Mujeres que pagan por Sexo, una opción cada vez más común

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@DANTEX

05/04/2019#N69088

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Los especialistas coinciden en que disfrutan el momento, pero luego se sienten culpables porque no pueden disociar el sexo del amor. Las que se animan tienen más de 35 y buen nivel económico.

Coquetea. Juega un jueguito de mirada esquiva. Se arrima, le ofrece un trago que el mozo sumará a su cuenta, repite el suyo y encara: "¿Pasamos la noche juntos?", arremete, con naturalidad. No finge una atracción mutua que —lo sabe, lo asume— ni existió ni disparó el contacto. Las ganas son propias, individuales, solitarias, y se hace cargo. No es la primera vez... "Tengo que esperar que el boliche cierre. Por 200 pesos, más el hotel, te garantizo tu mejor noche", le devuelven, y regatea: "150 y en casa. En dos horas te podés ir, no quiero más". La escena: un clásico arreglo entre partes por un rato de sexo a cambio de dinero. Valoraciones morales al margen, nada de novedoso ni extraño... Excepto por un detalle: la que paga y compra un cuerpo y un servicio de placer a domicilio por unas horas es una mujer. Y el que "se vende", un hombre. Un detalle capaz de cambiar las lentes y redefinir la mirada sobre esa escena. Porque —seamos honestos y asumamos el machismo que la mayoría llevamos dentro— nos guste o no, nos resulte justo o injusto, que la mujer argentina pague por sexo es, por lo menos, motivo de sorpresa. Pero habrá que digerirlo... Porque pasa. Y mucho. "Es un hábito más extendido de lo que se cree. Siempre hubo mujeres que mantenían varones, pero el hecho de pagar por sexo es bastante reciente. La mujer hoy habla del touch and go (toco y me voy) y del sexo furtivo con bastante naturalidad. Y de ahí a cuestionarse por qué no puede también pagar, como el varón, hubo apenas un paso. Tiene que ver con los nuevos roles de la mujer", dice el psiquiatra y sexólogo Adrián Sapetti, presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana. Reza el prejuicio —o arrojó hasta ahora la tradición— que la mujer no necesita pagar por sexo. Que lo tiene ahí, a su disposición. Que basta que lo desee para encontrarlo. "No sé si sigue siendo así o si es así en todos los casos, pero en estas actitudes se juegan otras cosas: el sexo pago supone una situación de poder, un atributo que hasta hoy detentó el varón. Ahora la mujer también paga y manda. Y se permite disfrutar", sostiene Sapetti.Nadie se atreve a hablar de tendencia, pero los especialistas reconocen que la conducta existe y que es cada vez más visible. "Se habla de masculinización de la mujer, pero lo que ocurrió es que el hombre fue perdiendo cosas que eran concebidas co mo propiedad exclusivas del género masculino. Es cultural. Ser gerente de una empresa también era visto como algo masculino", agrega.Todas las fuentes coincidieron en las mismas características al momento de definir el perfil de la mujer que paga por sexo. "Mujeres de alto poder adquisitivo, divorciadas o separadas, que no quieren complicarse la vida y valoran la discreción que ese vínculo supone, o prefieren acostarse con alguien a quien le puedan pedir cualquier cosa sin que su imagen se vea resentida. Son mujeres que se sienten con derecho a disfrutar del sexo en igualdad de condiciones que los hombres", apunta la psicóloga y sexóloga Diana Resnicoff. "Suelen ser mayores de 35, 40 años y elegir va rones más jóvenes, de hasta 20 años menos", dice.A contramano de cualquier imaginario, en estos vínculos no siempre predomina la modalidad "atracción fatal". Por el contrario, según los expertos, las que pagan por sexo suelen investir la relación de una actitud cariñosa y tierna, que en algunos casos hasta se tutea con lo maternal, un "juego" al cual estos hombres se entregan sin mayores reparos."Hay varias formas de pagar por sexo, no sólo cuenta el dinero. Son frecuentes los casos de mujeres que visten, cuidan y hasta les pagan estudios y hobbies a amantes jóvenes", comenta el sexólogo León Gindín.¿Qué lleva a una mujer a pagar por sexo? "La comodidad —asegura Gindín—. Ocurre lo mismo que con el varón: satisfacción inmediata sin consecuencias ni compromisos. La diferencia es que la mujer prueba, lo toma como una experiencia. Es raro que haya, como ocurre con los varones, una adicción prostibularia".Para Resnicoff, los cambios de actitud de la mujer frente al sexo obedecen a los nuevos valores y estereotipos sociales: "La mujer ya no aguanta una relación que no le sea satisfactoria. Busca libertad para pedir, para decir sí o no, para cumplir sus fantasías".A la curiosidad, el deseo y las ganas de probarse y experimentar de la mujer se agrega un creciente grupo de jóvenes dispuestos a intercambiar sexo por bienes materiales: dinero, tarjetas, autos, etc. ¿Dónde encontrarlos? Muy fácil: hay decenas de sitios en Internet que proponen varones para todos los gustos y crece la oferta de shows de strippers, en locales y a domicilio.Clarín fue, de algún modo, testigo y escenario de estos cambios. En el rubro 59, según los responsables de la sección Clasificados, "proliferan" los taxi boys. "La oferta creció mucho, al igual que la de los travestis. Antes casi no había avisos y hoy hay 40 o 50 por día. El 10% de los anunciantes del rubro son taxi boys", explicaron. Además, los pocos que se publicaban antes eran muy moderados ("compañía para señoritas", por ejemplo) y hoy los hombres no dudan en promocionar sus "atributos" para sus potenciales clientas. "La mujer tiene otra mentalidad. Antes los strippers se quedaban en boxer o calzoncillos. Hoy, si no hay desnudo total las clientas se enojan. Piden más", cuenta Tony Altamura, a cargo del Golden. Cada fin de semana, más de 800 mujeres van allí a festejar despedidas de solteros, cumpleaños y divorcios. "La mayoría no busca sexo sino entretenerse y liberarse. Gritan cosas peores que los hombres", revela. "No ofrecemos sexo, pero no censuramos a nadie. Queda a criterio de los strippers", dice Altamura. "Unas 50 mujeres se les pegan a los chicos después del show. Y es tal la demanda que, cuando se abre la puerta a los hombres, varios fisicoculturistas entran para competir con los strippers. Las mujeres les ofrecen entre 100 y 1.000 pesos y a veces los contratan como regalo a una amiga". Los shows a domicilio también suman clientas. "Tenemos unos 8 pedidos por semana. Duran 20 minutos y cuestan 200 pesos por stripper. Si después hay sexo corre por cuenta de los chicos —aclara Altamura—. Es sencillo: todo lo que antes hacía el varón hoy también lo hace mujer. Son caprichos, gustos, tendencias...". Realidades(Clarin)

 

Comentarios

@AVECILLA

08/04/2019



Ni siquiera vale un comentario  
@LUMINUS

09/04/2019

Ésta nota la publicó Clarín!!!! parece que hay que rellenar espacios....con cosas intrascendentes.......  
@DANTEX

09/04/2019

¡Esta puesto qu es clarin la fuente ! Nose cual es la novedad Señora.Saludos  
@AVECILLA

10/04/2019



@DANTEX, quisiera saber tu opinión al respecto. Está bien o está mal que las mujeres traten a los hombres como objetos sexuales?

La mía es que es moralmente censurable tanto en mujeres como hombres. Los objetos sexuales humanos son degradantes para el que se pone en ese lugar.

   
@DANTEX

10/04/2019



Como no escapa a Usted hay de todo ,Cada uno sabra cuales son sus limites con quien y para que,Image result for frases de bob marley  
@MUJERONLINE

10/04/2019



No leí la nota en su totalidad ni es de mi interés, pero leer la opinion de Bob Marley, segun la imagen publicada, no puedo dejar de responderle aunque él no la lea: "del mismo modo para ti Bob Marley"-  
@LUMINUS

11/04/2019

Coincido con vos @MUJERONLINE, bien expresado!!!!  
@AVECILLA

11/04/2019



@DANTEX, yo te pregunté a vos directamente, no me gusta tu respuesta porque no es tu opinión al respecto. No la tenés o no te atrevés a publicarla?