Notas aportadas por @EUCLA

Abuela, ¿que profundidad tiene el silencio? La abuela alzó los ojos gastados por el tiempo, bebió el aire del bosque, y respondió: “Cuando en la noche, acostad

  Hay un hilito tenue y transparente que te mantiene unida a la luna cuando atraviesas la rutina: la tersa baba del último beso por la que te puedes deslizar danzando desde la luna a

  Cae girando la noche en el albor de la cama. Rueda redonda la luna, sin postigón la ventana.   En el cenit de tus ojos donde su hunde mi mirada los cántaros de mis

 .  De este texto, escrito hace algunos años, saqué mi Nick       Oye Betulia: yo te había jurado que nunca volvería a Eucla. Tras el recodo d

  Me lo había enviado un amigo y me pareció muy bueno.. Es de Martina Iñiguez,         A veces, porque sí nomás, barajo el fato del pr

Che Dios, disculpame si te estorbo. Es que ya no sé dónde poner tanta mochila intransigente. Tanta mugre tanta ignorancia, tanto ostra

  ¡ma si!    si te piantaste fue tu vida la vida que elegiste   sólo queda en los rincones gimoteando un moquillo huérfano y endeble   ya no me a

Amanecía en Nabucosgamcha, los soles se ocultaban rápidamente tras el cenit. Nustox corrió las chalascas de la treclanta con fastidio, las que quedaron colgando hasta casi

  Mis calles de niña en la noche se tiñen de todos los azahares en esta primavera. Es asombroso, aún no se han caído de las ramas las últimas naranjas y ya los

  pulido tras  el vidrio suspenso suspenso en el vacío que adivina más allá más abajo no un paisaje  mar sino de asfalto no un paisaje montañ

            La noche goteaba en los cristales soledades que cuajaban en el alma. La ciudad era un enorme silencio allá abajo, donde las calles reptan h

     me desnudo despacito        como si supiera como si la piel no importara   tiro de ella con lentitud desde los pies hacia arriba va

  Sucedió que su amigo Nicanor (el de él) levantóse una mañana de verano hundido entre las brumas de aquel sueño repetitivo. Un sueño donde, Chat telef&

  En el territorio de la infancia pueblerina de una niñez sin relojes, la hora de volver a casa luego de las corridas por las calles del barrio era cuando se encendían las luces de

Les comparto algunos de mis mandalas. Me ayudaron a sanar muchas heridas. Mabel

Este es un mandala con una larga historia. Esa historia tiene que ver con la gestación de Mateo, mi primer nieto, que vivió siete meses en el vientre de Sofía antes de abrir sus a

    que te quería amor hasta la sangre ese coágulo inmenso salando heridas justo en la ribera del alma         dónde tu boca quiz&aacut

  las esferas giran con su música silente cuadriculada yo raspo mis aristas subversivas contra todas las realidades solo la noche y el silencio harán hablar a las estrella

    leve pleno sincrónico como el paso de una mosca al borde del abismo             tenía luz tenía sombra un claroscuro

      los amores eternos mudan exactamente con la última campanada de las doce           le han salido juanetes y el gato con botas l

  Lobo Feroz se asoma por la puerta del fondo entre los cercos de ligustro. Lobo Feroz, con su jardinero rojo y su cuerpo negro y peludo se ha escapado del friso del Jardín de Infantes. &

    cada hebra  aporta  un tramo a la trama   cada paso de tu vida y de la mía equilibra todas las esferas   me aproxima y te aproxima   cada beso qu

      Señor juez, no quería hacerlo. Le juro, rejuro que no, no quería hacerlo… Ella me provocó. Ella, la casquivana, con su ir y venir y ese rev

  por la noche limpio mi esqueleto y las  rojas púas de mi sangre   desengrano las falanges y los goznes cepillo mis orejas y las cuelgo