POSTAL DE UN FIN DE AÑO CON CRISIS

Ayer lei este texto y me parecio interesante.

Cumpliendo con la frase insignia "despidamos el año" (sobre todo para que no vuelva, propuse una cena familiar acorde a nuestro presupuesto. Compre un vino comun, y en el intento de arrancarle el corcho de plastico, se rompio el tirabuzon. Reponerlo $ 25. Con nostalgia por el lomo al champignon, la pavita y el jurasico lechon, compre los cortes subvencionados por el gobierno. En la farmacia puse $29 + $17, sin saber a cuanto cotiza el dolor de estomago y cabeza que supe conseguir.

En los buenos / malos tiempos preteritos hice una compra lujuriosa: un aire acondicionado. Con los calores de noviembre lo prendi: la boleta de Edesur se duplico. Cambie todas las bombitas por las de bajo consumo. Sin contar las dos que me dio el Estado, gaste $ 120. Ya no recuerdo en que crisis tuve que vender la camioneta; en la siguiente el auto; la ultima se llevo la motito. Desde entonces, mi hijo duerme abrazado a la bici y con los patines puestos. Cargue a mama en un remis: 30 pesos ida y vuelta. Por suerte no le dieron medicamentos. Mi mama con toalla en la cabeza. Mi marido que con la mirada preguntaba ¿tu vieja no se quedara a dormir, no? (ojo que el Rivotril tambien es caro); los pibes peleando por la compu tratando de superar la fustracion de no tener el almendrado en la canasta basica, y la Daisy empezo a ladrar sin importarle que lo suyo tambien habia quedado fuera del presupuesto. Con mi mejor sonrisa, propuse: ¿y si para Año Nuevo hacemos Daisy al horno? Nos ahorrariamos unos pesos. Me madaron exilada al patio. Era de noche. Estaba sola. Y me puse a pensar en los presidentes y ministros que conoci. ¿Como hicieron para arruinarlo todo? Tuve un recuerdo muy emotivo para ellos, y lo extendi a sus madres y hermanas. Golpee la puerta pidiendo entrar. El mas chiquito grito: ¡Que la historia te juzgue! ¡No!, dije yo. ¡Falta mucho para la historia! ¡Quiero que los juzguen hoy! ¡Tampoco quiero que se vayan todos! ¡Los que vinieron fueron peores!

Hace 10, 15 o 20 años, estaba demasiado ocupada con lo "mio", para enterarme de lo ajeno. Nadie me aviso que lo "ajeno" era lo e todos. Por eso es que hoy ya no hay "mio". Los de ayer se llevaron lo que necesito hoy. Yo no quiero que los de hoy se sigan llevando lo que nos va a ser falta mañana.

Por nosotros, nuetros hijos y los hijos de nuestros hijos: el compromiso es nuestra unica esperanza.

Bouciguez, Cristina; Diario Clarin, Buenos Aires, 28 de Diciembre de 2008; Seccion Cartas al Pais, p. 18

ACLARACION: Se ha copiado textualmente la carta, excepto que no se utilizaron acentos, por la posibilidad de incompabilidad entre distintas computadoras. 

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