La era del placer

Hasta no hace mucho tiempo,el deseo de sentir pasión hacia los maridos hubiera sido visto como contrasentido.Históricamente,estos dos campos de la vida se organizaron de manera separada(el matrimonio por un lado y la pasión,probablemente,por otro;si es que la había).El concepto de amor romántico,que aparecio´a fines del siglo diecinueve,los juntó por primera vez.El lugar central que el sexo ocupa en el matrimonio-y las altas expectativas que lo rodean-tardó unas decadas más en llegar.
Las transformaciones sociales y culturales de los últimos cincuenta años han redefinido por completo el concepto de pareja moderna.Existen algunos beneficiarios de la revolución sexual de la década de los sesenta:la liberación femenina,la disponibilidad de la pildoras anticonceptivas y la aparición del movimiento gay.Con el uso generalizado de las píldoras anticonceptivas,el sexo se liberó´de la reproducción.El orgullo gay y el feminismo lucharon para definir la expresión sexual como un derecho inalienableAnthony Giddens describe la transición,en The Transformation og Intimacy,cuando explica que la sexualidad se convirtió en una propiedad personal y que la desarrollamos,la definimos y la renegociamos durante toda la nuestra vida.
Hoy en día,nuestra sexualidad representa un proyesto personal abierto,Es parte de lo que somos,una identidad,y ya no es sólo algo que hacemos,Se ha convertido en una caracteristica central de las relaciones i´ntimas,y creemos que la satisfacción sexual es nuestro deber.Ha llegado la era del placer.
Esta evolución,conjuntamente con la prosperidad económica de la posguerra,ha contribuído a un período de libertad y de individualismo sin precedentes.Hoy se alienta a la gente a que luche por la gratificación sexual y la realización personal,y a que se libre de las restricciones de una vida social y familiar que hasta hace poco estaba definida por el deber y la obligación,Pero en la sombra de esta extravagante manifiesta se encuentra una nueva forma de inseguridad persistente.El clan familiar,la comunidad y la Iglesia tal vez hayan limitado nuestra libertad,tanto sexual como de otro tipo,pero a cambio nos han ofrecido una sensación de pertenencia muy necesaria.Durante generaciones estas instituciones tradicionales nos aportaron orden,significado,continuidad y apoyo social.Al desmantelarlas tuvimos más opciones y menos restriccions que nunca.Somos más libres,pero tambien estamos más solos.Como dice Giddens,nos hemos convertido en criaturas ontológicamente más ansiosas.
Trasladamos esa ansiedad de independencia a nuestra relaciones amorosas.Esperamos que el amor,además de proporcionar un sustento emocional,compasión y compañerismo,actúe como una panacea para nuestra soledad existencial.Vemos a nuestro compañero,como un baluarte contra vicisitudes de la vida moderna.Esto no quiere decir que nuestra inseguridad humana sea mayor hoy en dia que en el pasado.De hecho tal vez sea todo lo contrario.Lo diferente es que la vida moderna ha reducido nuestros recursos tradicionalesy ha creado una situación en la que acudimos a una persona para que nos bride la protección y la conexión emocional que antes nos daban una multitud de redes de contactos sociales.Las relaciones íntimas adultas han llegado a sentirse abrumadas por las expectativas.
Creo que muchos de los riesgos en la angustia concretas,propias de la vida moderna,que le aportamos.Vivimos a kilómetros de nuestra familias,ya no tenemos relaciones con nuestros amigos de la infancia y generalmente nos desarraigamos y echamos raíces en otro lado.Esta discontinuidad tiene efctos acumulativos.Le otorgamos a nuestras relaciones románticas una vulnerabilidad existencial casi intolerable-como si el amor en sí mismo no fuera suficientemente peligroso.
Lic.Perel

 

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