Una decisión complicada - 3a entrega


Registrate en Encontrarse y empezá a conocer gente ya

Escrito por
@EMILEO

12/05/2011#N36223

0 Actividad semanal
539 Visitas totales


Registrate en Encontrarse y empezá a conocer gente ya

 
- “Bueno, a ver……”  Y Juan pensó en una pizza de frutillas con champiñones aderezada con avellanas molidas y dulce de leche y traída desde Los Inmortales (pizzería que quedaba a más de cuarenta cuadras y de la que nunca se le había ocurrido pedir una pizza).


- “Ya está” - le dijo a Arak.


No terminó de decirlo que tocaron el portero eléctrico. Atendió y casi cae desmayado. Lo llamaba un cadete que le traía una pizza desde Los Inmortales. Salió corriendo, le pagó al pibe que no salía de su asombro de entregar una pizza tan lejos y volvió corriendo a su departamento. Abrió la caja y se encontró con una pizza de frutillas con champiñones aderezada con avellanas molidas y dulce de leche.


 “Ya está, ya está, no hace falta nada más, estoy convencido. No sé como lo hace, no termino de entender como llegó acá ni porque me eligieron a mí, ni se que tengo que hacer, pero ya está, te creo.”


- “Bien, te agradezco que me tutees y escucha con atención. Lo que queremos es que nos des una opinión. Estamos autorizados por el Consejo de Regencia del sector 47  a ejecutar una acción. Una única acción. Esta puede ser de cualquier índole. Por ejemplo podemos eliminar la avaricia de la naturaleza humana o borrar un país o anular la cibernética y no permitir que nunca vuelva a poder implementarse, o inducir a la evolución de la especie hacia la homosexualidad o a no tener hijos durante tantos años, pensá en cualquier variante que creas necesaria.


Pero tiene que ser una decisión precisa, acotada a un solo aspecto. Como se diría, ajustar una sola tuerca de un motor, o tocar una sola variante de una ecuación y después esperar algunos cientos o miles de años para ver que efecto produce. No nos autorizan a más que eso. Queremos que pienses bien, que consultes con quien quieras sin, por supuesto, mencionarme a mi ni a mi misión. Hacélo como un juego, una especulación.


No podés plantear un deseo difuso como que los hombres sean buenos o que dejen de lado sus apetitos personales o que abracen la ecología o que se amen unos a otros ni nada parecido. Tiene que ser algo minuciosamente preciso.


Pensá todas las variantes que esa decisión puede acarrear. Toma en cuanta y tratá de elaborar el proceso que desataría. Dedicale todo el tiempo. Mañana vas a ganar siete millones a la Lotería para no tener que trabajar más. Pero necesitamos que te dediques a full en esto. Dentro de seis meses vuelvo a buscar la respuesta. Alguna duda?”


- “Miles. Tantas que ni se donde empezar. Y me van a surgir miles más. Es mucho lo que pide para un solo ser humano. Cómo hago para consultarlo ante estas dudas. No se si estoy a la altura de lo que me propones…”


- “Calmate. Yo te voy a estar monitoreando. Te voy a responder todas las dudas que no incidan en tu decisión sobre que hacer. Te voy a ayudar a darte los datos que te falten tanto de estadísticas, de información, de leyes físicas y lo que sea necesario. Sólo sentate en ese sillón, pensá las preguntas y yo te las respondo. Si tardo un poco es porque me encontras ocupado en algún otro planeta. Ya te dije que no soy Dios, no soy omnipresente. Pero tene paciencia, aunque tarde un rato te las voy a responder.


Y con esto voy a terminar esta visita. Aunque no lo aceptes, tenés en tu mente todas las herramientas para lo que te encargué. Es más ya estás barajando varias opciones. El único consejo es: tomalo con calma. Ustedes viven todo apurado. Tenés que entender que lo que cambiemos no se vuelve atrás. Antes de decidir algo, pensálo bien”

 Y con un nuevo fulgor que obligó a Juan a cerrar los ojos, se desvaneció Arak y la nube de esferas, dejando a Juan absolutamente conmocionado, lleno de duda y con un temor pavoroso ante la tarea planteada.


Lo primero que hizo fue dudar de todo y pensar que había sido un desmayo, una alucinación, un surmenage o cualquier otro tipo de proceso que le había ofuscado la mente. Se sentó despaciosamente en el sillón y trató de entender como es que había soñado o imaginado tal cosa.


Pero cuando giró la cabeza hacia la mesa de la cocina y vio sobre la mesada la pizza tan estrafalaria que había pedido, comenzó a temblar…..

 

Comentarios

Aún no hay comentarios. Iniciá una conversación acerca de este tema.