Angel

Descubrí una noche lluviosa un ángel que quebró sus alas, y se enredo en su aureola, tenía el aura humedecida, opaca, sin resplandor.
con sus cabellos cayéndole al contorno de su cara tocando sus mejillas frías, de grandes ojos negros, con el silencio pegado a los labios, solo se veía su sonrisa y se escuchaba con eco contagioso su risa, pero de sus ojos se desprendía una amarga nostalgia.
sus manos pálidas acariciaban el tiempo, su nariz aspiraba fuerte como llenándose de vida, exhalaba el aire con agotada pena , en la soledad de la noche se escuchaba el latido de su corazón como un llanto en eterna melodía.
caminaba descalzo como palpando al mundo, expandía sus brazos para sentir el presente, sacudía su cabeza así se marchitaban los recuerdos
desconectaba sus oídos así no escuchaba las voces del pasado
se arrodillaba frente a las flores para contagiarse de sus colores
se recostaba en la noche descontando sueños, soplaba fuerte para que las estrellas brillaran, dibujaba crucigramas con sus dedos en el cielo
pintaba la luna y la despintaba, regaba nubes, y espiaba por las ventanas, se escabullía por las cerraduras y entraba en el alma dormida, le contaba un cuento y la hacía sonrojarse, luego marchaba con picardía, cuando encontraba un anciano sin poder conciliar el sueño lo tomaba de la mano y recorrían juntos los recuerdos de juventud , luego volvían y el anciano agotado se adormecía con una sonrisa en sus labios, cuando descubría un niño temeroso le cantaba al oído, cuando alguna niña dormida lloraba tapaba su pesadilla con olvido, cuando hallaba la calma en una habitación se sentaba a observar las ilusiones de los soñadores, cuando encontraba a un inquieto despierto hacia que sus manos lo dibujaran

recorría el mundo con sus alas a la rastra, sus pies parecían plumas danzantes a su paso, su presencia hacia los colores del arco iris, que con el hacia puente entre los corazones, y aquellos corazones solitarios los tomaba entre sus brazos para que no sintieran el frío, a los dolidos corazones les pintaba cuadros de primavera, y los locos de corazón los acompañaba a correr sin temor, a los dementes les mostraba el cielo, a los ciegos les hacia saborear la esencia, a los mudos les arrancaba los secretos, a los sordos les gritaba en eco.
Así recorría el mundo entre oleadas de himnos, romances, nacimientos y enamoramientos
Cuando pasaba por algún sitio dejaba fragancia de lluvia que se pegaba en las narices de la gente.
A los adolescentes los hacia brincar como animalillos rebeldes, se pegaba a sus sombras para jugar a la escondida, tomaba sus manos y les enseñaba a dibujar corazones, y palpar poesía, y a las mujeres embarazadas les tomaba la cintura hacia que bailaran sin cesar, les pintaba las mejillas, y coloreaba sus ojos con mucho brillo, a los bebes los hacia nadar, moviendo sus manitos cortando el aire, les jugaba y ellos lo veían delatando su presencia cuando giraban su cabecita, o cuando lo llamaban entre balbuceos.
Conocí un hermoso ángel que me llamaba de noche, a la madrugada, hacia que corriera con los pies descalzos en los pasillos de un laberinto de letras, me hizo reír, llorar, tomarme y amarme; descubrirme desnuda, descalza y sin pena, me robo el alma y la llevo a navegar por sus sueños.


Vilma Barerx.

 

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