UN EXITOSO CULTOR DEL FRACASO


Registrate en Encontrarse y empezá a conocer gente ya

Escrito por
@EL_MOROTXO

13/01/2007#N13410

0 Actividad semanal
548 Visitas totales


Registrate en Encontrarse y empezá a conocer gente ya
Este cuento, fue escrito no hace mucho, y hace unos meses, fue leido y seleccionado por el Maestro Dolina para una futura publicacion de cuentos ineditos...

Bastante se ha hablado de boca en boca sobre Javier Amadeo Marinelli, (ficticio nombre si lo hay) aunque ninguna crónica detalla algo sobre su vida.

Cuesta hacer una recopilación, ya que a este ingenioso muchacho, que raya la Leyenda, se le asignan gran cantidad de situaciones que no han sido tal, y que forman parte del imaginario popular.

El barrio de Florida, ha sabido albergar a este personaje, pero sin mas pena ni gloria de la que él mismo se encargó de darle forma. Hablando claro: Javier, ha sabido ganarse –con creces- el mote de “fracasado”. Mas que eso, algunos parroquianos piensan que buscó ser, en realidad, un “cultor del fracaso”. No se puede negar la gran inventiva y capacidad de creación que Marinelli supo poner en cada emprendimiento, mas allá de ser estos vanos y fútiles.

Desde sus mas infantiles comienzos, hasta su casi universitario presente, ha sabido crecer a fuerza de fracasos, siendo éstos de variados alcances. Veamos alguna breve reseña de sus éxitos mas estrepitosos:

• ardín de infantes: A los 5 años, se inicio en la venta de chupetes usados entre sus compañeritos. No vendió ninguno. Siempre pensó que esos chicos solo eran consumistas de lo nuevo.
• Primaria:
1. Sintiéndose un adelantado, dio forma a su idea de falsificar los billetes del Estanciero. La tecnología no lo acompaño en su proyecto: aun no se habían inventado las fotocopiadoras color, por lo cual, solo tuvo que valerse de su habilidad para el dibujo (otra área donde se destacó por su inutilidad). Resultado: nadie le compró ninguno de esos papeles pintados con Silvapen.
2. Era el único que contaba con las figuritas difíciles de todas las colecciones, aunque el 100% desconfiaba de sus orígenes, sobre todo, con aquellas figuritas de chapa con bordes sinuosos y puntiagudos como cardos. Nadie se animo a decirle que el abrelatas no era su fuerte. Solo se limitaron a contemplar como no pudo embocar a nadie.
3. Trato de imponer una “lengua” nueva: al principio, era fácil: no diferenciar la B de la V, la S con la C, etc... El problema se acentuó con el no empleo de las consonantes. Solo él entendía lo que quería decir. Pasaba horas hablando solo con las vocales: “oa oo e a?” (N.R.: “hola como te va?”). La psico-pedagoga casi lo deriva a un instituto de salud mental. Lo rescato su abuela.

• Secundaria: (En esta época, Javier comenzó a tener en cuenta algunas variables: oferta, demanda, criterio de negocio, posibilidades, etc.).
1. Ya con mas bríos como un joven emprendedor, intento dar solución a la problemática de la fragilidad del envoltorio de los huevos, y el consecuente argumento de la posterior inutilidad de las cáscaras: la venta huevos rotos no tuvo la demanda que él pensó. Poca gente confió en las condiciones de salubridad de los mismos, sobre todo, en el proceso de fraccionamiento de las unidades.
2. Ideó, dió forma y fundó el “Centro de NO Estudiantes Secundarios”, -el primero de su distrito, de la provincia, del país y, se cree, del mundo- las sesiones se realizaban todos los segundos recreos de los martes impares de cada mes. Nunca sesionó. No tuvo en cuenta que la deserción a sus Asambleas sería la base de tamaño error. (Aún es el Presidente, va por su 20mo. Mandato).
3. Probo con la adecuación de mapas especiales para los alumnos reticentes a la geografía. La idea no era mala: solo cambiaban los nombres, el mapa era siempre el mismo (la provincia de Córdoba fue la elegida). Alguien con un espíritu maligno, hizo correr la bola, que no se podía ubicar el Delta ni el Cabo de Hornos. Mucho menos, el Nilo ni la Pampa Húmeda en su totalidad. Aun se conservan algunos ejemplares de la primer y única tirada de 400 mapas. El único que lo recuerda con poco cariño en la idea, fue un primo, propietario de una librería, que consiguió los mapas mas baratos, al por mayor. Se desconoce el destino del pedido de los 1800 mapas restantes.
4. Ya avanzada su practicidad con las manualidades, y habiendo aprobado Hojalatería en Taller, decidió probar suerte con la confección de avioncitos bombarderos de chapa. Un profesor sin visión de futuro (fruto de la violenta prueba del lanza-perdigones), se encargó que la idea no prosperase.
5. Intento reflotar el uso de la lengua “nueva” de la primaria: a falta de arraigar la idea entre sus compañeros, al principio era la atracción de ciertas fiestas de 15, (luego del copioso brindis por parte de algunos tíos cultores del acopio etílico), aunque paso a tener el mote de “idiota idiomático” en un breve lapso de días. Zafó nuevamente de la internación, pero perdió el apoyo incondicional de su abuela.
6. Ofreció sus servicios como “elemento excusa”: se lo podía contratar para cualquier excusa que evite rupturas de noviazgos engañosos, ausencias repentinas, rajes inmediatos, etc. Etc: no tuvo gran alcance: en un mismo sábado le toco ser: muerto, internado, amigo en problemas, y participe de un accidente vial. El destino le juego una mala pasada, porque el orden fue el detallado. Conclusión: hubo gente que lo felicitó por estar bien, otros por su recuperación, y algunos otros, sufrieron repentinos ataques de pánico y alucinaciones al verlo como si nada. Aún hoy le reclaman el dinero de alguna corona enviada a su nombre.
7. Se le reconoce ser el precursor del “delivery”, aunque sólo tuvo dos inconvenientes: comenzó repartiendo “copos de nieve” (aunque si bien la idea no era mala, el producto no se adecuó), y tal vez, la mas difícil de subsanar: lo hacía en bicicleta. Resultado: poca aceptación en la entrega, y grandes descuentos en su sueldo de parte del viejito que los fabricaba. Algún avezado joven en moto hijo de un pizzero, le robó la idea. Lástima.

• Universidad: (Ya el haber incursionado en otros ambientes, le posibilitó ver otros proyectos). Si bien no tuvo un inicio promisorio, una vez adaptado, trato infructuosamente con los siguientes:
1. Intento vender machetes usados: decididamente, es un incomprendido. Pocos compañeros aceptaban el haber tenido algún tipo de ayudamemoria en los exámenes. Teniendo en cuenta la cantidad de parciales, la cercanía entre ellos y sobre todo, la extensión de los temas a tratar, se torno prácticamente imposible catalogar los pocos que consiguió. La prueba piloto fue fallida: la realizó en un exámen de Análisis Matemático.
2. Impulso, sin mucho eco, la venta de las filmaciones de los exámenes como recuerdo de la cursada. Alguien lo defenestró: es inútil un video de una hora y media de duración, con 50 personas en la misma pose. Solo respondió a la extorsión de un profesor mal dormido.
3. Un proyecto ambicioso: el reciclado de los apuntes fotocopiados. Su mayor problema fue venderlos. Ignora todavía la forma de blanquear los originales y el porqué de la ininteligibilidad de los reimpresos posteriores.

En sus tiempos libres, retomó su idea del “delivery”: un maestro pastelero confío en él. No fue así con los clientes. No se tiene testimonio de algún “lemmon pie” o “flan al huevo con crestas de crema” ni “copas melba” que hayan sido entregadas tal cual eran ofrecidas en las fotos.
Si bien Marinelli sigue en el mismo barrio, la gente ya no lo mira con el respeto suficiente para seguir confiando en sus imprósperos negocios. Se rumorea que se lo vió alguna vez, ofreciendo un servicio de fotos en el cementerio de Olivos. Aunque su tozudez lo ha llevado a su infortunio, nunca quiso cambiar la frase impresa en las imágenes “Recuerdo de mi entierro”.

También se aventuró en el difícil mundo de las serenatas. Al principio, le costó encontrar clientes para sus valses vieneses. Luego, debido al constante acoso de los amigos de lo ajeno, trató de dar serenatas diurnas en barrios peligrosos. Mas tarde, se lo vió ejecutando una versión de “Pájaro Campana” con bombo legüero.

Sólo resta reconocer, tal vez, como su mayor éxito, el no haber claudicado en sus ideas. Si bien sus negocios no han sabido ser bien vistos, se le reconoce el mérito de tratar de salir del anonimato, y su propia confianza a su inventiva. Nadie en momento alguno se acercó a felicitarlo.

Hoy, algunos vecinos tratan de evitar acercase para no ser tentados con algún nuevo proyecto condenado al fracaso, sin saber que ellos mismos, ya lo son, por no creer en sí mismos.

Este mismo cronista, puede identificarse con Javier., ya sea por algunos fracasos no-natos, o por todos aquellos que hacen que siga buscando, tanteando, intentando... radicando a veces, el mayor placer en estas instancias, mas allá del resultado logrado. Seamos todos un poco Javier: no perdemos nada o mas bien, siempre será mayor la recompensa que el tiempo invertido o la cosecha infructuosa.

 

Comentarios

Aún no hay comentarios. Iniciá una conversación acerca de este tema.


ARG

ARG

MUJER de 50 en La Matanza

Hola! Cómo va? Espero que estén muy bien! Cómo dicen que soy....Carismáti

¿CONOCERLA?

NO

Más Mujeres
ARG

ARG

HOMBRE de 48 en Mataderos

Soy una persona tranquila,sencilla.disfrutar al aire libre ,las salidas a bares

¿CONOCERLO?

NO

Más Hombres

Salidas Grupales

Ver Todas

Últimas notas

Ver NUE+COMEN
Registrate y comenzá a conocer gente linda