UN DICCIONARIO CON FRASES ARGENTINAS SE EDITA EL PROXIMO AÑO


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Publicado por
@JONES

14/09/2009#N28582

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El año próximo será editado el primer diccionario de frases del habla argentina.





Chaucha y palitos

Muy barato. La "chaucha" era un vegetal nada estimado por el gaucho, quien no era vegetariano, sino básicamente carnívoro. La voz "chaucha" era, para el, sinónimo de cosa de poco valor. "Palito" alude al de la yerba, a aquel que flota en el agua del mate mal cebado. Sumados en la expresión, ambos elementos desconsiderados por el hombre de campo, indican que algo es de muy poco valor: "se la compra por chaucha y palito".



Comerse un garrón

Tener que soportar inesperadamente una situación desagradable. El garrón es la parte de la pata de la vaca cercana a la pezuña; no tiene casi carne, a lo sumo se lo usaba para hacer caldo. Como pieza de alimento, pues, es despreciable. De allí la expresión. Es que le quede a uno lo peor para comer. La frase, de origen rural, pasa al uso ciudadano. El tener que aceptar situaciones desfavorables de distinta naturaleza supone "comerse un garrón: que le toque una mujer fea, que lo ningunee un jefe, el que lo carguen a uno con culpa ajena, etcétera.



Arrimar la chata

Arrimar el carro. Alude a la "chata" que es un carro de cuatro ruedas, playo, con un borde de unos 40 centímetros, descubierto y tirado por caballos, muy usado para acarreo de material en las colonias del campo argentino. La intención es "cargarse" a la persona abordada.



Andar como bola sin manija

Agitarse o moverse sin hacer nada efectivo ni útil. Las bolas o boleadoras eran armas propias del indígena pampeano. Había de una (llamada "bola perdida"), de dos y de tres bolas (llamada "las tres Marías") amarradas por tientos. Las de dos o tres bolas tenían una de ellas, más pequeña, llamada "manija", que el hombre tomaba en su puño para hacer girar la otra o las otras por sobre su cabeza, en círculo, y arrojarlas a las patas del avestruz o el potro que pasaba a la carrera. La bola perdida no tenía "manija", solo se la ataba con un tiento y con el se la manejaba para arrojarla. No estaba destinada a trabar las patas del animal, sino que se la destinaba a golpearla en la cabeza, para derribarlo con el golpe. Andar como bola sin manija, significa ser "un bola perdida", sin mucha dirección u orientación.



Cabecita negra

Persona de escasos recursos económicos y que, por lo general, proviene del interior del país. Alude al color de pelo negro de la gente humilde. En la década del cuarenta se usó despectivamente para denominar a quienes llegaban a Buenos Aires durante el proceso de industrialización. Eva Perón lo retomó y lo usó como denominación afectuosa al referirse a la masa trabajadora.



La mano de Dios

La expresión indica la presencia de una voluntad divina en lo humano, actuando con eficacia y oportunidad, en situaciones difíciles o preocupantes. Es una frase de origen oriental, semítico, que alude a la omnipotencia de Dios que decide sobre todo lo existente. En el ambiente deportivo, la frase se asocia al gol que Diego Maradona hizo al equipo inglés, empujando la pelota con la mano izquierda hacia la red. El hecho ocurrió en el Mundial de Fútbol de 1986, en México. En rigor, fue el propio Maradona quien en la conferencia de prensa posterior al partido, ante la pregunta de si había hecho el gol con la mano contestó que fue la mano de Dios. Fue una manera de señalar que Dios se valió de su mano para la acción que benefició a nuestro equipo. Y no que Maradona sea Dios, como lo predica alguna despistada Iglesia Maradoniana.



Estar afeitado y sin visitas

Haberse preparado para algo sin que nada ocurra hasta el momento. Esta frase es usada para indicar que han sido inútiles los preparativos hechos para recibir a alguien dada la ausencia del causante, o bien que no se han producido los acontecimientos que se esperaban y que, por ende, los preparativos fueron vanos.



Irse al humo

Dirigirse con vehemencia hacia un lugar, cosa o persona.

Una primera explicación, la más antigua, es que, en la Pampa, las señales de convocatoria para los malones las hacían los indios con humo. Cuando, dispersos en la llanura, veían las señales, acudían al humo para concentrar sus fuerzas y hacer efectivo el malón, es decir el robo y ganancia con bienes y cautivas. Luego significó el atropellar para la pelea, como los indios convocados por las señales: irse con fuerza al malón, al enfrentamiento. Eso se usa hoy cuando uno, caliente, se va al humo a pelear con alguien o contra un árbitro de fútbol, etc. Pero también en los casos en que se reparten regalos en la calle, o anuncian algo barato en un negocio. La gente acude con precipitación. Equivale a lanzarse atropelladamente en procura de algo. Más tarde, aludió al hecho de quien veía salir humito en algún sitio suponía que ahí se hacía un asado, y se iban al humo por ver si ligaban algo.



Bolear para el pulpero

Trabajar para que otros se lleven el resultado, con muy poco margen de ganancia (Trabajar para el rey de Prusia). La expresión proviene de la realidad rural, donde el pulpero -que expende, entre otras cosas, alcohol y tabaco- se come todo el fruto del trabajo del gaucho "vicioso".



Meter la mula

Engañar, estafar a alguien; falsear algo para engañar a alguien; distraerlo para tranfuguearlo. Hacer el cuento del tío. Es una expresión de origen comercial, que se usa cuando nos venden mercadería trucha, vencida o averiada; o que se la entrega en forma indebida. Distintas explicaciones posibles: a) Para el contrabando, en la cordillera boliviano argentina, se usan mulas cargadas, que van solas por caminos infrecuentes, o pasos montañosos de difícil acceso, evitando así el control de los puestos aduaneros. b) Cuando se pesaba en el balancín, o en balanza plana, la leña transportada por las mulas, el vendedor, disimuladamente, hacía pisar la base de la balanza con una mula, lo que aumentaba el peso de la leña, engañando así al comprador. c) Hoy se llama "mula" a la persona que sirve para transportar carga oculta, y también con ella se "mete la mula". Habitualmente se usa la mujer como "mula" para el tráfico de drogas.



Mucho gregre para decir Gregorio.

Expresión que alude al intento de disfrazar una realidad poniéndole aditamentos que no cambian la sustancia. Dar muchas vueltas para hacer o decir algo previsible u obvio. Esta expresión está emparentada con la idea gatopardista de que "algo tiene que cambiar para que todo siga igual". Alude a los cambios cosméticos y no sustanciales.



¡Metele que son pasteles!

Expresión que incita a aprovechar la ocasión y a actuar rápidamente. El "metele" es de uso nuestro como incitación a correr, actuar con rapidez, apurarse. La promesa de los pasteles, típico dulce o postre criollo, es un incentivo para la acción rápida.



Andá a cantarle a Gardel

Expresión de incredulidad utilizada ante la falta de veracidad de lo que alguien afirma o sostiene. Expresión para indicarle a alguien que deje de molestar y que vaya a quejarse a otro lado o a otra persona. a) "Cantar" no se refiere en la segunda acepción a vocalizar sino a la intención de revelar algo secreto. b) Remitirlo a Gardel equivale a enviar a la persona a que entable un monólogo con quien no puede escucharlo ni contestarle.



Correr con el caballo del comisario

En una competencia o circunstancia de la vida, estar en amplia ventaja y no estar expuesto a resultados adversos. La frase viene de épocas pasadas, cuando en las carreras cuadreras participaba el caballo del comisario del lugar o aquel animal que él había señalado como preferido y al que apostaba fuerte.



Pisar el palito

Ser víctima de un ardid, engaño o fraude. Caer en la trampa que le han preparado, mostrar su ingenuidad. La jaula o trampera para cazar pajaritos, hecha de alambre y madera, tenía un palito o fierrito liviano que sostenía abierta la puerta que se batía hacia adentro. Se colocaba en la jaula grano, agua y algún otro cebo para el ave que, al entrar, tocaba el palito, y la puerta se cerraba instantáneamente dejando preso al pájaro en la trampera



Pisar el poncho

Aceptar el desafío. En las convenciones del duelo criollo, el desafiante pasaba junto al posible contrincante arrastrando el poncho. Si el otro lo pisaba, significaba aceptación del reto y, la concreción en un duelo a cuchillo. Decir que "nadie le pisa el poncho" a alguien es que no se le animan como contrincante, en deporte, juego, etc.



No querer más lola(s)

Igual que no querer guerra. No querer complicaciones. No querer participar más de algo; abrirse de un negocio. Dar por concluido un trato. La expresión tiene más de una significación. En la década de 1930, se fabricaban en Buenos Aires unas galletitas de marca "Lola", elaboradas con ingredientes sanos y que hizo que médicos y dietistas las recomendaran por lo saludables no sólo en los regímenes sino en las dietas de los hospitales. De esta manera se hablaba de "Lola" y "Lolas" por galletitas. a) Cuando un enfermo dejaba de comer "Lolas" y le permitían pan y otras harinas, decía que no quería más Lola, porque podía comer de todo. Expresaba una forma de liberación. Se aplica hoy a aquel que no quiere saber más nada con una situación y se aparta de todo ello. b) La otra acepción dice que cuando un paciente en un hospital o sanatorio, moría, dejaba de comer. Y la expresión eufemística de "murió" era: "este no quiere más Lola".



Hacer sapo.

Fracasar, errar. El uso de esta frase es muy curioso porque dice lo contrario de lo que el conocido juego del sapo supone. En el juego, "hacer sapo" es hacer entrar la ficha en la boca del animal de bronce que está en la parte superior del mueble de madera del juego; es el triunfo mayor del juego. En cambio, en el uso popular la expresión llegó a significar exactamente lo contrario: fracasar palmariamente.

 

Comentarios

@GOMEZIA

12/01/2024



Che, qué buen blog!
La verdad, me hizo re flashear con los dichos de mis abuelos. Si hubiera tenido ese blog a mano hace unos años, no los hubiera hecho renegar tanto,  Me ayudaría a entenderlos mejor.

Un gusto ver esas terminologías tan auténticas. 👵👴 Copado todo!

diccionario de antonimos