El arte de seducir (o cómo llamar la atención del otro)

El arte de seducir

O cómo llamar la atención del otro..........

   Desde siempre ha existido la necesidad de conquistar a esa otra persona que por algún motivo nos atrae. Aquí damos algunos puntos importantes que pueden ayudarnos a seducir.

   En el arte de seducir, por un lado está uno mismo y sus cualidades seductoras, y por el otro, la persona por conquistar y las acciones que abrirán sus defensas.

   La mayoría de las veces, el comportamiento seductor pasa inadvertido para la persona que lo realiza. En gran medida se emplea el comportamiento no verbal

   En torno a la comunicación no verbal, podemos señalar diferentes respuestas producidas en el cuerpo en el proceso de la seducción, que se presentan de manera inconsciente. Por ejemplo:

. El brillo en la mirada.

.La dilatación de la pupila.

.La piel coloreada

.El enderezamiento del cuerpo

.Incluso, puede cambiar el olor corporal(feromonas) y la textura del pelo.

   Existen diferencias según el género: una mujer probablemente se acomode el cabello o cruce las piernas al intentar seducir, mientras que el hombre mostrará su masculinidad poniéndose erguido, con agresividad en sus gestos.

   El tacto, el gusto y el olfato, también están implícitos en la seducción.

   En la medida en que vayamos logrando descifrar nuestro propio comportamiento, iremos conociendo intenciones, motivos y deseos. Al momento de querer seducir a una mujer con fines sexuales,  un hombre debe saber que el deseo femenino no suele ser tan impulsivo como el masculino. Por lo general, una mujer siente con menos frecuencia ganas de hacer el amor por impulso. Por eso hacen falta varios elementos que provoquen su deseo. Se puede tratar, por ejemplo, de un ambiente romántico............... Y nunca hay que olvidar los buenos modales. Pero la seducción no acaba con la conquista de la persona que nos interesa.

   Durante las relaciones de pareja, es (o debería ser) también una constante. Se vuelve fundamental mantener el interés del otro, para que la relación no decaiga ni se vuelva rutinaria o monótona.

Autor: Sabrina López  Rodríguez

 

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