Lo que realmente se pone en juego en el amor es la libertad.Amar es cedérsela mutuamente un poco.
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El amor es un deseo compulsivo por fundir nuestra totalidad en la totalidad del otro.
En el amor no hay cabida para los términos medios. El amor es lo más parecido a un absoluto.
En el amor tendemos a ser para el otro, lo que quisiéramos que el otro fuera para nosotros.
Aquel que ama más entre los dos, es indefectiblemente el menos libre.
El amor sí aliena, pero dulcemente.
El amor, contrariamente a lo que se cree, tiende a someter nuestros sentimientos y no a liberarlos.
La seducción no siempre conduce al amor, pero a veces es más embriagante y encantadora que éste.
La autonomía en el amor no existe por cuanto el amor es un compromiso de dos.
Un amor jamás podrá extinguirse mientras uno de los dos ame más al otro.
Un amor verdadero no es posible si no comparte las libertades de cada cual.
