DESIDIA

ESCRIBE ÉL:
Nunca hice esto antes y siempre me lo reprochaste... nunca era el momento ni la oportunidad para escribirte, mil veces me lo reclamaste y jamás accedí.
Es de madrugada, desperté tembloroso en nuestra cama. Uno de aquellos viejos ahogos vino a mi encuentro una vez más y me arrancó brutalmente del sueño.
Mi mano buscó rozar tu piel como tantas veces lo había hecho antes, pero no te encontré, si ya se, nunca te lo había dicho... tu piel era mi bálsamo, con sólo tocarte me tranquilizaba, mi pecho se aquietaba y me sentía seguro.
Estiré mi brazo hasta los confines de la cama aún sabiendo que no estabas, en un último intento de negar la realidad, fue un gesto inútil... me hundí en la almohada con los ojos abiertos tratando de acomodarlos a la oscuridad del cuarto. Después de un rato giré la cabeza hacia la ventana como tantas noches buscando ver el perfil de tu cuerpo recortado en la penumbra. Pasé largas horas viéndote dormir, adivinando tu rostro tranquilo y escuchando tu respiración tenue... sí ya lo se… Esto tampoco te lo confesé jamás.
Quise quebrar a manotazos la humedad de la noche buscando percibir aquel perfume que anticipaba tu presencia... siempre me maravillo eso... aunque estuviera absorto en mi lectura tu perfume llegaba puntual obligándome a levantar la vista, preanunciando la delicia de tu cuerpo enmarcado en la puerta.
¿Que nunca dije nada de tu perfume? Sí ya lo se.
La noche pesa como mil demonios, abro los brazos en cruz buscando aire... no es cierto… no busco aire, pretendo, ya estúpido de toda estupidez que tu cabeza se anide en mi pecho y sentir de nuevo la caricia de tu pelo lacio sobre mi cara…
No, jamás dije nada de tu pelo. Volvías de la peluquería en alas de la ilusión, tus ojos buscaban los míos y te apurabas a arrancarme un piropo que nunca llegaba -¿qué tal me queda?- Te queda lindo, era mi pobre respuesta... Tanta desidia... Tanto guardar sentimientos, expresiones, gestos... ¿Por temor a qué? ¿A desnudarme? ¿A mostrarme vulnerable?
Está bien, concluyo... tanta idiotez se tiene que pagar de alguna forma. La soledad de este cuarto es suficiente condena.
Afuera la ciudad acelera sus ruidos... amanece... otro día más sin vos... ¿y van?...

ESCRIBE ELLA:
¿Y ahora qué me pasa? ¿Por qué de la rabia y de la bronca de sentirme insignificante, ahora que tengo lo que quiero me falta todo?

No me puedo dormir, hace días que casi no descanso... no quiero pensar, me niego pero los recuerdos se agolpan, me presionan, me invaden...
"Pasá, esta es tu casa ahora" me dijiste sin mirarme ¿Cuanto tiempo pasó? ¿Un segundo, mil años?
¿Dónde quedó la pasión? ¿Y dónde va a estar? Está aquí, en mi piel, en mis ganas, en mis pensamientos y en mi amargura por no entender, por no alcanzarme lo que me dabas, por necesitar palabras que nunca llegaron, gestos, miradas, arrebatos...tu demostración de amor.
¿Cuándo dejamos de caminar abrazados? ¿Cuánto hace que no tomamos un café por ahí agarraditos de la mano como cuando me estabas conquistando?¿Cuánto hace que no me das un beso delante de todos sin importarte nada?
Un día te pregunté si ya no te gustaba "No seas tonta, para eso está la casa, a la gente no le importa", eso me contestaste y en realidad lo que yo quería era que a vos no te importe la gente, lo único que yo pretendía era ser, existir, transformarme en tu vida sin que nada más te importara.
Hasta el amor transcurría en silencio, cada noche esperé que con tu boca pegada a la mía me dijeras un entrecortado "te amo" que nunca llegó... y me fui empequeñeciendo, lentamente me fui guardando una pasión que me desbordaba, sentía que no te servía, que no me querías y yo necesitaba palabras, palabras, palabras...
¿Te acordás del día que quise cambiar y me corté el pelo? Jamás olvidaré cómo me miraron esos ojos claros, me odiaste sin sonidos ni gestos, te limitaste a recorrer con la mirada lo que ya no estaba como diciendo "¡Qué hiciste!" Y me sentí morir.
Aquella mañana y después de una noche negada, simplemente tomé mis cosas y te dije "No me sirve y no te sirvo" y me dejaste ir. Recé para que me pidieras que no te deje, para que salieran de tu boca todas juntas esas palabras que siempre soñé, pero me dejaste ir, así de simple... me dejaste ir...

Aquí estoy, de torpe que soy también me traje los sentimientos, olvidé dejártelos y ahora me muero sin vos...

Te amo, me duele amarte tanto...Ya estamos iguales, el silencio nos une.

 

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