¿Qué cosas hacen realmente difícil la vida de las personas?


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@DANTEX

17/05/2019#N69509

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1. El pasado y el futuro.

Hay una frase que me gusta que dice algo así:

Depresión es exceso de pasado. Ansiedad es exceso de futuro.

Mucha gente se complica la vida a sí misma teniendo emociones y actitudes improductivas que pueden complicar las relaciones personales, la efectividad laboral y hasta el perder oportunidades.

Cuando nos enfocamos en el presente y nos enfocamos en resolver los problemas que están en nuestras manos resolver, la vida se aligera mucho.

Tendrás menos preocupaciones, menos distracciones y podemos estar “demasiado ocupados como para tener miedo a lo que vendr...

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1. El pasado y el futuro.

Hay una frase que me gusta que dice algo así:

Depresión es exceso de pasado. Ansiedad es exceso de futuro.

Mucha gente se complica la vida a sí misma teniendo emociones y actitudes improductivas que pueden complicar las relaciones personales, la efectividad laboral y hasta el perder oportunidades.

Cuando nos enfocamos en el presente y nos enfocamos en resolver los problemas que están en nuestras manos resolver, la vida se aligera mucho.

Tendrás menos preocupaciones, menos distracciones y podemos estar “demasiado ocupados como para tener miedo a lo que vendrá”.

2. No estar ocupados

Cuando tenemos demasiado tiempo en nuestras manos, por algun motivo nos volvemos infelices.

El no tener objetivos, el no tener ningún plan de vida, el no aprender constantemente te crea estancamiento, te hace menos atractivo, te arruina la actitud productiva y te hace una víctima del sistema.

Es un círculo vicioso.

3. No ser asertivos

El no ser preciso en cómo comunicas, el ventilarte con la persona equivocada, el no aceptar errores, el echar culpas y los prejuicios vaya que hacen la vida difícil.

También el enfocarte en lo malo, el no reconocer el esfuerzo del otro y el chantaje emocional muestra una terrible asertividad.

Los errores también pasan. Nadie somos inmunes a ellos.

En un video viral un juez tiene a un DJ en su juzgado, detenido por “enfrentarse a la policía”. El juez da la palabra al DJ y este comenta que después de hacer su labor, quiso invitar a una amiga una bebida y se le fue negado el servicio, fue expulsado del lugar sin paga y él se enfrentó al cadenero. Llamaron a la policía y el se mostró rebelde. No hubo violencia, solo ofensas. Como resultado, pasó la noche en la cárcel, no recibió paga y tuvo que tragarse su orgullo. La policía quería darle además una infracción, pero el juez se la perdonó. Dijo, “para lo que le pasó a esta persona creo que ya sufrió bastante”.

Se generan resentimientos, fricciones, falta de apoyo y así se dividen incluso familias, por no cuidar tus palabras.

4. Consumir por las razones equivocadas

En publicidad se critica el hecho de que se “abusa de la infelicidad para vender mercancía”.

Ves en un video una persona infeliz que compra un Ferrari y se vuelve feliz, hasta que se aburre y se siente infeliz de nuevo y eso lo motiva a comprar la siguiente gran cosa.

Sí hay personas que curan su tristeza haciendo compras, como hay otros que la tapan bebiendo de más. Los vicios existen y se manifiestan de varias formas.

Pero seamos realistas, ¿realmente quien diseña un Ferrari lo hace pensando en una persona infeliz y con mucho dinero? — ¿O más se trata de tener un juguete potente y atractivo para vivir la vida como uno quiere y dar la imagen que uno desea proyectar por su ego?

Consumir no es malo, pero sí es hacerlo por las razones equivocadas. Y seamos realistas, ningún negocio negará recibir dinero, así estés feliz o triste. Así que encárgate de tu felicidad y haz lo que quieras, pero no te victimices del sistema, nadie te obliga a comprar para curar tu infelicidad.

5. La comunicación pobre

Todo tipo de relaciones se complican solo por no decir lo correcto en el momento correcto.

La comunicación es solo una pequeña parte lo que dices, el resto está en el tono y tu lenguaje corporal.

Conozco personas que simplemente asumen que el otro entiende algo o que hará algo y cuando no lo hacen, discuten y se molestan innecesariamente. Todo por no hablar claro y fuerte.

Sean hijos, amigos, pareja, maestros, socios, empleados, meseros, asistentes, secretarias…

Parte de tener buena comunicación está en el que tu palabra valga. En revivir el honor y el valor de tu palabra. No prometas nada que no vayas a hacer ni digas que sí cuando quieres decir que no. Evita los pretextos y reconoce abiertamente cuando algo no se hizo o salió mal.

La comunicación es un habilitador de la confianza y creelo o no, la gente quiere confiar en ti, pero una comunicación pobre daña rápidamente una relación.

6. El aferramiento

El no dejar pasar las cosas. El aferrarse a las cosas, a las personas, a los títulos, a los diplomas y a cualquier cosa que no es la vida misma, complica tu propia vida.

Como dice aquella historia del rey y sus consejeros. El rey le pide a sus consejeros un anillo con una frase grabada que le ayude a superar cualquier eventualidad de la vida. Después de algunos días los sabios le dan un anillo que dice, “todo pasa”.

Ese momento difícil pasará, los buenos también. No todas las amistades están destinadas a existir para siempre. No todos los amores perdurarán por más que se alimenten. Y las cosas por servir se acaban.

La vida está diseñada para reinventarse a través de ciclos. Ciclos de vida y muerte. Solo tienes que andarla y aprovechar lo que te ofrece.

7. Pensar demasiado

Este es el mal del zopilote y personalmente me ha llegado a afectar bastante.

Pensar demasiado alimenta la duda y la duda alimenta la inacción.

Imagina que quieres aprender a andar en bicicleta y aprendes viendo algunos videos y pensando en la bici adecuada, y luego investigas sobre los riesgos, el mantenimiento y las marcas, y luego mejor decides postergarlo porque ya te llamó la atención otro hobby, y esto se convierte en un ciclo.

Es importante tomar riesgos en la vida, pero uno comienza tomando riesgos pequeños y aprendiendo para luego tomar riesgos más grandes y mejor calculados.

8. El no ser enfocado a soluciones

Cuando eres productivo los problemas nunca faltan, y cuando ocurren, qué mejor que saber qué hacer y resolverlo.

Hay algunos problemas que debemos de prevenir, pero la mayoría de problemas se deben de resolver en el momento. Por ejemplo, tener una mala campaña de ventas debido a la mala planeación es algo que se puede prevenir, pero un problema que surge fuera de nuestro control o una complicación que surge por cualquier motivo y es inesperada, pues se resuelve en el momento.

Pero no toda la gente es así, algunos introducen su falta de asertividad y echan culpas, se molestan y hacen berrinche. La vida es injusta. Mientras hacen esto, no resuelven nada.

Piensa en soluciones, luego soluciónalo, y luego ve quien es el responsable y qué pudo hacer para prevenirlo (o si lo resolvió efectivamente), y después aliéntalo o despídelo (si hubo indiferencia o ineptitud de su parte).

No enfoques tu energía en los problemas de la vida, sino en cómo solucionarlos.

9. No adaptarte a las circunstancias

Como muchos, a veces quiero que todo salga como pienso y algunas veces no es así.

Soy experto en una cosa que no es ciencia exacta y no siempre puedo generar grandes resultados por más que me esfuerce. Entonces tengo que encontrar una solución y si ésta se sale de mi área de conocimiento, debo hacer la recomendación.

La vida trae sorpresas, y algunas forman parte de la mera condición humana…

Una de las grandes virtudes del hombre que hoy se demoniza es la migración. El hombre tiene miles de años migrando. Está la migración como aquella que formó civilizaciones hasta aquella del hijo que se va de la casa de sus padres para vivir con una pareja.

Es parte de la naturaleza el que la vida cambia y casi nunca el mantenerte siempre igual te dará el mismo resultado que antes.

Una empresa popular en una categoría que destruye su reputación también puede pegarle a sus rivales, pues la desconfianza se contagia, como pasa en la industria petrolera.

Las soluciones del pasado sirven a su propio contexto y no necesariamente servirán hoy del mismo modo que aquello que no sirvió antes tampoco significa que no servirá ahora.

He visto personas con negocios que se aferran a sus modos y costumbres complicándose la vida de más y por más que se les diga o enseñen alternativas, simplemente deciden no adaptarse ni tomar un pequeño riesgo, el riesgo de perder un poco o ganar un poco.

También he visto personas tan casadas con sus modos y procedimientos de ventas que cuando un cliente quiere decidir en sus términos, se le niega o se le juzga, y pierden la venta. Y no hablo de hacer grandes concesiones, sino solo de dejarlo probar el producto ahí mismo, por ejemplo.

10. No aceptar responsabilidades

Pocas actitudes son más molestas que aquél que aunque sabe que debe hacer algo, cuando no sale, no acepta la responsabilidad. A veces te dejan colgado con el problema.

No hay compromiso, no hay profesionalismo, no hay ni siquiera madurez.

Y esto pasa con todo tipo de personas.

Un principio del ho’oponopono que para muchos es muy difícil de aceptar es que uno debe aceptar responsabilidad de todo lo malo que ve a su alrededor. Si una persona que nunca has visto llora al teléfono al otro lado de la calle, pide perdón.

No se refiere a que cruces la calle y te disculpes. Parecerías un loco. Se trata de decirlo para ti mismo pero dirigido a esa persona.

Existe una razón de ser de este principio y ésta solo la comprenderán aquellos que deciden seguir el consejo y mucho tiene que ver con salir de tu propia burbuja y simplemente servir a otro.

Existen varias historias inspiradoras en este sentido, incluyendo una tienda que aceptó una devolución de un producto que no vende, solo para alegrarle el día a una persona frustrada.

Ser una persona que acepta la responsabilidad suena como una tremenda carga, pero irónicamente es una carga más pesada el no aceptarla, porque nadie confiará en ti, complicando la vida de todos.

Aceptar la responsabilidad te dará días difíciles, pero las recompensas de ser esa persona que está ahí para apoyarte pueden ser muy grandes también.

BONO POR HABER LLEGADO HASTA AQUÍ.

11. El tener expectactivas de la gente.

Pon expectativas en la gente que quiere demostrarte algo y comunícalas, como un empleado que quiere ser tu mano derecha para dirigir el negocio.

Peor que el tener expectativas con la gente en general está en el ni siquiera mencionarlas porque siempre saldrás decepcionado.

Salir decepcionado te generará resentimientos, desconfianza y simple molestia que no te sirve ni a ti ni a nadie.

Encima hay gente que da pésimos consejos como “promete de menos y da de más”.

Como ya vimos, primero promete si eres capaz de dar un resultado y promete aquello que que puedes dar, y da un extra (si puedes) desde ahí, no prometiendo de menos.

El ser extraordinario se trata de dar un extra a lo ordinario, a lo normal y lo esperado.

Agradece cuando alguien rebasa o cumple tus expectativas. Deja pasar la molestia de no llegar a la expectativa y toma una decisión. A fin de cuentas también es tu responsabilidad

 

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