MIS DOS YO (ADRIANATT)

Este cuento me lo mandó Adriana(TT) y me pareció oportuno publicarlo en este momento. Gracias Adri!!!!!!!

ESTE CUENTO ES SÓLO UN CUENTO, NADA MÁS, SE ME OCURRIÓ UN DÍA.
ESTÁ DEDICADO A TODAS ESAS PERSONAS CON LAS QUE ME TOPÉ TANTAS VECES QUE, COMO LA DEL CUENTO, SE CREEN MARAVILLOSAS, SE NOS PRESENTAN SENSIBLES, PERCEPTIVAS, EMPÁTICAS, PERO QUE EN EL FONDO SON INFANTILES Y MANIPULADORAS.


MIS DOS YO

Mirá, yo soy dos personas le dije muy suelta de cuerpo y absolutamente conciente de lo que estaba diciendo.
Soy inteligente, para qué nos vamos a engañar, rápida para tomar decisiones. Es verdad que a veces tengo que medir mi cinismo que algunos sienten como despiadado o brutal o desnudo, qué se yo. Pero eso habla también de otras cosas. Tengo una percepción muy afinada para descubrir lo que otros están pensando, a veces antes de que lo terminen de pensar. ¿Eso no te asusta no?
Hay veces en que hablo demasiado, como ahora, pero hay veces en que me dedico a observar, desmenuzar, descubrir causalidades y explicaciones inconfesadas, o tal vez inconscientes.
Cuando no paro de hablar puede ser que apabulle ¿no es tu caso no?, lo que pasa es que las palabras se me vienen como una catarata incontenible de sentidos, de conexiones, de estructuras donde todo guarda un lugar y es coherente con el resto. A veces , en la mitad de mis parrafadas, me deleito conmigo misma y con la velocidad de mis neuronas y de sus circuitos interconectados. ¿Será el placer de pensar?
La cabeza a mil suele dejarme afuera de algunas cosas, de algunos lugares y de algunas personas, es un precio no demasiado caro creo yo.
Se pone duro cuando no puedo pasar por alto algunos pensamientos, cuando veo que algunas cosas se me hacen demasiado evidentes, y en vez de dejarlas en paz para ver como evolucionan o qué tan complicadas son, las expongo antes aún de que el otro las mastique. Suelen ser las ocasiones de rupturas, de roces, de lastimaduras incurables.
Cuando no hablo, no creas que es mucho mejor, todas las conclusiones guardadas en mi cabeza tienden a explotar de golpe y sin previo aviso. En esos casos los daños son siempre más devastadores.
Lo que me gusta de vos es esa conexión que tenés con las personas, con la realidad, me gustan tus conclusiones, tus preguntas y tus respuestas. Me gusta tu mirada inquisidora, tu expresión viva e inteligente, tu manejo de las cosas.
En este punto de la conversación, o más bien del monólogo, me pareció percibir algo extraño en su mirada, de modo que decidí instantáneamente cambiar el ángulo del asunto.
Te dije que soy dos, y eso es cierto. La otra yo es absolutamente diferente de mi primer mí misma.
Me conecto con el corazón, siento profundamente dentro mío cómo sienten los demás, eso muchas veces me deja exhausta, agotada, angustiada.
Muchas personas dicen que tengo una capacidad enorme de empatía, lo que pasa es que a veces siento esos sentimientos de los otros, y los descubro aún antes que ellos mismos. Lo que sucede en esos casos es que mi descubrimiento choca con la negación de los que de alguna forma prefieren no hacer frente a sus afectos.
Después de esta frase tuve la espantosa sensación de que todo lo que estaba diciendo, estaba patas para arriba. Frenáte pensé, lo vas a asustar en serio.
Bueno, esa otra yo es sensible, perceptiva, me emociono con facilidad ante las cosas más simples, soy bastante llorona en realidad. Creo que ser capaz de emocionarse y de tener aún capacidad de asombro es algo lindo ¿no te parece?
Me pareció que asintió levemente con la cabeza y entonces supuse que todo estaba yendo por mejor camino.
Amo la poesía, la música, la pintura, me conecto te diría que visceralmente con el arte.
Adoro las plantas y la naturaleza en general, le rindo culto al sol y al aire libre.
¿Estoy hablando demasiado de mí misma, no es verdad? Discúlpame, me gustaría saber cosas de vos.
Se hizo un silencio que me pareció enorme, aunque pensándolo bien no fue así, me equivoqué y traté enseguida de llenarlo.
Ya me vas a contar, no te preocupes, o ya nos vamos a ir conociendo de a poco, a veces soy impaciente también.
Su cara en este punto era de lo más extraña, y no tuve ni idea de lo que significaba, de modo que seguí hundiendo mis patas hasta el fondo.
Mis dos yo a veces van juntas y a veces se separan, se distancian, se disocian , y sin pensarlo dije
- ¿con cuál de las dos querrías relacionarte primero?
Pregunta imbécil, me di cuenta después. Se hizo otro largo silencio lleno de gestos extraños, hasta que al fin sonrió, con una sonrisa amplia y hermosa que me derritió al instante, y me dijo
-con ninguna- se paró, abrió la puerta y se fue ¿podés creerlo?.

7/2002

 

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