Agradeciendo a los espinos


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Publicado por
@MARIA1111MARIA

13/03/2007#N14327

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Era la víspera del día de Acción de Gracias, Sandra se sentía muy infeliz cuando entró a la florería. Su hijo estaría naciendo si no lo hubiese perdido en un accidente de automóvil. Lamentaba mucho su pérdida. No bastando eso, aún había posibilidad de que su marido sea transferido; y para completar, su hermana canceló la visita que le haría en el próximo feriado.

¿Acción de Gracias? ¿Agradecer qué? se preguntó.

Una amiga tuvo el coraje de decir que el sufrimiento era una dádiva de Dios, que hacía madurar y fortalecer.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por la vendedora diciendo:

- ¿Quiere un arreglo tradicional o le gustaría innovar con lo que yo llamo , especial?

Sandra explicó que nada tenía para agradecer y la otra replicó, enfática:

- Pues tengo el arreglo perfecto para usted.

En ese momento entró un cliente que vino a buscar su pedido, un arreglo de follajes y largos y espinosos tallos de rosa. Todo muy bien arreglado, pero no había ninguna flor.

Sandra se quedó pensando por qué alguien pagaría por tallos de rosas, sin flor.

Este es el "especial". Lo llamo bouquet de espinos de Acción de Gracias, -explicó la vendedora.

Pero ¿qué la llevó a crear el bouquet de espinas? -preguntó Sandra.

Aprendí a ser agradecida por las espinas. Siempre agradecí a Dios por las buenas cosas en mi vida y nunca le pregunté por qué esas buenas cosas sucedían. Pero cuando vinieron cosas malas, yo lloré y grité: ¿Por qué? ¿Por qué yo?

Demoré para aprender que los tiempos difíciles son importantes para nuestra fe y nuestro fortalecimiento. Delante de las dificultades nos aproximamos a Dios y valorizamos la vida y sus buenos momentos.

Sandra recordó lo que su amiga le había dicho, y exclamó: Perdí a mi bebé y yo estoy enojada con Dios.

En ese momento entró un hombre en el negocio, que también venía a buscar un arreglo de tallos espinosos.

¿Esto es para su esposa? -Preguntó Sandra incrédula. ¿Pero por qué ella querría un bouquet como ese?

- Mi esposa y yo casi nos divorciamos, pero con la gracia de Dios, nosotros enfrentamos problema tras problema y salvamos nuestro matrimonio. El arreglo especial nos recuerda los tiempos "espinosos". Etiquetamos cada tallo con uno de los problemas enfrentados y damos gracias por lo que él nos enseñó. Yo le recomiendo el arreglo especial.

- No sé si puedo ser agradecida por los espinos en mi vida. Es todo tan reciente...

La vendedora respondió cariñosamente:

- Mi experiencia me mostró que los espinos vuelven las rosas más preciosas. Apreciamos más el cuidado providencial de Dios durante el problema, que en cualquier otro tiempo.

Lágrimas rodaron por el rostro de Sandra.

- Llevaré una docena de esos tallos largos y llenos de espinas, por favor ¿cuánto le debo?

Nada. Nada además de la promesa de que permitirá que Dios cure su corazón. El primer arreglo es siempre por mi cuenta.

La vendedora sonrió y pasó una tarjeta a Sandra.

-Colocaré esta tarjeta en su arreglo, pero tal vez usted quiera leerlo primero.

Y Sandra leyó:

"Mi Dios, yo nunca agradecí por mis espinas, yo agradecí mil veces por mis rosas, pero nunca por mis espinas. Enséñame el valor de mis espinas. Muéstrame que a través de mis lágrimas, los colores de Tu arco iris son mucho más brillantes".

Recibido de Graciela Baquerizo.

 

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