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@CONVERSU

10/05/2010#N31717

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El maltrato psicológico en la vida cotidiana”, sobre qué significa vivir sin pareja hoy, sobre las nuevas soledades y el reto de las relaciones personales en el mundo contemporáneo.


Con la prolongación de la vida, el aumento de las separaciones y el deseo cada vez más frecuente de realizarse a nivel individual, prácticamente todas las personas están, han estado o estarán sin pareja.


En las sociedades desarrolladas se observa un aumento del número de solteros, divorciados y madres solteras que a menudo se ve acompañado por el sentimiento de soledad y aislamiento relacional. Inevitablemente, dice la autora, las nuevas generaciones de hombres y mujeres estarán cada vez más solas, pero eso no significa necesariamente la desaparición de los lazos sociales sino su transformación.


Así como es importante aprender a vivir en común, también es importante aprender a vivir solo. Esto supone plantear nuevos conceptos de soledad.


En todas las sociedades desarrolladas, la soledad se ha convertido en un fenómeno social de creciente importancia. Paradójicamente, las interacciones entre individuos son permanentes, e incluso invasivas, pero una gran cantidad de personas experimenta una dolorosa sensación de aislamiento.


Al mismo tiempo, muchas otras toman la decisión de vivir solas. Marie-France Irigoyen (autora) sugiere que esta realidad es fruto de una profunda mutación en las relaciones entre hombres y mujeres, que aún no ha llegado a su fin.


Cuáles son los ejes de esa mutación.


La soledad puede aportar energía e inspiración: a cualquier edad, la soledad elegida, en la que no se deja de estar disponible para el otro, es una fuente de plenitud, un medio de salir de la superficialidad de una sociedad dominada por el narcisismo y el culto a los resultados.


Las mujeres finalmente han obtenido una nueva autonomía, tanto en el trabajo como en la sexualidad, pero esta independencia aún no ha sido integrada a las mentalidades.


Esto implica una crisis de los roles femenino y masculino, y una precarización de los lazos íntimos: una pareja de cada dos termina en ruptura, especialmente por iniciativa de las mujeres.


La necesidad de amor y el deseo de independencia.


La desaparición de la pareja tradicional.

 

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