LA NIÑA


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Escrito por
@AVADGM

13/09/2006#N11462

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Yo era de alegría, de sonrisas ,de ganas, de pasos caminando (aunque algunos inseguros)
Yo era diapasones, músicas en trivias y en cajitas, bailarina girando al son de la dulzura hecha emociones.
Yo era casi una niña: sin trenzas, sin muñecas, sin tacitas de té que no caben en los dedos de una mujer.

Pero sentía intacto del acunarme en brazos de la aurora, oír cantar el gallo en las mañanas, escuchar el sonido que invita a la siesta, cuando arrullan las palomas.

En mí, no había territorio que no tuviera un lienzo rosa, para dibujar canciones y sueños.

Un día cualquiera, una piel, un cuerpo, una mirada, me sacaron el vestido de flores pequeñitas, para verme desnuda... para pedirme exponga mis pechos que caen hacia los lados después de tres maternidades, para ver cómo es la caverna que guarda el punto del deseo, para gastar sus manos egoístas en mi cabeza.

Y mi niña llora... sentada en la vereda, bajo los árboles que dan sombras que dibujan estrellas en el piso... y mis lágrimas no caen de los ojos, y los ojos se nublan, y me pregunto cuándo fue que dejó de ser bueno ser niña para ser mujer.

Y si acaso ese hombre que esperé toda la vida, podrá ver a la niña sentada en la vereda, con sus zapatos blancos, sus pies tan diminutos, sus medias con puntilla, el sombrero adornado con un lazo del color del vestido, y aroma a fresias, arvejillas, azahares.

Y quizás no sea en vano que yo espere que suene la puerta, y tras el golpe, mis pasos, y tras mis pasos, me encuentre con el hombre y su altura precisa para envolver a una mujer esperanzada. y tras de él, la niña entre corriendo y se acurruque en mi pecho nuevamente, en la cuna que tengo para ella dentro de mis algodonosas lágrimas felices. Quizás pueda entregarme por fin al amor simple, y recupere las ganas de sentir.

Y el hombre no se vaya, y me quiera mujer, aunque a veces pequeña, y me acepte así, una niña en el cuerpo inaudito de una mujer de cuarenta y tres años. Y me ame de veras con ese toque inocente que me hace pensar que es posible amar. Y que me amen.

 

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