Pérdidas (anónimo)

Pérdidas

Es habitual usar la expresión hacer el duelo, que significa nada más y nada menos que aceptar una pérdida: la muerte de un ser querido, el fin de un amor, un cambio de casa, un despido, el paso del tiempo.
Desde que nace, el ser humano está expuesto a los duelos. Cada avance en nuestro crecimiento va acompañado de la perdida de las seguridades que nos brinda lo que ya conocemos. Por lo tanto, toda situación de cambio presenta esta doble faceta: el logro y la pérdida.
Vivir es perder un poco.

La muerte de una persona querida: es el duelo más difícil de hacer. Es el nunca más. En realidad lo único que queda es el amor y los momentos compartidos. El único consuelo ante una muerte es el paso del tiempo y el amor.
Cada persona tiene distintas formas de resolver estas experiencias de duelo y cada uno lo hace de acuerdo con su personalidad las experiencias vividas, sus mensajes familiares y la capacidad que tenga de rearmarse y reestructurarse.
Hay alguna salida? Sí, hay personas que pueden “bancarse” la pérdida, asumirla y a la vez intuir lo nuevo que viene. Son en definitiva los que se dan cuenta que el duelo es también crecimiento.
Una de las salidas más saludables ante una perdida es la que se nos brinda a través del trabajo creativo. Lo importante es no quedarse enquistado en el dolor. La tarea de elaborar el duelo es reconocer la pérdida, pero elegir la vida, para proyectarse en una mirada abierta, futura.
No olvidar sino recordar distinto. Claro, no es fácil, nada fácil es transitar el dolor de una pérdida.
Entender que de eso se trata vivir, quizá ayude un poco.

 

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