Una mujer, un mar en calma


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@DANTEX

18/10/2014#N49226

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Yo heredé de mi madre
sus ojos color marrón,
su pelo tan renegrido,
y su gran corazón.

De las cosas materiales
con nada me quedé yo,
pues esas son banales,
cosas sin ningún valor.

Alguna fotografía,
que le tomé algún día.
Estaba muy sonriente,
y a Dios agradecía.

Las cosas que le dolían
con ella se las llevó,
dolor y sufrimiento,
a mí no me los mostró.

Heredé su misma sangre,
sus virtudes y defectos.
Su vigor, su fortaleza,
ella también me las dejó.

Su bondad y su ternura,
esas me las regaló,
estando ella con vida
siempre me las entregó.

Los recuerdos que tengo
los llevo en el corazón,
el amor que me brindaba,
lo conservo aún hoy.

Es la herencia más grande
que pudo haberme dejado,
durante toda mi vida
la seguiré conservando.








Poema publicado en el libro "Una mujer, un mar en calma" de Arjona Delia.
Todos los derechos reservados.
Copyright ©09/10/2009 by Arjona Delia
 

 

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