CONSEJOS PARA UNA AMIGA

Escrito por
@FAIER

19/06/2004#N3997

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Me consultas, me preguntas. Te respondo que no tengo el patrimonio de la verdad ni de la palabra justa. Sólo puedo contestarte lo que siento y lo que haría.

Hemos comparado nuestras experiencias, bastante diferentes por cierto, en las que no faltaron dosis de amargura, tristeza, dolor. Tampoco estuvieron ausentes las noches en vela ni las negras ideas que, muchas veces, se nos cruzaron por la mente.

Pero algo nos diferencia: y es que yo sigo dándole batalla a la vida, y tú no; te resignas a seguir en la misma ruta que sólo te trae más de lo mismo. Yo no me he dejado vencer por obstáculos y he luchado por superarlos. Tú los miras con impotencia.

Y yo me pregunto... ¿Por qué sigues en el mismo camino?.

Te dije que abrieras tus alas, una del todo, la otra a medias. Debes primero recuperar las ganas de volar, y recién entonces decidirte a emprender el vuelo abriéndote paso a través de nubes y tormentas para alcanzar la tibia caricia del sol sobre tu rostro, para enceguecerte con su resplandor.

Si te decides, verás que no es tan difícil ser feliz. Pero si no lo intentas, si no te lo propones, es sumamente improbable que lo logres.

¿De qué te sirve apagar el brillo de tus ojos por la intensa rabia que te invade cada mañana?. ¿Por qué permites que sentimientos no sanos te invadan, provocándote y provocando dolor? ¿Crees que de ese modo saldrás del estado inercial en que te encuentras? ¡No seas necia!.

No dejes que los años que pasan sigan dejando huellas de pesar en tu corazón y de tristeza en tu memoria, porque ésa es una pesada mochila que atraerá, como si fuese un imán, resentimiento hacia todo y hacia todos, incluso hacia quienes te brinden la mano franca, la mano amiga. Y es entonces cuando habrás perdido absolutamente todo, porque te encontrarás en la más profunda de las soledades.

Construye una nueva vida poniendo en esa tarea toda tu energía; edifica un nuevo ser y
entonces puede que consigas ser feliz.

Debes dejarte guiar por lo que te dicta tu corazón. Tan sólo date la oportunidad de sentir que haces algo por ti misma.

En eso radica la verdadera fuerza: en estar dispuesta al cambio aceptando los retos y desafíos, no cargando en otros la responsabilidad de las propias falencias y carencias.

Recién cuando entiendas todo esto, es cuando habrás madurado, es cuando habrás crecido.




 

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