Esta cosa de la crítica...

Quiero poner de relieve que cuestionar una palabra, tanto para defenestrarla, o cambiarle el sentido, o quitarle uno de sus sentidos, es un modo eficaz de instalar el debate de ideas que subyace detrás del uso de esa palabra, es una estrategia de combate.

Quiero cuestionar aquí la palabra "crítica". Es una palabra que crea discordia. Según mi entender, eso sucede porque nace de un concepto que necesita debatirse, el que pontifica que la Virtud es Perfecta, que el Bien es absoluto.

Hacer una crítica en nuestra cultura es entendido como una denostación, como una defenestración, como una sepultura. En algún momento alguien inventó lo de "crítica constructiva" para diferenciarlo de "crítica destructiva", pero no consiguió nada, porque el concepto de que la Virtud es Perfecta, no cambia. Y toda crítica se ve como destructiva.

Sin embargo, la verdad es curiosamente opuesta. La Virtud nunca es perfecta. Y al revés de lo que pensamos, solo la Virtud merece una crítica. Porque solo en la Virtud aparece el defecto como excepción a la regla de un cúmulo de aciertos. Empecemos de una vez a considerar Virtud a lo que acumula aciertos por encima de sus defectos. Dejemos de considerarla Perfecta. Y consideremos lo Malo como un cúmulo de defectos suficientes como para rechazarlo de plano, al punto de no merecer la crítica.

Somos triunfalistas, heróicos, idólatras, absolutistas. Pavotes incapaces de entender que el camino del conocimiento no es recto a la victoria, sino que es sinuoso entre "ensayo y error".

Empecemos a entender la crítica como señal de reverencia a la Virtud. Y a distinguir lo que es la crítica de la denostación. Es sencillo. Primero hay que bajarse de la soberbia. Segundo, no estar ciego. Tercero, no estar sordo. Se escucha claramente quien te denosta y quien te reverencia cuando te critica".

Eva Row

CRÍTICA