregate Balbuena, estás rodeado. Alcanzó a decir uno de los milicos de la bonaerense apuntándolo con el arma.)¿Lo pongo, lo saco?, Camila dice que resulta inverosímil.

La chica miró a los policías que se disponían a concretar la cacería, miró por última vez el rostro desesperado de Balbuena haciéndole recordar el horror que ella misma había sentido cuando lo conoció, e ingresó a la cocina de su casa. Adentro su madre y su abuela se habían encerrado aterrorizadas. Marita las miró sin intentar comprenderlas demasiado, se dirigió hacia su dormitorio, se sacó la mochila del colegio que le pesaba demasiado, se miró al espejo, vio la cama vacía de su hermano, lo extrañó como cada semana que volvía al internado y se dispuso a sentir el alivio que provoca a los mortales haber podido vencer al menos a uno de sus  más temidos fantasmas del pasado.

Esto es un súper borrador de algo que estoy escribiendo. Les propongo que me ayuden con sus opiniones y aportes, antes de ir al taller.  Desde ya muchas gracias.

Viviana

 

 

Comentarios

@GISELLE

24/06/2014



Muy bueno....pero quiero seguir leyendo la historia de Marita....y cuál será su venganza...dále VIVI !!!  
@KUKITYTA

24/06/2014



Muy lindo Vivi.

Mi sugerencia: tengo la sensacón que hay varias historias dentro de esta historia que se podrían desarrollar separadamente como pequeños cuentos o quizás como ramas del mismo cuento . La de la madre y la abuela, la del hermano, la de Balbuena. Está muy bien narrado, atrapas la atención y dan ganas de seguir leyendo.

Te felicito, Ruth

   
@CECILYA

24/06/2014



Si Vivi,  coincido con Kuki, tu estilo engancha y no es poca cosa, porque anima a continuar leyendo. Si bien mi opinion no es autorizada como crítica, sólo a nivel de asidua lectora señalo, los temas que más me atraen y este justamente es uno, me gustan los conflictos internos,que son capaces de crear las personas producto de su imaginación, la soledad que sufre la niña a pesar de estar rodeada y los conflictos profundos que hay en las familias y por supuesto lo que señala Kuki acerca de las muchas historias adyacentes que supiste mostrar que tambien invitan a conocer,Narrás lindo Cecilya   
@SUSANAGRACIELAG

24/06/2014



Me atrapó la historia y no es fácil mantener mi atención. Quiero seguir leyendo, al igual que todas.

Al igual que Ceci y Kuki, veo historias para explorar: la relación con el hermano, el conflicto entre madre y abuela y lo que a ella le genera. También me gustaría saber lo que le pasa a ella cuando cruza su mirada con la desesperación de Balbuena.

QUIERO MÁS!!!!!

abrazo

Su  
@VIVIANSIL

24/06/2014



Chicas:

es apenas un primer relato. Si bien tenìa en mente la posibilidad de escribir otros relatos me resulta muy convocante todo lo que me estàn sugiriendo. 

Esto que decìs Kuky de la posibilidad de otras historias en ramas. Las tenía en mente pero no con tanta claridad.

Lo de Cecy en relación al modo de relatar.

El modo como Gise, Silvia, y Susana quedaron atrapadas.

En suma, les agradezco muchísimo los aportes. Me están dando muchas ideas y mucho incentivo para seguir.

Les confieso que es una actividad que me ocupa mis viajes al trabajo en colectivo, se me ocurren ideas en caminatas diarias de escuela en escuela, a la noche antes de irme a dormir, en fin. Es un trabajo hermoso y que disfruto mucho.

Tratarè de continuar y mejorar.

Besos a todas!!! Vivi.  
@LAU58

24/06/2014



Me encantó Vivi tu trabajo. Me puse ansiosa por la historia de Marita, tengo ganas de seguir leyendo.

Tu relato me hizo acordar a un sujeto que vivía cerca de mi casa de la infancia..que daba miedo a las chicas y que tenía un pasado de cárcel.

Besotes