Corazòn Abierto


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Publicado por
@CLAUDINIA07

18/05/2008#N21417

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Corazòn Abierto

Cuenta una historia:

"En francia, un maestro de pintura realizaba su tan ansiada exposiciòn anual en el salòn de arte màs importante del paìs. Toda la prensa especializada, los crìticos màs notorios se habìan dado cita allì; nadie querìa perderse tal evento.
Sòlo una vez por año el artista se mostraba de esta forma, ya que hacia tiemo que ni siquiera concurrìa a presentaciones de sus colegas. Era un hombre sencillo, abstraìdo en su arte, remiso, sin grandilocuencias y no le gustaba la exposiciòn pùblica. El salòn estaba colmado y los asistentes, especialmente invitados, recorrìan las pinturas y elogiaban su realismo y el cuidadoso detalle con que habìan sido plasmadas en la tela, a partir de la inagotable inspiraciòn del artista.
Un solo cuadro se hallaba cubierto y ocupaba el centro del salòn: con un tamaño mucho mayor que los demàs, por lo que todo hacìa prever que se trataba del elegido del maestro para darlo a conocer en cierto momento de la noche.
Los mozos comenzaron a servir copas con champaña a los presentes, y fue entonces que bajaron las luces del lugar: solamente quedaron encendidas las que iluminaban aquella pintura que aùn estaba cubierta. El anfitriòn se fue acercando a ella, y detràs de èl, los presentes. Cuando llegò al lugar preciso, tomò un extremo de la tela que lo cubrìa y tirò de ella para dejar aparecer un cuadro en el que habìa plasmado una imagen de Dios, segùn la visiòn del pintor.
Los presentes quedaron extrañados, porque aquel hombre no solìa realizar obras que incluyeran imàgenes o connotaciones religiosas de ningùn tipo. En este cuadro se lo veìa a Dios junto a una puerta, que reflejaba sin dudas la entrada a una pequeña casa. Las paredes eran blancas y a los costados de la puerta habìa pequeñas y coloridas flores que bordeaban todo el largo del frente.
Se veìa a Dios algo inclinado, como si estuviera oyendo si habia alguien dentro de la casa, es mas, su postura, su gesto y su mirada denotaban la ansiedad que le producìa el hecho de estar como esperando que alguien le abriera.
Cada uno de los presentes observaba la obra con profunda curiosidad y admiraciòn, ya que no solo era un tema nunca elegido por aquel artista, sino que ademàs la luz, las tonalidades, las proporciones, la perspectiva y todo otro detalle de la pintura, lucìan perfectos.
Habìa, entre los crìticos de arte que asistieron, uno muy especial, conocido por sus àsperas y rìgidas apreciaciones. Se trataba de un hombre de pocos rodeos, excesivamente observador y muy temido por sus implacables comentarios.
Luego de observar la obra, vio con sorpresa que esta tenìa un gravìsimo error: la puerta que estaba frente a Dios no tenìa picaporte. Se acercò al autor y todo el mundo vio su intenciòn de hacerle un comentario a viva voz. Las conversaciones empezaron a detenerse, las voces del lugar acallaron y un extraño silencio poblò el espacio:
-Veo que tu obra contiene como siempe la excelsitud de los colores y la perfecciòn de las formas en sus justas proporciones- dijo el crìtico.
El maestro, que lo conocìa, sòlo asintiò el elogio con una leve inclinaciòn de su cabeza.
-Pero -agregò el crìtico- es notoria e inexplicable, por cierto, que a pesar de haber titulado a esta obra con el nombre "la puerta", en ella no haya picaporte alguno. No comprendo el hecho de tan grave error en las manos de un artista como usted.
El maestro, con serenidad, respondiò:
-Esa puerta no es ni màs ni menos que la puerta de entrada al corazòn del hombre, y la imagen que allì ves, es la de la vida representanda por Dios esperando que esa puerta se abra.
-Eso no explica que hayas olvidado semejante detalle al omitir el picaporte -retrucò el crìtico.
-Pues si lo explica, la puerta del corazòn solo puede abrirse desde adentro, jamàs desde el lado de afuera.
Un tìmido aplauso al comienzo, y una ovaciòn luego, aclamaron la respuesta."


...Hay personas que cierran su corazòn, que por miedo al dolor mantienen distancias, no se comprometen a fondo en un diàlogo, en un encuentro con otro, temen el abandono, ser heridos, maltratados o traicionados. Y, generalmente, se trata de aquellos que han pasado por alguna fuerte desilusìòn en su vida y que utilizan la receta de cerrarse a la posibilidad de sentir, para evitar pasar nuevamente por aquel dolor que alguna vez atravesaron y del cual aùn le quedan recuerdos y sensaciones.
Con esto, evitan el padecimiento, pero tambièn el placer de poder querer, sentir, añorar a alguien, desearlo, extrañarlo. No entienden que la vida es mucho màs que estudiar, trabajar, levantarse, comer o dormir. La vida es la pasiòn de sentir y sentirse, de dejarse ser, de emocionarse cuando se escucha un "te quiero" de alguien a quien uno ama, o se logra algo que uno no emprendìa por miedo al fracaso.
Lo que uno vive en realidad, es lo que su corazòn siente, no lo que su cabeza piensa.
No mezclès a uno con el otro, no pongàs con tu cabeza cerrojos del lado de adentro de tu corazòn. Es feo el dolor de un amor, pero mucho màs feo es el vacìo de no sentirlo. Es desagradable un mal resultado en algo que uno intenta lograr, pero es mucho peor el sabor amargo de no haberlo intentado nunca.
No nos guardemos un "te quiero", no escondamos un "te amo". Cuando sintamos algo asì, ese sentimiento ya no serà nuestro sino de quien lo ha provocado. No temamos ser rechazados, pues el peor de los rechazos es el nuestro al no darnos la posibilidad de decir lo que sentimos. No hay peor tarea que la que no se realiza ni peor sentimiento que el que no se expresa.......
Date permiso. No olvidès que al igual que en la pintura del maestro, vos sos el ùnico que puede abrir la puerta de tu corazòn.

"Cuando sientas amor por alguien, dìselo, porque fue ese alguien quien te lo inspirò".



Autor: Daniel Martinez

 

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