RECIBIS BIEN LOS MENSAJES DE TU "CARTERO" INTERNO?

TODO lo que experimentamos en nuestra vida externa es una manifestación directa de algún aspecto de nuestro ser interno. O sea que TODO lo que forma parte de nuestra realidad es un MENSAJE de algún aspecto de nuestro ser interno. Por lo tanto, si algo en nuestras vidas que no nos gusta, tenemos que cambiar el aspecto de nuestro ser interno que origina lo que nos disgusta. La clave está en aprender a reconocer los mensajes LO ANTES POSIBLE. La explicación que voy a ofrecer está basada en ciertas premisas que, a mi modo de ver, son leyes ineludibles.

No tenemos que preocuparnos de no llegar a entender un mensaje. Esa opción no existe. Nuestro "cartero" interno es incansable y persistente. SIEMPRE vamos a entender, ¡tarde o temprano! Cuando no nos damos por aludidos con la primera misiva seguimos recibiendo primero tarjetas postales y cartas, más adelante telegramas y envíos especiales, luego sobres grandes y, a la larga, paquetes dinamitados tan enormes que tenemos que ir a buscarlos en camiones blindados y en compañía de expertos que nos ayuden a lidiar con los efectos de la explosión.

Nuestras relaciones íntimas tienden a acaparar totalmente nuestra atención. De modo que cuando hay algo que necesitamos aprender para continuar nuestro desarrollo personal, nuestras parejas se convierten en "mensajeros" sumamente efectivos. ¡De hecho, para cuando es nuestra pareja quien nos trae los mensajes, ya estamos a nivel de los sobres grandes y aproximándonos rápidamente a los paquetes dinamitados! Veamos un ejemplo de cómo ocurre.

Marisa es una joven muy insegura de sí misma. A pesar de contar con un contrato vigente, el dueño del departamento que estaba alquilando le notifica que tiene que mudarse. Marisa acepta sin titubear su "mala suerte". Después de un agobiante proceso de búsqueda de un nuevo lugar y mudanza, Marisa descubre que el apartamento había sido ocupado enseguida por unos amigos personales del dueño.

En su trabajo una compañera, Amalia, lleva meses pidiéndole a Marisa que termine sus labores para ella poderse ir temprano de la oficina y salir con su novio. Marisa admira la personalidad extrovertida de la hermosa Amalia y acepta la imposición porque así siente que se gana su amistad. Un día Marisa le pide a Amalia que le ayude con su trabajo para poderse ir temprano. Amalia se niega... Marisa se siente herida pero, ¡la próxima vez que Amalia le pide a Marisa que cubra por ella, vuelve a hacerlo!! (¿Comienzan a ver el problema?)

Ahora Marisa conoce a Pedro de quien se enamora perdidamente. ¿Cómo es posible que un joven tan apuesto se haya fijado en ella? ¡No puede creer la suerte que ha tenido! Marisa se desvive por complacerlo en todo. Un mes después de conocerlo, Pedro es despedido de su trabajo. Marisa le ofrece que vaya a vivir con ella en lo que encuentra otro trabajo. Como Pedro no está recibiendo ingresos, Marisa cubre todos los gastos de ambos en su casa, nunca le pide que la ayude... y él nunca ofrece. Llevan seis meses viviendo juntos, pero Pedro todavía no encuentra un trabajo que le convenga. Marisa trabaja horas extra para poder ganar más. Pedro tiene por costumbre los fines de semana invitar a sus amigos a la casa. Marisa siempre los atiende y cocina para ellos. Pedro le dice que se siente muy feliz en su compañía y viviendo con ella, pero una amiga le acaba de comentar que vio a Pedro disfrutando de una cena muy romántica mientras Marisa trabajaba hasta tarde. ¡A estas alturas a Marisa ya le explotó el paquete en la cara!

Marisa es bondadosa y desprendida. Pedro es tacaño y desconsiderado. Marisa se sacrifica por otros. Pedro obra convencido que el mundo se lo debe todo y es un egoísta de primera clase. ¿Los proverbiales opuestos que se atraen? Sí, ¿por qué? Porque cada uno está demostrando al otro lo que necesita cambiar en su propia personalidad. Marisa tiene que aceptar su valor propio para no dejarse atropellar más. Pedro necesita entender la motivación de un amor sincero y desinteresado.

Todos repetimos patrones de circunstancias en nuestras vidas. En esos patrones están las lecciones que tenemos que aprender, ¡tarde o temprano! Cuando ignoramos los mensajes no hacemos más que garantizar que las circunstancias se van a ir tornando cada vez más dolorosas y difíciles... hasta que no tenemos más alternativa que prestar atención y entender de una vez por todas el mensaje.

Por ejemplo, en el caso de Marisa, si hubiera rechazado la orden del dueño del departamento hasta que se venciera el plazo de su contrato, tal vez no habría tenido que lidiar con los abusos de su compañera de trabajo. Si después de negarse a ayudarla cuando ella lo necesitó, Marisa se hubiera negado a volver a cubrir por Amalia, tal vez no se habría cruzado Pedro en su camino. Si le hubiera exigido a Pedro que compartiera los gastos de la casa con ella, tal vez no habría tenido que pasar largas horas en la oficina mientras Pedro encontraba a alguien más con quien compartir su tiempo.... y si Marisa no actúa ahora para romper su relación con Pedro y poner fin a ese círculo vicioso, en su próxima relación, en comparación, ¡Pedro va a parecerle un santo!

Cuando reconocemos el patrón y ACTUAMOS para romperlo, el problema desaparece, no vuelve a repetirse -- y las personas que nos han servido de mensajeros CAMBIAN o DESAPARECEN de nuestras vidas. Lo importante es reconocer que mientras más tardamos en ACTUAR, más difícil resulta porque las circunstancias nos afectan emotivamente cada vez más.

Si encontramos que hay personas en nuestro entorno manifestando de forma EXAGERADA y EXTREMA características que nos hacen daño o nos disgustan, quiere decir que nos encontramos ya en las etapas explosivas porque no hemos entendido ni tomado acción con los mensajes más sutiles que SIEMPRE nos llegan primero.


© María del Carmen Siccardi

 

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