¿ QUE COMIERON MIS ABUELOS ? - Liliana Paris


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Publicado por
@MARASOL

14/02/2016#N58094

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> Somos el resultado de las carencias afectivas y de los recetarios de platos nutricios de nuestros ancestros. La psicoterapia más actual esintegradora. Reconoce un postulado básico de las neurociencias: la plasticidad del cerebro para crear nuevas conexiones. Aprecia los aportes de la decodificacion biológica cómo estrategia para detectar el origen de la emoción bloqueada y su respuesta física. <

 

Sabemos que el legado ancestral que nos empuja a repetir por una u otra  generación el conflicto del clan, lo liberamos tomando conciencia, dotando de sentido el suceso que vuelve a hacerse presente, que se repite hasta el camsancio para tomar la posta de lo irresuelto por nuestros mayores.

Y sabemos también, que no somos rehenes ni victimas del peso ancestral si decidimos ver, oir, hablar, salir de la cripta que esconden los secretos familiares. ¡Podemos re-escribir nuestra biografía genética! ¡Podemos re-programar desde los recursos internos las creencias que nos enferman!

¿Porque dos hermanos son tan diferentes si provienen del mismo núcleo familiar? ¿No corre la misma sangre y tienen el mismo ADN en esta tribu? ¿Porque podemos ser más parecidos a los amigos que a los hermanos?

La epigenética sugiere que cambiando el "ambioma" se producen alteraciones en la cadena molecular. Muchas personas que fueron concebidas, gestadas y nacidas en un "ambioma" cuya situación emocional estaba perturbada, asumieron patrones de conducta, paradigmas y percepciones que modificaron la antigua estructura hereditaria. Lo ambiental se cruza a lo genético y produce cambios. Las emociones descargan sustancias químicas en nuestro organismo y dotan de información -ya sea tóxica o sanadora- a nuestro sistema inmunológico.La farmacia interna está al alcance de la mano.

Pienso en Boris Cyrulnik, el gran maestro de la resciliencia. deportado en la infancia por judio junto con sus padres; luego, niño huérfano, perseguido, adoptado por una familia de campesinos analfabetos podría haber desarrollado una vida muy diferente de la que construyo esté psicoanalista especializado en curar el trauma infantil. tras varias redadas policiales, trabajos precarios, usando un nombre falso resistió  hasta el final de la Segunda Guerra. En París lo asisitió una tía. cada experiencia modeló su personalidad. Todo ese transitar no estaba en su ADN. Supo del dolor y lo trasmitio en el trabajo para cuidar a los que sufrían -como el sufrió- desamparo e interperie emocional.

El medio ambiente "nos termina de hacer". Borda nuevas puntadas al modelo que traemos con el nacimiento nada está predeterminado de una vez y para siempre. Y muchos cambios (positivos o negativos) en un sujeto se inscriben luego para volver a ser trasmitidos a sus descendientes. Cada persona es un palimpesto: un conglomerado de "textos", en las celulas. Disponibilidad, adaptación, flexibilidad, incorporación de lo ajento y de lo diferente: en esa multiplicidad radica el poder del factor ambiental sobre el genético.

La epigenética nos propone visualizar una escena que a veces no nos planteamos. El ejercicio es sencillo: ¿que conozco de la historia familiar y qué imagen puedo configurar de la mesa en el momento en que mis padres y abuelos eran niños o jovenes? Dejar la casa natal, apartarse del pueblo, cruzar el océano, vivir las penurias de un exilio con carencias, pasar hambre o vivir a la interperie constituyen episodios de mis ancestros pero sus consecuencias también están encriptadas en mi vida actual.

¿Somos capaces de advertir el nivel de nutrición y de falla alimentaria que heredamos? ¿Decidimos ser chef o nutricionista? ¿Somos madres obsesivas con lo que ingieren nuestros hijos? ¿Porque enfermamos nuestro higado, reservorio, almacén de alimentos? ¿De que hambruna nos estamos defendiendo si hoy no nos falta nada? ¿De cuan lejos nos llega esta necesidad de producir más azúcar en nuestro organismo? Todas estas cuestiones se derraman de aquella mesa original donde se sentaron los mayores de mi familia. ¡Lo que nuestros abuelos comieron me afectan a mi!

Cuando hablamos de comida hablamos también del alimento emocioal y de comportamientos. El estrés, la interperie, el abandono, las frustraciones, exclusión, el miedo son tóxicos emocionales que envenenan lo que comemos y que motivan unos ardides u otros para sobrevivir.

La psicogenealogía y la epigenética tienen mucho por hacer en la toma de conciencia, el desvelamiento de secretos y el cambio de entorno para producir en las nuevas generaciones los cambios necesarios con vistas a una vida más saludable.

ALIMENTO Y CREENCIAS

La propuesta para este nuevo año es ejercitar la memoria afectiva. Regresemos a nuestros orígenes. La Navidad y sus efectos emocionales, todavía está cercana.la mesa familiar, a veces completa, a veces fracturada sigue congelada en nuestra  "foto" del clan...

Tirar del hilo de la memoria hasta muy lejos: encontrar los arquetipos que nos gobiernan. Hay que ir hasta los relatos de los ancestros, los narrados y los silenciados. Y alcanzar los secretos que se cocinan en nuestros lazos familiares, atrapar eso que sabemos sin saber (lo que la psicogenealogía llama "lo sabido no dicho") porque se ha trasmitido a través del inconciente transgeneracional. Bulimia de sometimiento y anorexia de lazos amorosos es lo que encuentro en las voces heridas de los consultantes.De esa experiencia tomo el concepto clave - "alimento" - que funciona como eje, que es abarcador y extenso: implica nutriente básico (leche) y manjar (golosinas); nutriente biológico (pan) y espiritual (palabra); modos de cocinar lo crudo y de repartir el sustento; servir una mesa según la lógica del tiempo y la posibilidad de trasgedir el orden; rituales de ceremonia palaciegas y platos humildes.

¿Que comiamos de niños? ¿Que comieron (y que no comieron) mis mayores? ¿Somos capaces de observar el menú? ¿De que disponemos? Vegetales y carnes Caldos y brebajes. Y fuegos que arden para calentar, quemar, purificar, vengar y redimir.

¿Que escena de la infancia trae el resplandor de la memoria y nos devuelve un mapa de emociones? ¿Que cuentos dejaron sus huellas en los modos de concebir "el personaje" que "nos compramos" ? ¿Es la falta de comida argumentada por los padres de Hansel y Gretel la que dispara el miedo del abandono? ¿Es la perturbadora mano de Blancanieves tomando la fruta fatal de la falsa anciana? ¿Crees que siempre que dejamos señales de pan los pájaros se las llevarán?

Muchos mandatos estan ligados a este eje poderoso de sentido, el alimento. Los mayores nos taladran con sus mensajes mudos que gritan profesiones, vocaciones, oficios; modos de esperar "que llueva café en el campo" o salir a ganarse el pan con sudor propio; hay quienes enseñan a generar condiciones para pescar y quienes regalan el pescado (a veces podrido). Existen mandatos de enfermarse porque hay una presa que nunca se logra cazar, o se caza y se atraganta, o se traga y no se digiere. a algunos les marcan a fuego que deben "sostener la olla", a otros que deben estar atentos para dar la primera cucharada. hay padres que trasmiten la austeridad de sus abuelos y otros que  - pasadas las generaciones sucesivas - transforman esa expectativa de miseria en generosidad. Están quienes creen que hay que ganar todos los terenos para sembrar aunque haya que hacer harina al prójimo y -por suerte- estan los que plantarían un cerezo aunque supiesen que mañana se acaba el mundo.

En algunas familias quedó incripto el desarraigo: dejar la patria para no morir de hambre; y no falta los que se duelen tanto ante la interperiepropia como la ajena; algunos viven tan secos como las suelas de las botas que lamían sus ancestros combatientes en las guerras para calmar el hambre, pero otros dan vuelta ese mandato y escriben libro con recetas de cocina legadas por sus antepasados; cuidan elmedio ambiente para que el alimento no se intoxique de agroquímicos, o se dedican a organizar comedores para niños carenciados.

Todo habita en esos mandatos, callados mensajes que oimos como truenos, mientras se tiende la mesa familiar, o se prepara la fiesta navideña, o se planta oregano en una maceta del balcón...

GENERACIONES EN EL MISMO CALDERO

En el inconsciente familiar se cuecen habas de todos los colores: habichuelas mágicas, guisantes para princesas astutas, migas de pan para orientar el camino, calabazas que no se comen pero que salvan del "hambre" emocional, manzanas que seducen y ocultan venenos, pasteles mágicos del mundo de Alicia y sus brebajes que hacen crecer o encoger, pociones y sopa de tortuga.

Hierve en el caldero de las generaciones, con mil aromas en fuegos milenarios, una misma sopa: esa con sabor a "nuestra tribu".

Me gusta pensar que el modelo mítico de caldero con tres patas responde a los tres momentos básicos de sucesión en un árbol genealógico: abuela, madre hija. Abuelo/padre/hijo.

Que la tarea de investigación de nuestro propio árbol genealógico sea pues una invitación al festín, al banquete a la mesa tendida a comer los mejores manjares: el conocimiento y la explotación del sujeto que somos y con cual personaje arquetipo nos recubrimos.

Hemos incluido capa sobre capa las voces de los mayores (aún ya no siendo tan jovenes) y sus expectativas: "llevarás la canasta como Caperucita" para dar de comer a los más ancianos" "serás un príncipe y pocurarás servir perdices para asegurarte ser felíz eternamente", "cuando te sientas a la interperie no te dejes tentar con casas de turrón y golosinas en medio del bosque"...

Utilizo la metáfora de la comida y sus acciones paralelas porque muchas veces los débiles son carcomidos por el miedo, las hermanas malas hacen "comidilla" criticando a Cenicienta, el dragón engulle al héroe, la ballena se traga a Jonás, la bruja mastica su odio, la princesa saborea el beso, el fuego se devora al malvado.

Cada estapa de crecimiento entraña los "sabores" que nos impregnaron la lengua de la infancia (por sabor y por lenguaje) y nos siguen marcando los ingredientes más destacados de nuestro modo de ser en el presente. Esto implica a la vez un modo de ser, amar, elegir, resolver, adaptar, creer.

Dado que los relatos pueden tomarse desde la perspectiva de cada línea de interpretación personal sugiera, les propongo hacer del corpus seleccionado un corte del eje "alimento".

En sentido amplio, amplisimo: desde trozo de harina y agua que se amasa, guiso que se revuelve, ollas que se destapan, aromas que despiertan sentidos, "magdalenas proustianas" que evocan recuerdos, gustos amargos que rechazamos, arrorró que nos atraganta o murmullo de leche que nos acuna; pan y cebolla, recetarios secretos para dolores de panza, menú infinito, manteles con olor a limpio, platos rotos, cacharros heredados...Cada cual arme "su cocina", ese espacio que desde hace siglos nos nutre en los diferentes calderos de la imaginación.

¿Cuales son los sabores familiares impregnados en cada familia? ¿Como reinventar platos viejos con ingredientes nuevos? ¿Debemos usar los utensillos de mi tribu aunque con la libertad de no dudar -ante la posibilidad de apropiarnos de herramientas "sin pertenencia" a mi grupo- con fidelidad ciega?

La psicogenealogía es un camino a recorrer para dar luz a las escenas que se viene repitiendo en el árbol genealógico, que siguen doliendo y mantienen las heridas a flor de pierl. Revisar los vínculos es mantener la conciencia ardiendo de lucidez, los leños crepitando, los fogones incandescentes tarnsformando la materia.

 

Datos de la autora: Licenciada en letras, psicoanalista, especialista en psicogenealogía. Autroa de Secretos familiares, ¿decretos personales?, Editorial del nuevo extremo , 2014

 

Comparto esta nota que leí y me pareció interesante y me vi reflejada en algunos párrafos de la misma.  Espero les aporte algo como lo hizo conmigo.

 

Comentarios

@CARLOS_PILAR

14/02/2016



Buena nota me siento el hombre que comia cascaras de altramuces...smiley  
@MARASOL

14/02/2016



Gracias por compartir.

Mara  
@SUZIE_Q

14/02/2016



Muy bueno Mara.. y sumamente interesante!! Gracias por compartirlo!!  
@MARASOL

14/02/2016

Gracias Suzie...lo es y para pensar!!!  

ARG

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