Lo que yo ví

Cuando hablaste
me sorprendió tu voz,
o mejor dicho,
todo lo que esa voz me reflejaba,
era un abrazo cálido y amigo,
una suave caricia para el alma.

Me sorprendió aún más
porque las veces
que cruzamos nuestros pasos,
me quedó de vos
una imagen más inasible,
más dura,
más cerrada.

Es increíble
cuantas personas
guardamos dentro nuestro.

¿Cuántos disfraces tenemos?
¿Cuántas máscaras?
¿Cuántas perlas,
formadas de una herida,
llevamos
sin querer, atesoradas?

Ojalá
ese fuego tan humano
que te quema
(soltando las cadenas),
encuentre en quien arder,
a pura llama.

 

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