CENTRO DE ATENCIÓN AL QUEMADO - Sala de Espera


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Escrito por
@BURISITA

04/07/2006#N10435

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En muchas ocasiones me he preguntado por qué tantos de nosotros mostramos actitudes tan egoístas, tan duras, tan poco comprensivas respecto a las posibles relaciones con “el otro”.
Tratando de entender y de entenderme encontré una analogía que, a mí, me aclaró muy mucho el panorama.
He descubierto, señoras y señores, que estamos “quemados”. Hemos recibido, en mayor o menor medida, quemaduras de primer grado. Afectan distintos porcentajes de la superficie corporal pero son todas quemaduras de primer grado. De esas que no se curan, que siempre supuran, que necesitan atención permanente.
Pero, si bien todos estamos aquejados por la misma dolencia, también todos estamos usando un traje protector especial que cubre todo nuestro cuerpo, impidiendo ver en qué parte está la quemadura. Intentamos mostrarnos tan normales que ocultamos bajo un traje nuestra herida.
En algunos se observa que sobresale por algún lugar expuesto. A “esos” los tratamos de manera especial, con cuidado, “pobrecito/a, está herido”, olvidándonos que todos estamos igual.
Sucede, en algunas ocasiones, que llegamos a tomar confianza con algún otro de los trajeados. Y sin querer, tocamos, rozamos, presionamos la herida. Es que, como desconocemos donde está, por encontrarse cubierta por el “traje”, actuamos como si el otro tuviera todo el cuerpo sano.
Y pasa lo mismo para este lado. Alguien, sin querer, roza nuestra oculta quemadura. Y claro... duele, y mucho. A pesar de ser una simple presión, que en otra parte del cuerpo ni sentiríamos. Ahí, donde hemos quedado tan marcados, esa leve presión duele como si fuera la primera vez que nos sucede.
Debemos, creo, intentar entender que esta página, como otras, es la sala de espera virtual del centro de atención al quemado. Nos atienden distintos doctores, cada cual en su lugar recibe las curaciones necesarias pero, mientras tanto, nos cruzamos aquí.
Acuérdate, la próxima vez que te cruces con alguien en esta sala, que él/ella está tan afectado como vos, que nos es él/ella el encargado de las curaciones; está ahí (aquí) por la misma razón que tú, necesitando ese trato especial que también esperas recibir. No lo/la culpes por no saber dónde está tu herida. Solo déjate acompañar mientras ambos esperan el momento de la sanación. Quién te dice, en una de esas, van aprendiendo juntos cómo tratarse, tocarse, rozarse, sin ahondar más esa herida que ambos traen. Quién te dice, en una de esas, sean capaces de mostrarse el uno al otro sin el traje, y ayudarse mutuamente en el proceso de curación.

 

Comentarios

@RENEDIVA

05/07/2006

Muy real y sensible lo que escribiste. Es así!! El intento es ver como se vive armoniosamente con las quemaduras. Que son nuestras, por más que no querramos ni verlas ni sentirlas. Un besote. Susana