FE EN LA PRIMAVERA


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Publicado por
@MONI2020

10/03/2018#N65857

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FE EN LA PRIMAVERA

No basta con cortar el árbol para que florezca: la primavera debe intervenir.

Por eso toca subordinar y relacionar la poda con la primavera y no al revés.

No es la poda la que atrae a la primavera, sino la proximidad de ésta la que invita a la poda para así disponer al arbolito a recibirla en plenitud.

 

Sólo tiene derecho a podar aquel que cree. Sólo quien es amigo del árbol puede ser jardinero.

No es el jardinero el que hace florecer. Las flores son hijas del árbol y de la primavera, y el jardinero es un hombre al servicio de ambos.

 

Quien trabaja con la vida, debe saber respetar los ciclos y el tiempo de los demás.

 

Pienso QUE tener fe en la primavera es fácil cuando se ven las señales de ella por todas partes. Cuando las ramitas se vuelven flexibles y empiezan a aparecer los brotes, entonces ya no se cree: se sabe que ha venido, que está entre nosotros.

Fe en la primavera se requiere cuando todo parece muerto. Cuando las hojas del tiempo anterior han caído y el invierno anida su silencio de escarcha en las ramas que parecen secas.

 

Será justamente esta fecha que nos exigirá también, frente al arbolito, defenderlo de los leñadores y de las heladas que vienen de afuera.

No podemos dejar nuestras palomas a merced de las tormentas. Debemos acompañar su lento emplumar esperando confiados el tiempo de su propio vuelo.

 

                                       (Del libro “Las abejas de la tapera” de Mamerto Menapace)

 

 

 

Comentarios

@GERONE

10/03/2018



Vinculando este interesante texto de Menapace con el debate SABEMOS QUE BUSCAMOS ??? / @MARCELYAN   #N65656  19-02-2018  y la analogía del barco y el viento de frente

Mi opinión: Yo racionalizo algunos de mis impulsos, deseos, más excitantes, y reconozco que desde niño fantaseé con viajar en una nave espacial y recorrer planetas y estrellas. Pero no puedo concretar esos deseos, impulsos. También tomo conciencia que me gustaría hacer muchas cosas en este planeta. Y tampoco puedo concretar a la mayoría, porque me limitan circunstancias de todo tipo. Entonces, como no puedo no desear, me resulta imposible (deseo calor, frío, comida, miradas, sexo, tacto, atención, trascender, unirme a otros, sentirme más que un individuo, parte de una subtotalidad mayor, o del todo, etc), mis deseos se acotan a esas circunstancias limitantes y reales, cotidianas. Pero sucede que esos deseos ajustados están en tensión, no viven libremente. Colisionan con otros deseos, otros sentimientos. Finalmente, sobreviven, se posan sobre otros, los que mas placer generan, y algunos son los más probables de concreción.  Pero no están exentos de tensión. E ineludiblemente, después de concretar un deseo, surgirán otros que aspiren a ser concretados a posteriori del anterior. Y así ad infinitum. Vivimos en constante tensión. Y hacemos el esfuerzo de no dejarnos llevar por nuestros instintos primarios. Pero las estaciones del año (todas las circunstancias contextuales), nos forjan, nos construyen, y van circunscribiendo nuestros deseos, pensamientos, y acciones.  
@CECILYA

10/03/2018



Que planteos interesantes!!!! pa..repensarlos vió? Gracias  
@MONI2020

16/03/2018



@GERONE,  Recién lo leo !! Es tal cuál...Y siguinedo estos pensamientos laterales, (que no siempre son racionalizaciones), uno va construyendo y construyéndose en relatos que van y vienen de la vivencia a la palabra y viceversa...Y eso es  maravilloso !!