Sobre los docentes, la lectura y la escritura...


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@VIVIANSIL

22/01/2015#N51101

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Se trata de una nota realizada a Emilia Ferreiro, una investigadora y educadora argentina, a mi entender, una mente brillante...

Si los docentes no leen, son incapaces de transmitir el placer de la lectura

La educadora argentina Emilia Ferreiro, quien revolucionó la lectoescritura, asegura que si los docentes no leen son incapaces de transmitir placer por la lectura. Dice que todos los chicos pueden aprender si los maestros se lo proponen. Para la investigadora, la escuela es muy resistente a los cambios porque siguen instaladas viejas ideas.Emilia FerreiroEntrevista por Mariana Otero

Emilia Ferreiro casi no necesita presentación. Para el mundo de la educación es un referente indiscutible, que revolucionó la enseñanza de la lectoescritura y que realizó numerosos aportes a la alfabetización en el mundo.

Es argentina, pero está radicada en México desde hace más de dos décadas. Su tesis de doctorado fue dirigida por Jean Piaget en la Universidad de Ginebra. Hace años que recorre América y Europa dando conferencias y capacitaciones a docentes; es autora de innumerables artículos científicos y libros y fue reconocida varias veces como doctora honoris causa por diversas universidades, entre ellas la Universidad Nacional de Córdoba (1999).

La investigadora del Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional de México estuvo en Córdoba invitada por la Facultad de Psicología de la UNC. En diálogo con La Voz del Interior , aseguró que el docente no puede seguir haciendo tareas burocráticas, que debe profesionalizarse, que todos los chicos pueden aprender si tienen un maestro que crea que pueden lograrlo y que la escuela se resiste a los cambios que no genera ella misma. A continuación, un extracto de una larga charla.

–¿Qué puede hacer la escuela para evitar el fracaso escolar?

–El fracaso escolar tiene varias caras (…) Voy a hablar de los aprendizajes vinculados con la lengua. La alfabetización inicial o tiene lugar en los primeros años de la primaria o es un déficit que se arrastra muy mal. Incluso en casos donde no hay percepción de fracaso puede haber fracaso con respecto a lo que significa alfabetizar. Hoy nadie puede considerarse alfabetizado si está en situación de comprender mensajes simples, saber firmar o leer libros con léxico y sintaxis simplificada. Desde finales del siglo XX estamos asistiendo a una revolución en la que la digitalización de la información es parte de la vida cotidiana y la escuela ni se ha dado cuenta. Entonces sigue preparando para leer un conjunto limitadísimo de textos, sigue haciendo una alfabetización para el pizarrón. Trabajar con la diversidad de textos y alfabetizar con confianza y sin temor a circular a través de los múltiples tipos de textos y de soportes textuales del mundo contemporáneo es indispensable.

–¿Se puede decir que la escuela sigue siendo demasiado conservadora para niños de la era tecnológica?

–El sistema escolar es de evolución muy lenta. Históricamente ha sido muy poco permeable a cambios que la afectaban. Dos ejemplos: cuando apareció la birome, la primera reacción del sistema educativo fue “eso no va a entrar acá porque arruina la letra”, y la escuela le hizo la guerra a ese instrumento: una guerra perdida de antemano (…) Lo mismo hizo cuando aparecieron las calculadoras de bolsillo y dijeron “eso va a arruinar el cálculo escolar y no van a entrar”. Y entraron con muchas dificultades, hasta que en algunos lugares descubrieron que podía hacerse un uso inteligente de la máquina de calcular. En ese contexto hay que ubicarse. La institución escolar siempre ha sido muy resistente a las novedades que no fueron generadas por ella.

–Ahora se resiste a la computadora.

–Es una tecnología de escritura y tiene ventajas innegables para la enseñanza. La primera reacción es de desconfianza. El primer acto reflejo es que si nos traen una, la ponemos con llave.

–¿Se puede alfabetizar igual en diferentes contextos sociales y culturales y con recursos distintos?

–Hay cosas que van a ser iguales y otras que son necesariamente distintas. Algo que les digo siempre a los maestros es: “¿Usted no sabe qué hacer el primer día? Lea en voz alta”. La experiencia de escuchar leer en voz alta no es una experiencia de todos los chicos antes de entrar a la escuela y es crucial para entender ese mundo insólito que tiene que ver con que hay estas patitas de araña (muestra las letras) en una hoja y que suscitan lengua.

–Es otra forma de enseñar a leer y escribir…

–Más que empezar con la pregunta típica de cómo hago para enseñar a leer y escribir, primero hay que enseñar algo acerca de lo que es la escritura y para qué sirve. El maestro tiene que comportarse como lector, como alguien que ya posee la escritura. La gran diferencia entre los chicos que han tenido libros y lectores a su alrededor y los que no los han tenido es que no tienen la menor idea del misterio que hay ahí adentro. Más que una maestra que empieza a enseñar, necesitan una maestra que les muestre qué quiere decir saber leer y escribir. Cuanta menos inmersión haya tenido antes, más hay que darle al inicio.

–¿El docente es consciente de que esta es una buena manera de enseñar a leer y escribir? Hay investigaciones que dicen que los maestros no leen.

–Ese es uno de los dramas del asunto porque se habla mucho del placer de la lectura, pero ¿cómo se transmite ese placer si el maestro nunca sintió ese placer porque leyó nada más que instrucciones oficiales, libros de “cómo hacer para”, leyó lo menos posible. Es muy difícil que ese maestro pueda transmitir un placer que nunca sintió y un interés por algo en lo que nunca se interesó. En toda América latina el reclutamiento de maestros viene de las capas menos favorecidas de la población. En muchos casos no hay aspiración a ser maestro. Y en ese sentido cambió, pasó de ser una profesión de alto prestigio social a una con relativo bajo prestigio social.

–¿Cuánto influye eso en la alfabetización de los niños?

–Mucho, porque si alguien está haciendo lo que hace porque no pudo hacer más, se va a sentir frustrado; y la frustración profesional no ayuda al ejercicio profesional.

Una escuela vieja. –¿Se avanzó en el modo de alfabetizar?

–Hay una visión muy instrumentalista que piensa lo mismo desde hace tantas décadas que da hasta lástima decirlo. Dice: “Primero vas a aprender la mecánica de las correspondencias grafofónicas y para eso mejor que ni pienses porque es un ejercicio mecánico de asociación de correspondencias. Después vas a aprender de corrido, y después vas a entender lo que estás leyendo y después, quizá, te venga esa cosa desde algún milagro llamada placer por la lectura”. En realidad, el placer por la lectura entre los chicos que tienen lectores a su alrededor es lo primero que se instala (…) Es lo primero, no lo último.

–Esta tendencia del placer antes que lo instrumental no está en práctica; seguimos con las viejas teorías. ¿Cómo se revierte eso?

–No es fácil. Lo que no consigo es que me den la lógica de la visión opuesta. Por ese lado hice investigaciones que revelan que los chicos piensan sobre la escritura antes y que lo que piensan es relevante y que es bueno tenerlo en cuenta.

–¿Sigue en vigencia esa idea de que el maestro es la autoridad que les enseña a niñitos que no saben nada?

–Siguen instaladas viejas ideas que son parte de la lentitud del sistema para reaccionar. A veces con el razonamiento de que si siempre se hizo así para qué cambiar (…) Una de las tendencias es regalarle el fracaso a la familia o al niño y no asumir la responsabilidad de que todos los chicos pueden aprender y deben aprender. Andan buscando desde antes que empiece el año escolar quiénes van a repetir o quiénes son los disléxicos o los que tienen alguna patología por la cual la cosa no va a andar. Y realmente todo cambia muy fuerte cuando el maestro dice “aquí no va a haber repetidores” y cuando asume desde el inicio que “aquí van a aprender todos”. Eso exige un involucramiento fuerte del maestro con el aprendizaje; ahí entramos en otra vertiente, en la que el oficio del maestro se ha ido burocratizando cada vez más y desprofesionalizando al mismo tiempo. Recibe instrucciones y las ejecuta: esa es la definición de un burócrata. En tanto, el profesional es el que sabe lo que está haciendo, por qué lo está haciendo y tiene una racionalidad y una especificidad que puede defender profesionalmente.

–¿Cómo se hace para sacar adelante a niños que concurren a escuelas donde hay un libro cada 40 alumnos, sin biblioteca ni computadora y el docente, además, atiende situaciones familiares, psicológicas?

–Enseñar a leer y escribir bajo los bombardeos es difícil. Cuando un maestro está convencido de que puede hacer algo termina descubriendo la manera de hacerlo, y si deja que el malestar general lo apabulle no va a poder hacer nada. Si acepta estar ahí es porque cree que algo puede hacer. Si forma parte de la desesperación colectiva, si se deprime junto con el ambiente, no va a poder hacer nada. Pero hay maestros creativos que consiguen llevar adelante algo que da esperanza… El maestro tiene que decir “aprender es posible”, como el médico decir “la salud es posible”.

Fuente: Redes OEI

Publicado por: Revista AZ // Educación // ArgentinaAZ para MaestrosEmilia FerreiroFomento a la lecturalectoescritura// junio 30, 2014

 

Comentarios

@MARTHA_LUCIA

23/01/2015



MAESTROS que sientan el placer de enseñar, que se alegren cada día en el encuentro con los estudiantes  en el aula, que no se ciñan a un  programa determindado sino que vayan mas allá. Que desarrollen en los estudiantes no solo su intelecto sino su parte emocional, social, motora y deportiva, mediante actividades de teatro, danza, deportes juegos.

MAESTROS que vivan con los alumos el día a día, que se humanicen y luchen con ellos para la realización de sus logros y sobre todo MAESTROS que no le teman al CAMBIO que exige el estar al tanto de los adelantos de nuestro mundo moderno.   
@MARTHA_LUCIA

24/01/2015



acercar, acerca ;-)  
@MONI2020

28/01/2015

Vivi, recién lo leo !! Excelente y tan clara esta mujer !!

Me emocionó  porque recordé una anécdota que me marcó, como tantas...., en esta tarea de VIDA !! 

En un lugar de gran  vulnerabilidad, había un grupo de niños de 5 años con grandes dificultades para expresarse oralmente, se me ocurrió contarles un cuento cada día, pero de autores geniales (a mi parecer) : Elsa Bornemann, Laura Devetach, Gustavo Roldán, Beatriz Doumerc y Ayax Barnes, Ricardo Mariño, Gianni Rodari, Silvia Schujer, María Elena Walsh, Yolanda Reyes, Ema Wolf, Carlos Silveyra, Adela Basch, Ruth Kaufman, Graciela Beatriz Cabal, Graciela Montes y otros maravillosos ¡! (Yo lo disfrutaba profundamente)  Así pasó el tiempo y un día, fui a verlos, pero era tarde y en eso escuché una vocecita que me decía: -"Moni, y nuestro vuentito de hoy ?? " (ya era una necesidad más !! Lo cuento y me vuelvo a emocionar…Fue un impacto tan grande en esos chicos, como en mí. Nuestras charlas florecían y por eso, me alegra tanto lo que subiste al foro ¡! Realmente un placer, un placer esta experiencia y es verdad, ese placer se comparte y desde esa experiencia vital, se puede crecer en deseo de saber, en calidad de comprensión, en significaciones, en palabras…!! Gracias Vivi !!

 
@VIVIANSIL

31/01/2015



Moni:

excelente la selección de autores, excelente el trabajo que desarrollaste, toda una pedagogaaa!!!

Te felicito. Y especialmente lo que señalas, el impacto en esos niños.

Lo que llevabas a cabo tiene una fundamentación de años de investigación en didáctica de la alfabetización inicial.

Un beso enorme!!! Vivi.  
@MONI2020

01/02/2015

Vivi, hice trabajos con autores conocidos desde la didáctica y con una ideas de investigaciones de una mujer que pude conocer y leer que es esta:

Michele Petit: "La lectura construye a las personas, repara, pero no siempre es un placer"

La socióloga francesa estuvo en Buenos Aires para presentar su último libro. Dijo: "La lectura es un derecho vital como el agua". 

 
Por: Victoria Tatti


CARA A CARA. Para petit, así se transmite el arte de la lectura.
 


 

(Nota publicada originalmente en Clarín, Domingo 28 de junio 2009)

El discurso sobre la lectura como un placer es complicado porque nació en reacción a otro que quizás era aún peor, el discurso de la obligación. 

En medios en los cuales leer no siempre es un placer, ­porque es difícil, porque existen obstáculos como el alejamiento geográfico, dificultades económicas y prohibiciones culturales, o porque quizás la cultura escrita no estuvo presente­, la persona que no lo experimenta puede sentirse aún más excluida. En esas situaciones desfavorables, muchos logran leer gracias a los mediadores, al acompañamiento cálido de algún facilitador con gusto por los libros, que logra hacer deseable su apropiación". Reflexiva y polémica, con una trayectoria de 17 años en la investigación sobre la lectura, la socióloga y antropóloga francesa, Michele Petit, estuvo en la Argentina y dialogó con Clarín

Aquí presentó su libro "El arte de lectura en tiempos de crisis", editado por Océano. 

-Descartada la imposición de la lectura y el 'deber' de sentir placer, ¿qué tipo de acercamiento sugiere? 

-La lectura es un arte que más que enseñarse se transmite en un cara a cara. Para que un niño se convierta en lector es importante la familiaridad física precoz con los libros, la posibilidad de manipularlos para que no lleguen a investirse de poder y provoquen temor. Lo más común es que alguien se vuelva lector porque vio a su madre o padre con la nariz metida en los libros, porque oyó leer historias, o porque las obras que había en casa eran temas de conversación. La importancia de ver a los adultos leyendo con pasión está en los relatos de los lectores. 

-¿Y en hogares donde no pasa? -Ahí es donde debe actuar el mediador cultural porque, para que se transmita eventualmente el deseo de apropiarse de la cultura escrita, es clave la relación que cada uno tiene con la propia historia de lecturas, los momentos felices y los dificultosos, todo eso actúa inconscientemente cuando somos mediadores de un libro frente a un docente o un niño. 
He trabajado en medios rurales o barrios marginales, donde la cultura escrita no es algo dado. 
Allí, la gente dejaba en claro que hablaba de placer, había podido tener un acercamiento a la lectura, les había ayudado a construirse a sí mismos, su subjetividad o a reconstruirse en la adversidad. 

Es necesario multiplicar las oportunidades de encuentro y no sólo en el ambiente del aula ­porque funciona la idea de la obligación de aprender­ sino en otros como las bibliotecas, escolares y públicas. 

-En una clase, ¿cómo funciona la re- lación del maestro con la lectura? 
-Si el corazón no está, eso sentirá el niño. No se puede ocultar. 
Es importante que cada mediador se tome el tiempo de pensar en la propia historia con los libros. 
Porque se puede enviar un mensaje en pro de la lectura y debajo de eso, y sin que la persona se dé cuenta, existe otro, que revela la verdadera relación, profunda, a veces mucho más complicada. 

-¿Es lo que prevalece? 
-Claro, de inconsciente a inconsciente. Si el deseo no esta allí, el niño lo entenderá. O si el padre lee porque 'tú también debes hacerlo', si pasa por ser una faena austera, un deber a cumplir, lo siente. 

-¿Cómo describiría la relación de los lectores con la lectura? 

-En general es una relación ambivalente. Epocas en las que uno se sumerge y otras en las que cuesta mucho leer. En algunos ambientes, el hecho de aislarse está mal visto, es una grosería. Al lector a veces se le tilda de egoísta, algo muy frecuente y muy actuante. 
No se trata de un deber, de entrar en la lectura como en una religión. 
Hay momentos en que uno está más involucrado. ¡Un poco de libertad! No hay ninguna obligación de estar siempre leyendo. 

Mencionó la función de la lectura en la construcción de la subjetividad. 
¿Podría ampliar este concepto? 

-Una de las mayores angustias humanas es la de ser caos, fragmentos, cuerpos divididos, de perder el sentimiento de continuidad, de unidades. Uno de los factores por los cuales la lectura es reparadora es que facilita el sentimiento de continuidades, el relato. Una historia tiene un principio, un desarrollo y un fin; permite dar una unión a algo, Y, a veces, escuchando una historia, el caos del mundo interior se apacigua y por el orden secreto que emana de la obra, el interior podría ponerse también en orden. El mismo objeto libro ­hojas pegadas reunidas­ da la imagen de un mundo reunido. 

Usted presenció la capacidad reparadora de la lectura en comunidades alejadas de la cultura escrita. 

-Sólo como ejemplo, en contextos como en Colombia, donde hay programas de lectura para chicos desvinculados del conflicto armado, abandonados, la lectura permite que la gente hable entre sí, que recuperen la palabra. Claro que también hay tiempos de silencio, pero se desencadena un proceso, relanza el pensamiento, la memoria. Algo se alivia.

 
@VIVIANSIL

03/02/2015



Excelente, Mónico, yo lo subiría como un foro propio y único (es sólo una sugerencia).

Admiro a MIchele Petit.

Un beso, Vivi.  
@MONI2020

04/02/2015

Fue emocionante conocerla personalmente, una alegría en  comunicarse, en escuchar, en compartir, lo recuerdo con mucha emoción !! Lo subo, no sé si es de interés , pero realmente es maravillosa su experiencia de trabajo con la re-visualización de la propia identidad  a través de la lectura. Me ha conmovido profundamente. Besos. Vivi !!