BAILANDO UN TANGO


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Escrito por
@FIACA

17/05/2007#N15553

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BAILANDO UN TANGO -



Me recojo el pelo,
cambio el jean por un ajustado vestido negro con picos,
me prendo los zapatos de taco aguja,
me pinto los labios...
Lista y con ansias salgo al vértigo del tango.


Las parejas giran en la pista
en sentido contrario a las agujas del reloj.
Camino envuelta en el embrujo hacia una mesa dejándome ver.
Una mano resuelta se aferra a mi brazo.
Miro, me mira,
me está invitando... lo sigo.


*Uno busca lleno de esperanzas
el camino que los sueños
prometieron a sus ansias.
Sabe que la lucha es cruel
y es mucha pero lucha y se desangra
por la fe que lo empecina...


Sin palabras me rodea la cintura,
preciso, seguro,
presiento una buena marca en mi espalda,
un rumbo a seguir mientras dure el misterio.


Levanto mi brazo,
mi mano rodea su cuello
mientras huelo el aire de su respiración
que me agrada.


Su pierna derecha retrocede,
mi izquierda avanza,
sólo es cuestión de dejarme llevar confiada
sin ver hacia dónde,
nada menos...
Vivir una pasión mientras dure la música.


Uno va arrastrándose entre espinas
y en su afán de dar su amor,
sufre y se destroza hasta entender
que uno se ha quedao sin corazón...


Sus dedos sobre mi columna
indican un ocho a la izquierda.
Su tronco me dice basta, obedezco.
Otro a la derecha.


- Así, me dice al oido con voz ronca.


Lo estoy haciendo bien.


Sigue exigiéndome más...
Ya mi pecho lo roza sin resistirse.
Las caderas simbióticas se encuentran y se responden.


Si yo tuviera el corazón...
El corazón que di...


Escucho la letra del tango y soy su historia,
el dolor de Discépolo es mi dolor,
el sabor de aquella traición, mi vida.
Él también llora el adiós
ajustándome a las víboras de sus piernas,
dejándose llevar por la melodía de Mores,
el eterno.


Mi nariz roza su mejilla,
luego se cobija en su cuello,
el calor de los dos se hizo único.


Cierro los ojos,
él los mantiene abiertos,
en guardia,
su ser vibra y se enamora
como me enamoro yo.


Si yo pudiera como ayer
querer sin presentir...
Es posible que a tus ojos
que me gritan tu cariño
los cerrara con mis besos...
Sin pensar que eran como esos
otros ojos, los perversos,
los que hundieron mi vivir.


Se reclina hacia atrás,
me recuesto en su lecho
sintiendo la firmeza de su cuerpo.
Soy conventillo, burdel,
voces de inmigrantes,
patio de tango,
piletas para lavar la ropa,
escaleras caracol herrubradas y viejas,
soy *Tita y su sombra
porque se dice de mi...


Si yo tuviera el corazón...
El mismo que perdí...
Si olvidara a la que ayer
lo destrozó y... pudiera amarte..
me abrazaría a tu ilusión
para llorar tu amor...


Llega el último compás y todo se hace fin.


Abro los ojos,
vuelvo a mi,
vuelve a él.
Nos separamos enrarecidos.
Nos agradecemos con la mirada.
Nos despedimos inclinando la cabeza.

Turbada aún me encamino hacia la mesa,
la misma a la que no llegué antes
donde sé que todo va a volver a comenzar,
otra vez,
incurablemente.







 

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