El loco

EL LOCO

Me preguntáis porqué enloquecí. Fue así. Un día, mucho antes de que nacieran algunos dioses, desperté de un profundo letargo y descubrí que me habían robado todas mis máscaras. Sí, las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando: "¡Ladrones! ¡ladrones! ¡Malditos Ladrones!".

Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, algunas personas, llenas de horror, corrieron a refugiarse en sus casas.

Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome, gritó: "¡Miren... es un Loco!". Alcé la cabeza para mirarlo, y por primera vez el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se encendió de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera preso de un trance, grité: "¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!".

Fue así que enloquecí.

Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden nos esclavizan.

Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón.

Locura...

Cuántas veces tildamos de "loco" al que sonríe porque sí,

Al que disfruta
Al que expresa lo que siente

Al que ama...

Ojalá nunca pierda mi locura, ahora que la he encontrado...

Ojalá nunca me olvide de reír a las carcajadas y de disfrutar el viento en la cara...

Ojalá que siempre sea así de sensible...

Se sufre más, pero se disfruta más... se VIVE...

Ojalá que no me cure nunca...

Y ojalá que mi locura sea contagiosa, y que cada vez seamos más los que riamos, los que besemos, los que abracemos, los que nos animemos, los que cantemos porque sí, los que andemos descalzos por la calle, los que digamos "te quiero"...

Que nunca caiga en la cordura de no saludar a mi vecino, de andar con el ceño fruncido, de no tener tiempo para un chiste o para acariciar la cabeza de un niño, o de oler el perfume de una flor...

Ojalá nunca esté tan ocupado como para no poder regalarles estos cuentos, que no son más que pedacitos de mi locura...

Dedicado a todas aquellas personas que deberían estar internadas en unidades psiquiatras, pero están.... LIBRES!!

 

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