Ilusionarse, la capacidad que da impulso a nuestra vida
Publicado por
@HECTOR5858
Nunca es tarde para volver a ilusionarnos. Merecemos sentir una vez más esa emoción, la misma que nos hace creer que todo es posible cuando deseamos algo, esa que aviva de nuevo las esperanzas en que todo lo mejor puede estar a la vuelta de la esquina.
Ilusionarse por un nuevo amor o por ese trabajo en el que acabamos de empezar. Ilusionarnos por un cambio necesitado, ese que nos permitirá acercarnos un poco más a nuestros sueños y metas personales… Pocas emociones son tan revolucionarias, tan intensas y vivificantes como ese sentido de esperanza capaz de sanarnos y de situar nuevas perspectivas en nuestro horizonte.
Si tuviéramos que hablar de un componente poderoso que integra el bienestar psicológico, este sería sin duda la ilusión. Cuando esta capacidad está presente casi todo es posible; es entonces cuando las personas aunamos motivación, recursos, creatividad y esfuerzos por dar forma a eso que tenemos en mente. La ilusión es el hilo que enhebra la felicidad y teje el sentido a nuestras vidas.
Si falta esta dimensión, todo se viene abajo. Al fin y al cabo, los estados depresivos no se definen precisamente por estar tristes sino por la falta de ganas, la ausencia de sentidos, significados y razones para levantarse. Lo opuesto a la ilusión no siempre es la desilusión, en gran parte de los casos es la nada. El no sentir y perder por completo la capacidad de emocionarnos por algo o alguien.
Nadie merece una existencia así. Las ilusiones deben formar parte de nosotros, ser un aspecto más de nuestro ser y renovarlas cada poco, alimentándolas con nuevos sueños, con nuevas personas que conocemos y nos abren sus puntos de vista para seguir aprendiendo. Ilusionarse no es por tanto cosa de niños. Es un motor que debe estar presente a cualquier edad y en cualquier circunstancia.
"No te desprendas de tus ilusiones. Cuando se hayan ido, es posible que aún existas, pero habrás dejado de vivir" - Mark Twain-
Ilusionarse, la emoción más poderosa
Dentro del universo de las emociones, ilusionarse configura el verbo más revulsivo. Forma parte de esa galaxia psicofisiológica en la que se integran también la alegría, la esperanza, la confianza, el júbilo e incluso el placer. No obstante, es más que un estado de ánimo porque con ella se da impulso a las expectativas, fuerza a la motivación y metas a nuestra mente.
Decía el escritor Gilbert K. Chesterton que la ilusión es como un esplendor, ese que nos da la confianza de que al cruzar la esquina, encontraremos algo fabuloso. Vivir con esa sensación, empezar el día con ese sentimiento adherido a la mente configura un estado de gran bienestar psicológico que siempre deberíamos promover.
Charles R. Snyder, uno de los psicólogos más destacados en el campo de la psicología positiva y editor del Journal of Social and Clinical Psychology, enunció a mediados de los 90 la teoría de la ilusión y la esperanza. Según este enfoque, cuando una persona es capaz de ilusionarse por algo en concreto, esa sensación acaba revertiendo en muchas más áreas de su vida.
Por ejemplo, cuando logramos un trabajo que nos motiva, nos ilusiona y nos ofrece perspectivas de desarrollo, también nos sentiremos bien en los pequeños aspectos del día a día, con nuestra pareja, familia, amigos… Todo ello se debe básicamente a que la ilusión enciende una serie de dimensiones, como la esperanza, la creatividad y esa capacidad tan poderosa como es el entusiasmo.
A veces, la ilusión se desvanece como acuarela en el agua
Es cierto, en ocasiones, resulta muy complicado ilusionarse con algo o por algo. Sabemos de la relevancia de esta emoción para nuestro crecimiento, para orientar nuestra acción hacia una cima. Ahora bien, hay épocas en las que esta nube dorada se escapa de nuestras cabezas y dejamos de atisbar esperanzas para ver solo obstáculos y dificultades.
Desde un punto de vista psicológico, tenemos claro que algo así resulta devastador. Alguien sin ilusión deriva en la indefensión y en el territorio de la angustia y la negatividad. Porque esta emoción activa lo que conocemos como sistema dinámico de motivación cognitiva.
Para entenderlo de forma sencilla, este estado de ánimo es capaz de producir una serie de cogniciones (pensamientos) que conducen a la resolución de problemas, a la planificación de estrategias, a monitorearnos a nosotros mismos para lograr algo o cuidar de aquello que tenemos y que nos satisface.
De este modo, si la ilusión se desvanece como acuarela en el agua, dejamos de empoderarnos en la vida.
Ilusionarse de nuevo siempre es posible
La ilusión es la luz de un faro que en ocasiones se apaga. Es entonces cuando nos quedamos perdidos, a la deriva, en un mar de oscuridad sin saber a dónde dirigirnos. Ahora bien, para volver a encender esa maquinaria tan poderosa debemos entender un sencillo aspecto.
Siempre es posible ilusionarse de nuevo pero esa emoción no se encenderá si estamos atrapados por las rutinas, por una férrea cotidianidad en la cual, no dejamos espacio a lo nuevo o lo imprevisto.
Hay que innovar. Debemos atrevernos a hacer cosas diferentes, conocer gente, abrirnos a otras perspectivas y aprender de ellas. La ilusión necesita muy poco para encenderse y cuando esto ocurre, se activa la imaginación, la esperanza y el entusiasmo. Siempre es buen momento para intentarlo, para escapar de lo predecible y abrazarnos a lo imprevisto.
Valeria Sabater - Lic. en Psicología
Comentarios
03/07/2020
coincido plenamente...
04/07/2020
Hola Adriana, . Que tengas un buen finde!
04/07/2020
muy buena nota Héctor !!! Gracias por compartirla.
Mario
04/07/2020
Gracias Mario. No perdamos nunca la ilusión!
Abrazo
05/07/2020
05/07/2020
Es así... Yo a la Ilusiòn la denomino Proyecto. Proyecto a corto o a más largo plazo.....
Pero siempre anida en mi cabeza un Proyecto, cercano o la ilusiòn que realizaré ese Proyecto.
( Aclaro... por si acaso.... que El Proyecto NO es sòlo una Ilusiòn ....)
Generalmente ese Proyecto permanece un tiempo en silencio, hasta que va tomando forma en el exterior, pero interiormente me estuvo sosteniendo y dandole significado a mi días.
Así de a poco o de a mucho, depende del momento, voy dibujando en mi mente o sobre un papel, mis planes para comenzarlo.
Un proyecto te eleva diariamente sobre lo que vuela bajo.....
A veces ocurre que Uno desciende y " discute con Otro " tratando de mostrarle un camino diferente, otras actitudes, con la esperanza que te entienda, que esa semilla puede germinar...
En otros momentos, vemos que aunque se insista, E/Ella no cambiarà su manera de pensar, de ser ..... y entonces allí, recargo mis pilas, repongo mis energías, y sigo mi vuelo, muchas veces en soledad..........
Un Proyecto no siempre es material. Puede ser rediseñar tu cocina, o Intentar una Vida de Nuevos Vínculos, coincidiendo en Filosofìas Semejantes o Aprender de Otros que vuelan aún màs alto..... pero con el condimento de disfrutar ...... claro....
Por eso, La ilusiòn, el Proyecto, es la más Perfecta Compañía !!!!!
Lía
05/07/2020
05/07/2020
Hola Lía, coincido con vos. La ilusión sirve para no rendirnos, para empujarnos a conseguir nuestros objetivos o concretar nuestros proyectos. Eso nos hace sentir vivos y motivados.
05/07/2020
Hola me sumo para decir que coincido con Lía y tambien con Vos Hector, en lo personal no puedo vivir sin un proyecto uno bien grande (cambiar la sociedad ja.ja.) y en ese macro montones de otros personales y de familia sin todo eso no tendría ánimo..ni buenhumor que cuido como oro nada peor que ser viejo y amargado....Cariños y gracias
05/07/2020
Es así Cecilya, no importa si el proyecto es pequeño o grande, lo que importa es tenerlo. Eso da sentido a la vida y a pensar en un futuro. Tener buen humor ayuda a ver las cosas de manera positiva y retarda el envejecimiento. Cariños.
08/07/2020
Pienso en la siguiente paradoja, si la hubiera: la ilusión es una palabra que goza de buena prensa, pero esa ilusión debe cobrar carnadura ¿en quien? en un iluso, y ser tildado de tal no lo veo tan deseable pues roza lo ofensivo.
Dejando de lado esta digresión, y sin ánimo de que nadie pudiera darse por aludido, salgo a la palestra aclarando que tengo un costado ingenuo que -a veces a mi pesar- siempre abre la puerta a la ilusión.
08/07/2020
Lstan27 Tu comentario es razonable,para mi criterio analizado desde el hemisferio izquierdo que nos da todos los recursos lógicos, o sea una disgresión razonada, pero tu conclusión viene del derecho que con algunos alaridos nos dice dejáte llevar, ilusionate soñá para arrepentirse siempre habrá tiempo ja.ja.ja.Saludos.
08/07/2020
Hola Cecilya. Tu mirada es aguda y sí, tengo mis dos hemisferios en pugna y que se miran feo y con recelo el uno del otro, pero sin proponérmelo termina por tener prioridad aquel que, como un vehículo que circula por la calle "el que va por la derecha a pasar tiene derecho" (todavía me pregunto que tendrá que ver esto último pero ya lo averiguaré) . Saludos atentos
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