Día Mundial de la Naturaleza: El colibrí algunas especies

Dicen que los colibríes traen alegría a tu casa cuando se posan en tu jardín... Los mayas, más viejos y sabios, cuentan que los dioses crearon todas las cosas de la Tierra. Y a cada animal, a cada árbol y a cada piedra le encargaron un trabajo. Pero, cuando ya habían terminado, notaron que no había nadie encargado de llevar los deseos y los pensamientos de un lado a otro. 

El colibrí no es un pájaro cualquiera, es un milagro. Han estudiado cómo mueve las alas a cámara lenta, ¿y sabés que han visto? Que lo hace con los extremos de las alas formando un 8 tumbado. Y sabés que significa ese símbolo en matemáticas: el infinito. 

Ya de por sí ver a los colibríes es algo raro e insólito, ver la construcción de su nido, la puesta de los huevos, el nacimiento y posterior crecimiento de éstas bellas aves, me deja maravillada. Es asomarnos a algo único, al maravilloso mundo de los colibríes y ser espectadores del milagro de la vida. 

Los colibríes poseen un secreto muy bien guardado, que se reveló en videos de muy alta velocidad: su lengua no funciona como un popote, como se pensaba hasta ahora, sino como una trampa de líquidos.

El colibrí puede rotar sus alas en círculos. Gracias a esta especial cualidad, es la única ave que puede volar tanto hacia delante como hacia atrás.  

La esperanza de vida que poseen estas avecillas es alta, pese a su intenso metabolismo, pero nos dan una sensación de que la naturaleza se expande y se maravilla ante ese pequeñito ser inofensivo. 

Para ahorrar energía, ellos reposan el 70% del tiempo y si hace frío, también entran en una especie de sopor, letargo que les hace bajar la temperatura del cuerpecillo para poder sobrevivir al adverso clima. 

Pueden beber el doble de su peso corporal en néctar, pues su metabolismo acelerado se lo requiere. 

Una hembra colibrí, alimenta dos veces por hora a sus pequeñísimas crías, con la delicadeza de una madre. 

No hay ninguna avecilla tan bonita como ella. En sus plumas aparecen conjugados todos los colores del arco iris en los matices más vivos que un artista puede imaginarse.  

Tiene las patas débiles y cortas: la cola adopta formas extrañas y está forrada de varios adornos. 

El pico es muy largo, puntiagudo y guarda en su interior una lengua en forma de trompa, que usa para absorber el néctar de las flores que proporcionan su alimento. 

Su forma de volar es parecida a la de un insecto y se sostiene en un punto exacto del espacio gracias a la rápida vibración de sus alas. 

Cuando vuela, es muy difícil distinguirlas, y parece como si su cuerpo estuviera suspendido en el vacío mientras recoge el néctar. Esta rápida vibración, provoca un ruido tipo susurro. 

El Colibrí es un personaje recurrente en las historias de los pueblos indígenas de las Américas, pues en sus bosques se cobijan más de trescientas especies de este extraordinario pajarillo. 

A menudo, simboliza la belleza y la agilidad, además del optimismo, la sabiduría y la celebración de la vida  

El pueblo Maya de América Central dice que el Colibrí no es sino el sol disfrazado, que intenta cortejar a su amada, la luna. La tribu Jatibonicu Taíno de Puerto Rico cuenta la trágica historia de dos jóvenes amantes de familias enemistadas; su sufrimiento termina cuando uno queda convertido en Colibrí y el otro en una flor de un vivo color rojo. 
 
El fuego, la lluvia y el agua son elementos frecuentes en los relatos sobre estas avecillas, hay quien dice que "el Colibrí nació del fuego", cosa que explicaría sus plumas increíblemente vistosas, mientras que en otras historias narran que el Colibrí fue el que "ofreció el fuego al mundo".  

Los Hopi y los Zuni piden a los Colibríes que intercedan por ellos para convencer a los dioses para que llueva. Como agradecimiento, estos pueblos suelen pintar Colibríes en las jarras de agua. Existe una leyenda del pueblo tarascán de México que trata de una mujer a quien un agradecido Colibrí, al que ella había ayudado ofreciéndole agua azucarada en época de sequia, le enseña a trenzar unas cestas bellísimas.

 La tribu Mojave alaba lo buen explorador que es este diminuto animal. Según cuentan, hubo un tiempo en que todos vivían en un mundo sumido en la oscuridad, así que enviaron a un Colibrí para que buscara la luz. Muy por encima de sus moradas, el pájaro encontró un camino hacia la superficie iluminada por el sol, en la que ahora vivimos.