Solamente cuando elegimos desde la certeza se cumplen nuestros anhelos. La certeza proviene de escucharnos a nosotros mismos, a nuestro espíritu. La certeza lleva a la perserverancia y a tener la paciencia necesaria para esperar la manifestación de lo deseado.

Solamente cuando elegimos desde la certeza se cumplen nuestros anhelos. La certeza proviene de escucharnos a nosotros mismos, a nuestro espíritu. La certeza lleva a la perserverancia y a tener la paciencia necesaria para esperar la manifestación de lo deseado.

Autor H. Valsecio