Mamarracho sentimental

Un día como cualquier otro, salí a la calle…si, me armé de coraje y salí…me dispuse a ser juzgado por miradas extrañas que buscaban siempre una razón, un porque…Salí y me cruce con un montón de caras, que mas que caras eran semáforos: todos en rojo…cn esos gestos de dolor que muestran un eterno dolor de muelas…en fin, cara de no te me cruces… Traté de hacer caso, pero era una misión más que imposible, porque aunque no los mirara, ellos ya habían notado mi presencia…Es que yo soy, si más ni más, de esas personas felices…pero no felices por una razón enorme; felices porque si, quizás porque el mate de la mañana tenía más espuma que la que solía tener, o porque no estaba tan despeinado al levantarme, o porque el colectivo no había tardado tanto en pasar… Pero un día comence a sentirme mal, porque notaba que la gente mira raro cuando uno sonríe durante más de quince segundos…la gente mira como preguntando “¿Por qué se ríe?”…pero no es una pregunta de real interés, es como queriendo hacer sentir un culpable al dueño de esa cara con esa expresión extraña, esa sonrisa… Yo, en cambio, nunca pude entender aquellas personas que se sostienen de sus problemas para vivir, que se ven justificadas en sus pequeñas desgracias cotidianas…esas personas que si no tienen un problema, levantan el tubo y de manera frenética marcan numeros telefnicos de amigos o familiares, con el afán de dar con un problema que justifique su existencia…
¿Por qué sera que a la gente le cuesta más sentirse feliz por la felicidad en sí que estar triste?… gente que se sienta en una mesa de un bar cualquiera a “competir”: se cuentan absolutamente todos sus problemas, como para ver quien atraviesa la situación más lamentable…

Quiero dejar en claro que yo tambin tengo problemas. no soy un ser extraterrestre…pero elegí ser feliz por sobre todas las cosas, aun por sobre los problemas…llego un día en que todos los cajones de mi casa, que todos los rincones de mi vida estaban llenos de preocupaciones…y decidí deshacerme de ellas, porque me di cuenta de que eran completamente inservibles, una carga que solo era peso…

Me saque esa mochila llena dePORQUERIAS y me sentí raro…me sentí bien y me dieron ganas de sonreír: tenía problemas… ¿y qué?…siempre me dijeron “si un problema tiene solución, ya no hay problema; y si no tiene solución, ¿para que hacerse problema?”…Salí a la calle y camine, siempre pensando en que cada paso puede ser el ltimo…hay algo que no dije en toda esta historia, algo sobre el día en que me saqué la mochila…ese día le vi la cara a la muerte, no a la mía, sino a la de uno de los seres que más amaba… no pretendo ser Bucay ni mucho menos… pero ese día entendí que no se puede vivir de las preocupaciones, de los problemas, porque mientras estamos pendientes de ellos la vida nos pasa por el costado…

Caminéalgunas cuadras casi por instinto…llegué a una de las tantas esquinas de esta ciudad y entre a un bar… pedí una lágrima, y me causo gracia lo irónica que es la vida…

 

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