El reconstructor


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Escrito por
@WALFER1

25/05/2010#N31924

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El reconstructor
 
El mundo se ha convertido en un caos, y ya no sólo por los vivos, sino por los muertos. Qué cómo es eso? Muy simple y muy complicado a la vez. La tecnología trajo de todo. Me acuerdo que yo era un chico de diez años y mis padres me contaban que ellos de pequeños tenían televisores a color de plasma de cuarenta y dos pulgadas. Yo, desde la imagen de mi retroproyector portátil que agrandaba la pantalla 3D a las pulgadas que yo deseaba, apenas podía creer que ese dispositivo no hubiese existido antes. Ahora, cuando ya tengo (¿Tengo?, sí por un tiempito más…) cuarenta y nueve, puedo decir que he visto de todo, pero nada como el artefacto sobre el que versará esta nota. Se trata, nada más y nada menos que de un resucitador. Sí, eso mismo, un resucitador. 
Hace unos meses salió al mercado este aparato que permite resucitar personas y animales, pero por un período de tiempo de tres días. Funciona de la siguiente manera. Se ha descubierto que cuando una persona o animal muere, existen unas partículas químicas (las neurosenticulares) que quedan latentes en el ADN. A cierta temperatura y con descargas eléctricas alimentadas por otros químicos, pueden regenerar y reconstruir absolutamente todos los tejidos. Con lo cual, ante un cadáver (no importando su estado de descomposición), esta máquina, dotada de un complejo mecanismo,  logra la activación de dichas partículas logrando la maravilla de volver a la vida a aquella persona o animal, en el mismo estado en que estaba cuando murió, es decir, a la misma edad, con las mismas configuraciones antropomórficas (si a alguien le faltaba un brazo al morir, este no se regeneraba). No se trata de una clonación ni mucho menos, ese método se usó en el pasado siglo, pero como el clonado no era la misma persona que la fallecida, se creaba un sentimiento de despersonalización, es decir, el ser querido que pedía la clonación no sentía al clonado como el familiar que había perdido. Además, la clonación implicaba crear una persona desde el feto, no en estado adulto como muchos querían ver a sus familiares. Como les dije antes, este período de resucitación dura tres días, al término de los cuales la muerte vuelve, y esta vez para siempre.
Utilizar este aparato (llamado “El reconstructor”) es carísimo. Para resucitar una mascota, el valor de utilización del artefacto en los centros “médicos” que se han abierto a tal fin, es muy alto. Para hacer lo mismo con una persona, el costo es millonario. Y comprar el artefacto es imposible, porque las prepagas y centros médicos multinacionales dominan la explotación de “El reconstructor”, incluyendo la internación del cadáver-paciente, servicio de hotelería para los acompañantes, etc. 
Pero volviendo al principio, ¿Porqué les digo que el mundo se ha vuelto un caos? Empecemos por enumerar ciertos hechos que han acaecido a consecuencia del descubrimiento y aplicación de “El reconstructor”.
Típicos casos de reconstrucciones:
·                    Una persona fallece súbitamente y otra no pudo declararle su amor en vida.
·                    Abuelos que no vieron nacer a sus nietos y los hijos piden la reconstrucción a tal efecto,  o de seres queridos que no pudieron conocerse en vida.
·                    Personajes históricos resucitados para preguntarles acerca de la veracidad de ciertos hechos o para que vayan a dar clases de historia en las escuelas o para que hagan disertaciones.
·                    Condenados a la pena de muerte por error para que el Estado pueda pedirles perdón públicamente y resarcir moral (¿Moral?) y materialmente a sus ex futuros deudos.
·                    Casos de venganza personal por adulterio, ajuste de cuentas, etc.
·                    Descubrimiento de crímenes. El resucitado puede contar quien lo mató.
·                    Testamentos inconclusos o poco claros o simplemente para que el fallecido lo escriba antes de fallecer de nuevo.
 
Sinceramente, son tantos casos distintos, que me sería casi imposible enumerarlos en su totalidad en esta nota. Ahora bien, el caos que les cuento, es el generado no solamente por la resucitación en sí, sino por el circo creado en torno a esta situación. Entrevistas a reconstruidos por televisión mostrándoles la escena del crimen en la que habían sido asesinados, reportajes a presidentes resucitados, talk shows con resucitados como participantes discutiendo si estaban de acuerdo con volver a vivir por tres días o no, vericuetos legales acerca de esta metodología: ¿Es legal resucitar a una persona? Sus derechos en estos nuevos tres días de vida, ¿Son los de un ser vivo o muerto? ¿Pueden cambiar un testamento? ¿Se los considera vivos o resucitados?, ¿Es necesario crear una nueva figura legal?,  ¿Es esto ético? Por supuesto que todas las iglesias de todos los credos, ven esta actividad como una aberración, peor que la clonación del siglo pasado. La actividad más aberrante que el ser humano podía haber creado. Y en este campo también creaba interrogantes en la fe de la gente. ¿No es que uno muere y el alma va al cielo o al infierno? ¿No es que el único que resucitó de entre los muertos fue Cristo y luego volvió a los cielos? Recuerdo en estos momentos que a alguien se le había ocurrido la extravagante  idea de resucitar a varios Papas para hacer una especie de congreso y preguntarles su opinión. Pero aquí también se pude mencionar otro tema interesante. ¿Que pasaba al morir? ¿Los reconstruidos podrán contarnos acerca de la existencia del más allá? En este aspecto, la cosa no funcionó. Lo único que recuerdan los reconstruidos es la famosa luz, o el túnel, o la visión de seres queridos, en definitiva, lo mismo que le sucede a las personas que han estado en una situación cercana a la muerte y han fallecido unos segundos o minutos. El resultado de estas investigaciones es tan frustrante como las que se vienen haciendo desde la antigüedad. 
Yo les puedo decir que vi esa luz, un túnel, vi algo, no puedo definirlo, una fuerza superior, una paz que parecía eterna, hasta que me desperté recostado en la cama de un Hotel hospital. No entendía nada de lo que pasaba. Ni siquiera sabía que hace algunos días atrás me había muerto en un accidente. Del accidente algo recuerdo. No me había puesto el cinturón de seguridad. De pronto vi ese camión de frente y me chocó. Salí despedido del auto y ahí sí que ya no me acuerdo más. Me trajeron los ejecutivos de la empresa de la que yo era presidente. Dejé muchas cosas sin firmar, poderes sin otorgar, muchas ventas sin cerrar, claves de cajas fuertes y cientos de millones que se hubieran perdido en batallas legales de no haber firmado a tiempo. Muchísimos más que los pocos millones que los directivos pagaron por mi resucitación. Bueno, debo decir que me contaron todo esto una vez que firmé los papeles  e hice todos los trámites (iluso de mi, como siempre) cuando me dieron de “alta” del Hotel hospital. Me quedan un poco más de 24 horas de vida.
La primera vez fue distinto. Estaba en la ruta manejando y no sabía que iría a morir. Ahora estoy solo, sin familiares, alojado en un hotel, escribiendo esta nota para tratar de compartir con algún lector esta sensación atroz que siento, indescriptible; la de saber que en unas horas moriré para siempre .
 
 
 
 
 

 

Comentarios

@SUSANAGRACIELAG

25/05/2010



Interesante planteo!! 

Por lo legal: Un enredo!!! 

Desde lo humano: ¿Donde quedaría el libre albedrío del reconstruído? Sería avasallar su derecho a elegir, respondiendo únicamente al egoísmo de los vivos.

   
@SUSANAGRACIELAG

25/05/2010



Claro Richy!!!  Sé que la vida es un regalo... mejor vivirla y disfrutar hoy lo que nos presente. Si la vivimos así...  a pleno... no necesitamos volver !!!  
@SUSANAGRACIELAG

25/05/2010



Querido ahijado: En esta vuelta de calesita, nosotros dos vinimos para aprender a divertirnos y alegrar a los demás. Si ganamos la maestría... nuestro espíritu volverá para enseñar a otros... así que a seguir así que vamos por buen camino!!!  
@MELANIE

25/05/2010



Viéndolo desde un punto de vista religioso , desde el sabio equilibrio del Universo en el cual creo, no me perece que haya que jugar con la vida y la muerte, sino aceptar el momento en el que partiremos o partieron nuestros seres queridos.


Si dejo eso de lado y pienso en el dolor de haber perdido hace poco a un ser querido, y si, quisiera tenerlo tres días para decirle las cosas que me quedaron sin decir, para darle el último beso o el último abrazo, para pedir los perdones que no pedí.


Pero, también habría que dejar de lado el egoísmo, la persona que haríamos volver tendría que pasar por la angustia de saber en que momento va a volver a partir.


Que los muertos descansen en paz.  

ARG

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Me gusta leer , mirar películas o series ,caminar y la vida al aire libre. Hace

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