La espera del ciruja de Plaza Francia


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Publicado por
@KRYZIA

27/03/2005#N5448

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También él es un paiseje de la Ciudad. Con cada ocaso, con la casa puesta como caracol, el hombre se ubica en el mismo banco de la Plaza Francia. Despliega despaciosamente sus pertenencias, comienza a construir su lecho.
Ocupará caprichosamente tres o cuatro metros cuadrados de la manzana más cara de Buenos Aires hasta que el sol despunte. Es dificíl que alguien conozca su nombre, pero quien lo vio alguna vez, quien se tomó tiempo para descifrarlo, sabe que es un ciruja distinto. Tampoco nadie conoce su voz: no pide, no reclama, no protesta, no acepta.
Improvisa un colchón con trapos grises, ennegrecidos por la suciedad o por los años, sus frazadas son extendidas bolsas plásticas. No se echará hasta la medianoche.El hombre lee un diario con la mirada fija, sin lentes, adivinando la letra impresa, hasta que el sueño llegue en su auxilio.
Tiene ojos celestes, la sal del tiempo le oxidó la cara, le dejó estigmas, hinchado por el vino o los hidratos, viste ropa ajada, que alguna vez estuvo de moda, como él.
Alguien arriesaga una historia sobrfe este ícono de la decadencia. Alguna vez fue próspero, tuvo esposa, hijos, amores furtivos como los sueños. Los hijos partieron, su perro se fue y la mujer tras otro hombre. Pasó de la depresión a la locura, pero no:nunca se sabe si falta una habitación o sobra un viejo. Resignado ante la pérdida y el olvido, sólo ha guardado la casilla, él cree que su perro ha de volver.

Publicado en Clarín por Jorge Gotting.

 

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