Moraleja

Un huevo de águila llegó hasta el corral donde estaban los patos. Fue cubierto junto a los demás huevos hasta que rompió el cascarón.
El aguilucho, vivió y comió como pato, caminó como pato y hasta intentó sin lograrlo, nadar como pato.
Durante su infancia, observó cómo las águilas volaban y se decía a sí mismo: "Qué bello debe ser volar, si yo pudiera hacerlo, que feliz sería"

Todos tenemos talentos, llegamos al mundo junto con ellos. Es nuestro "pan bajo el brazo"

Pero mientras no los descubramos, y no sepamos cuál es nuestro propósito en la vida, viviremos vidas equivocadas.

Quizá te hayas preguntado alguna vez, porque esa persona tiene lo que tú no tienes. Quizá pensaste que tú te lo mereces también y sentiste envidia.

Este horrible sentimiento nos aqueja cuando vivimos vidas equivocadas, cuando creemos que nos "toco" ser taxista, empleado o explotado por alguien. Queremos tener los talentos de los demás simplemente porque no podemos explotar los nuestros, a causa de encontrarnos en el lugar incorrecto.

Primero descubrimos esos dones y el para que los tenemos, entonces así, nos colocaremos en el lugar donde podamos desarrollarlos al máximo.

La oveja no envidia el lugar del león. El león no envidia el lugar de la oveja. Porque cada uno entiende que se encuentra en el lugar correcto.

Cuando entendemos esto nosotros tambien, dejamos de envidiar.

Nuestro deber en la vida, es encontrar para que tenemos nuestros talentos, ponerlos al servicio de los demás y tomar nuestro lugar.

 

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