la sancion

La acción transcurre en una residencia para personas de la 3ª edad.



Una viejita se divierte haciendo carreras en su silla de ruedas a lo largo y ancho del pasillo, imitando ruidos de coche.

De repente, sale un viejito de una habitación, la detiene y le dice:

Disculpe señora, pero excedía usted el límite de velocidad permitido en esta autovía. ¿Puedo ver su carnet de conducir?

La viejita se pone a rebuscar en su bata y saca un tícket de autobús usado. El viejete verifica el documento, se lo devuelve y, después de advertirla, la deja irse.

La abuela reemprende su particular 500 millas de Indianápolis

y, al pasar otra vez ante la habitación del guardia de trafico, éste surge de nuevo, vuelve a detenerla y dice:



Disculpe señora, pero he visto como traspasaba la línea continua. ¿Le importaría mostrarme la documentación del vehículo?



La vieja revuelve otra vez en sus bolsillos... exhibe un apolillado ticket del supermercado. El abuelo comprueba que los papeles están en regla, vuelve a amonestarla y deja que se vaya otra vez.

La señora se lanza una vez más a toda velocidad por los pasillos...... Y, al pasar nuevamente por el mismo sitio, el viejo chivo emerge por tercera vez de su habitación, pero ahora...totalmente desnudo y con una erección propia de película XXX.

La vieja lo ve y exclama:

¡Oh, no, nooo!

¡La prueba de alcoholemia otra vez, nooo...!

 

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