EL MISIONERO

Pedro Bonifacio Palacios, ALMAFUERTE fue una personalidad poderosa en palabras y en actos, huérfano de padres y amores.
No hay caridad verdadera que no se enferme o que no se manche
Para subir hasta Jesús hay que bajar hasta Dimas y para llegar hasta Dimas,hay que dejar muy arriba el éter irrespirable de los inocentes y puros.
El dolor no huele a vinagre aromático,ni habla en verso,ni se lamenta en música, ni va a cenar a la fonda,con los cómicos, después de llorar.
El corazón del bueno es comparable a las vendas que circundan las heridas, a medida que estás van cicatrizando, aquellas van arrojándose impregnadas de pus y de sangre.
No creas en la predicación de aquel abate perfumado de heliotropo, que sube a su púlpito con el corazón lleno, todavía de las graves impresiones de la conferencia de San Vicente y de las fiestas de caridad de las duquesas y que cruza, después,como un César, sudoroso entre sus encajes, por aquella elegantisima multitud cuya emoción artística él ha conquistado. No creas en esa predicación......es una página Rossi ni!
Cree, si en el propio San Vicente de Paúl; si en el apostolado de aquel sacerdote ciego de caridad,enloquecido de evangelización, que irá se lanza por los desiertos de África, y ora se mete en los tugurios de la ciudad que son los desiertos de la civilización para salir de ellos torturado de dudas,cubierto de maldiciones y carcomido de remordimientos. Evangelica XV

Almafuerte nació en 1854, y como todos lo que brillan, dejo una gran huella en este mundo. Si hubieras nacido en esta época yo de seguro te hubiera conocido.

San Vicente de Paúl, leí su historia a través de un libro sobre vida de los santos. Un gran icono de caridad y bondad en este mundo.

 

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