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@SILMAB

29/04/2006#N9425

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El enojo es un sentimiento de disgusto, hostilidad, indignación, o exasperación hacia algo o alguien; furor, cólera, rabia, ira. El enojo es una reacción del ánimo producida en las personas cuando se enfrentan a situaciones problemáticas creyendo que son injustamente lastimados u ofendidos y por lo tanto reaccionan en forma airada o agresiva ya sea en defensa propia o ajena. El temor, la ira y la depresión, se cuentan entre los mejores amigos al principio, por eso debemos tomar una decisión antes de que la ira o el enojo tome un camino equivocado.
La ira en si misma no es mala ni buena, es una emoción. El problema no está en experimentar el sentimiento de ira al principio, el problema con la ira es la dirección en la que nos impulsa o la dirección en la que le permitimos caminar.
Cuando orientamos la ira en dirección correcta la llamamos buena o sana, ej: si alguien está hiriendo a un miembro de nuestra familia, la ira es la reacción que nos impulsa a entrar en acción para salir a defender a la persona afectada. Esta clase de ira ante la injusticia, es saludable.
Hay distintas maneras de reaccionar frente a la ira:

a.-Hay personas que toman formas pasivas como el silencio, irritación, resentimiento, amargura y odio.
Si la ira se guarda y se mantiene, puede dar lugar a enfermedades físicas, ej: un hombre o una mujer callada, que nunca se desquita cuando su cónyuge le fastidia y es incapaz de manejar su ira o enfrentarla, es propenso a enfermedades físicas.
Sería mejor y más saludable que enfrentara a su ira, reconociendo el enojo que siente y acabara con ella con una manifestación externa antes que terminar con una enfermedad.

b.-Hay personas que expresan su ira en forma activa con golpes, pellizcos, portazos o en tirar objetos a los demás o gritar a voz en cuello.

c.-Se ha comprobado en investigaciones que las personas que matan, violan o asaltan a mano armada, no hacen estas cosas como reacciones del momento sinó como consecuencia de fomentar un enojo o resentimiento, dando lugar a la amargura por alguna injusticia cometida en su vida y se transtornan emocionalmente cometiendo estas acciones.
Por eso cuando se le premite a la ira que tome una dirección equivocada, los resultados son malos o perjudiciales.

d.-Hay iras que se mantienen en forma tan profunda o subterráneas que ni si quiera la consideran ira:
-ineficacia en el trabajo
-frigidez
-impotencia
-la tendencia a ocasionar accidentes propios o ajenos
-una ama de casa que resfriega o limpia obsesivamente su casa.
-Las manifestaciones crónicas de olvido.
-Conducir a velocidad máxima.
-Adicciones.

e-La ira se puede manifestar en forma socialmente aceptada:
-Ejecutivo que juega a los dardos.
-El que da puñetazos en la bolsa de arena.

f-Práctica de deportes es otra forma socialmente aceptada de liberar agresividad:
-Fútbol
-Yudo
-Karate
-Boxeo
Como conclusión de esta primera parte, sentir ira, decirle a alguien que uno siente ira y hablar de la ira que sentimos es saludable y necesario en la medida que reconozcamos que la ira es nuestra y evitemos devolverle con la misma moneda al objeto que produjo esa ira, la mantenemos como un sentimiento y los sentimientos son legítimos, pero lo que hagan después esos sentimientos, o sea la reacción, pueden no ser buenos y caer en pecado con ira pasiva o activa de acuerdo como la manejemos.



EL ENOJO
En nuestro mundo de autoayuda y búsqueda interna, quizás el enojo, la ira, más que cualquier otro elemento sea el defecto de la personalidad más difícil de reparar. Algunas personas son más “enojosas” que otras, hay quienes sólo de vez en cuando lo hacen y quienes se hallan en permanente estado de enojo arruinando sus vidas (y haciendo miserable la de los demás).
Aún así, con esta particular dolencia una persona puede medirse en su obligación ante Dios.
Desde un punto de vista psicológico, la ira es generada por la creencia de una persona sobre que cierta acción debe ser hecha por derecho u obligación, o que una acción, por derecho u obligación, no debe ser llevada a cabo. Si su derecho no es honrado lo puede llevar a la ira, o si cree que cierto acto está equivocado o es prohibido de ejecutarse, cuando es llevado a cabo, puede derivar en el enojo de la persona.
La clave para el control de la ira es el no control. Intentar controlar el enojo significa, en efecto, que la ira existe pero uno está intentando controlarla. Las palabras control de la ira o manejo de la ira pueden sonar atractivas, pero hay aquí dos sentidos que deben ser elaborados.
El primero es que contener o reprimir la ira puede causar serios problemas psíquicos y de salud, desde úlceras, alta presión, hasta ataques cardíacos, mantener la ira “adentro” no es la solución ideal.
Por otra parte, hallamos aquí el método de sacar los sentimientos afuera. Esto implica que si a usted le enoja algo o alguien debe expresarse e indicar que está sintiendo enojo por determinada situación. Aquí subyace la idea de que la ira puede disiparse mediante el habla, haciéndole saber a la otra persona que es la causa de su enojo.
Esto puede funcionar, pero generalmente no es suficiente. Expresar enojo sin “estar enojado” requiere un gran y hábil manejo del estoicismo y autocontrol, y la mayor parte de nosotros no manejamos hábilmente nuestro sentimientos.
Lo que sucede con frecuencia es que ventilando nuestros sentimiento de enojo, vamos de seguro a una discusión. Y encima, esto no disipa el enojo, sino que más bien tiende a reforzar ese sentimiento.

¿Cuál es entonces el método adecuado para lidiar son la ira?
El Rabi Shneur Zalman de Liadi, el auto del “Tania”, o la “biblia” del movimiento jasídico explica el problema del enojo como una manifestación de no ver a Dios en todo.
Uno de los pilares básicos de nuestra creencia es que ninguna cosa sucede en el universo por coincidencia o casualidad. Todo, desde la hojas que caen de los árboles a la tierra hasta el movimiento de los planetas gigantes son todos dirigidos por Dios.
Si una persona tuviera fe perfecta en Dios, entonces percibiría cada evento que le sucede cono una extensión de que Dios guía el mundo.
Dado que sabemos que Dios es la esencia del bien, que nada de lo que provenga de Dios es distinto de bien, es sólo nuestra percepción de los eventos lo que tiñe determinada situación y la hace aparecer como no proveniente de Dios
Sin embargo, como ya hemos dicho, si una persona tuviera fe perfecta (que no tenemos) entonces percibiríamos las acciones que nos enojan como enviadas por Dios para determinado propósito. Sería entonces nuestra responsabilidad meditar en esto para comprender las razones por las cuales Dios nos envía esa situación.
Comprobadamente, somos básicamente humanos. NO podemos llegar a la perfección, porque perfecto Es únicamente Dios. De todas formas, existe una técnica que nos ayuda a reconocer que todo proviene de Dios. Se denomina “meditación”. Meditación entendida como la contemplación y repetición que propone el Sefer Yetziráh –por ejemplo-; y también una mirada reflexiva a nuestra vida personal, y minuciosa observación, acerca de cómo Dios ha amoldado nuestra vida a Su voluntad.
Quizás al principio puede resultar complicado observar el propio presente y ver como las NO coincidencias nos han cambiado la propia vida, pero es lo que hace falta. Cuanto más tiempo se dedique al pensamiento contemplativo, cuanto más se utilice el tiempo libre para observar a la divinidad actuando en nosotros, más fácil será observar los eventos como una manifestación de la Voluntad Divina.
Al mismo tiempo, mientras uno desarrolla este sentido de la vida, uno se vuelve más maduro en sus emociones y reacciones, ya que nos damos cuenta de que es Dios Quien manda, y no uno. Cuando es Él es quien decide lo que pasa nos volvemos más serenos y estoicos, aceptando los “malos” eventos como parte de un plan mayor y divino.




Cómo neutralizar el enojo de otras personas
Estrategias para tratar con personas muy enojadas y solucionar los problemas con mayor facilidad

Autor: Alejandro Raúl Molinaro

Todos los días nos topamos con gente que va por la vida con mal humor, o que por tal o cual situación está enojada, desde un jefe, un empleado, un compañero de trabajo, hasta algún familiar.
Estas situaciones muchas veces nos llevan a entrar en cólera. Pero una de las cosas que hay que aprender de estas experiencias es que no debemos reaccionar igual que las personas que están enojadas ni tampoco contestarles con el mismo grado de furia con la que nos hablan. Eso empeoraría las cosas.
Si en cambio queremos solucionar esos problemas debemos mantener la calma y emplear una serie de estrategias para poder dominar esa situación desagradable.
Por eso para poder seguir manteniendo esa relación en pie, tome en cuenta estas estrategias y actos para lidiar con una persona enojada:

1. Escuchar:
Lo primero que se debe hacer es escuchar a la otra persona. Sobre todo si creemos que nosotros tenemos la razón y la otra persona es la equivocada. Escucharla atentamente es una buena estrategia.
Se necesita escuchar y tener la mente clara para entender los razonamientos de la otra persona. Quizás aporte datos que no teníamos en cuenta.
Asuma que la otra persona tiene razón (aunque sea en su mente) y trate de escuchar los porqués. Haga notar que usted está escuchando con un pequeño movimiento de cabeza. Y mientras usted escucha recuerde que tiene que...

2. Mantener una cara neutral:
Cuando uno habla con una persona que está furiosa lo mejor es mantener una cara relajada, neutra, agradable. Tiene que tratar de hacer ese esfuerzo y no entrar en el mismo “juego” que esa persona le propone. La mayoría de nuestros estados de ánimo se ven en nuestros gestos y posturas. Y la cara dice mucho al respecto.

3. Hablar con voz calma y suave:
Usar una voz suave y no tan alta, como si usted estuviera relajado, ayudará a tratar con una persona furiosa. Cuando hablamos con alguien que nos grita uno tiende a elevar la voz para replicarle. Pero esta no es la mejor manera de tratarlo, pues el nivel de voz tenderá a ser cada vez va a ser mas alto y la relación comenzará a ponerse más tensa.

4. Devuélvale lo que usted oye:
Mientras lo está escuchando trate de fijarse en qué momentos puede exponer sus propias sensaciones acerca de lo que la persona esté hablando. Trate de responderle entendiéndolo con frases como “parece que esto fue muy frustrante para usted”, etc. De esta manera la otra persona se dará cuenta que usted le está prestando atención.

5. Cambie el foco del enojo de la otra persona:
Cuando alguien está muy enojado una de las cosas que usted tiene que hacer es hacerle cambiar su estado emocional. Esto lo puede lograr interrumpiendo el discurso del otro y cambiando el eje del tema. Algunas maneras de lograr esto son:
· Llámelo por el nombre: Cuando comience a hablar llámelo por su nombre. Entonces la otra persona parará por un instante y atenderá lo que usted esté diciendo.
· Diga “espere un segundo”: estas palabras dichas con cierta calma lograr detener por un instante a la persona enojada y le cambian el foco del tema.

6. Enfatice los puntos del otro:
Lo mejor que usted puede hacer es parar a la persona y decirle “lo que usted está tratando de decir es...” y ahí repita lo que estuvo escuchando. De esta manera la otra persona se dará cuenta de que usted le dio importancia y entonces escuchara su punto de vista sobre ese tema por el cual está enojado.

7. Enumere lo escuchado:
Cuando una persona está enojada comienza por la parte en la cual según ella tiene razón. Entonces usted debe enumerarle los hechos objetivamente para poder reconstruir todo el relato y de esa manera cambiarle el foco del enojo.

8. Usted no tiene porqué darle la razón, pero tampoco le diga que está equivocado.
Cuando alguien está muy enojado es muy difícil hacerlo cambiar de opinión. Pero usted puede calmarlo con frases como: “en lugar tuyo hubiera hecho lo mismo” o “entiendo como te sentís”, etc.

9. Consiga una solución:
Si usted no sabe como ayudar a esa persona, pregúntele. Si usted sabe cómo ayudarla enumere los pasos que debe seguir para solucionar el problema. Si ve que no está en una posición adecuada para resolver el problema trate de buscar ayuda. Dígale que lo quiere ayudar. De esa manera la otra persona notara que a usted realmente le importa y que está dispuesto a ayudarlo.

10. Elimine las siguientes frases:
“Si usted se calmara un poco”
“Si usted me dejara hablar”
“Usted está siendo irrazonable”
“Exactamente ¿cuál es su problema?”
Estas frases lo que logran son exacerbar el problema e intensificar la ira de la persona que nos habla.

Igualmente si usted observa que la persona está incontrolable lo mejor que puede hacer es irse. Los comentarios apropiados pueden ser que usted encontrará a alguien que le resuelva el problema y así poder despegarse de la situación de la cual no es partícipe.

En la vida real el enojo y la ira son sensaciones muy comunes en el ser humano. Por eso si usted trata con una persona enojada mientras usted esté tranquilo podrá manejar la situación.

Y si usted la llega a resolver, la otra persona lo verá como un héroe. Eso hará la relación más fuerte y duradera.

 

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