Gota tras gota. Cada gota. No, no se mueren. No pueden. Son pequeñas almas de agua. Precipitan al vacío, se estrellan, se deforman, se mezclan, se separan...pero siguen siendo agua. Su cuerpo y su escencia están hechas de lo mismo. ¡Qué perfección! Morir y seguir siendo lo mismo. Luego se elevan... El sol las apadrina en el ascenso. Son más etéreas por un tiempo...Pero sigue siendo agua y ya volverán a su cuerpo de gota...y volverán, nuevamente.