"mensaje de quien"


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Escrito por
@OILIMEYER

05/04/2007#N14815

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Sonó el doble repique, en el instante en que estaba tomando la curva de la esquina. Supe que se trataba de un mensaje de texto, y resistí la curiosidad hasta poder estacionar la camioneta. El celular iba de acompañante en el asiento y no quería distraerme mientras estuviera haciendo alguna maniobra con el volante. Estacioné y aún la pantalla del celular estaba iluminada. Me puse los lentes y distinguí claramente la consigna “mensaje nuevo”. Pulsé el botón central y apareció la leyenda “hola como estas”. Miré el borde superior de la pantalla, esperando reconocer el número de origen, pero no fue así. Con el motor en marcha, contesté con un “quién sos?” y esperé por unos segundos alguna respuesta.
Puse primera y retomé mi camino, sintiendo una sutil sensación de ansiedad, producida por la falta de respuesta. Conduje un par de cuadras más y cuando ya se estaba disipando el tema de mi cabeza, sonó el celular. Ya faltaban pocas cuadras para llegar a casa, y como se trataba de otro mensaje de texto, esperé a estacionar, esta vez en forma definitiva. Apenas apagué el motor, leí el nuevo mensaje que decía: “eh ya te olvidaste de mi”. Inmediatamente, intenté recordar a quién podría haber olvidado de manera tan alevosa, y como no se me ocurrió nadie, finalmente contesté: “Sorry. Como te llamas?”.
Ya en el ascensor, un nuevo doble repique me sorprendió mirándome la barba desprolija en el espejo de la pared posterior, y me di cuenta de que aún llevaba el celular en la mano. Lo miro y leo: “me equivoque sorry”. De pronto, llegué al décimo piso y el frenado del ascensor me tomó desprevenido, haciéndome reaccionar y comprender en toda su dimensión, la futilidad de esta comunicación. Cuando traspuse la puerta del departamento y giré la llave para cerrar, ya había olvidado las llamadas.
En la siguiente hora me bañé, cené y me dispuse a ver un rato de tele. Mientras hacía zapping, sonó estridente el inconfundible pitido de los mensajes de texto. Sin pensar en ningún probable remitente, observo la frase “Yo soy guille y vos”. Además de la sorpresa, tuve tiempo para preguntarme si el celular de “Guille”, vendría con signos de puntuación y de interrogación, o no los tendría.
No sé en realidad, que costado siniestro motivó mi respuesta, pero usé el nombre de mi hermana y le contesté: “Me llamo Ernestina. Buenas noches”.Evidentemente, mi casi-un-interlocutor interpretó mi “Buenas noches” más como una bienvenida, que como una despedida (yo mismo no sé qué era) y ni lerdo ni perezoso ya me había enviado: “hola ernestina cuantos años tenes”. Ahí fue cuando me asusté, y me di cuenta de que no me bancaba mi propia broma. No contesté, y dejé el celular en la otra punta de la habitación, como tomando distancia del asunto. Pero no lo apagué.

A la media hora, el aparato me avisa que el coloquio transexual debe continuar, y me informa que “Guille” dice: “sorry ernestina disculpa todo bien chau”. Entonces, me embarga una sensación como de lástima por aquel flaco, tan necesitado de comunicación y a quien me permití el lujo de tomarle el pelo. A la vez que sentí el alivio, de que se diera por vencido.
Por suerte, no tuve el coraje de seguir la broma. Además, no me gustó que escribiera “ernestina” con minúscula.

 

Comentarios

@QUIQUERAF

05/04/2007

eso....¿y ahora? como corno sigue esto' me quedó hasta mi la duda y yo no recibí ningún mensaje.QLP , ¿COMO HACEMOS AHORA PARA SABER QUIEN ERA? No te lo perdono OLIMEYER....  
@ARLT

06/04/2007

Bravo, sencillamente muy bonito. Un abrazo Emilio!