LA ENERGIA DEL AMOR (Jose/Lucas) 14


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Escrito por
@LOCOPOETA

22/10/2009#N29174

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   "Toda gran religión comienza en la Luz,

            pero sólo el corazón puede retener la luz,

            las páginas, no"

                                                           Richard Bach (Uno)

 

            Llegó el momento de comenzar el desarrollo de la idea, de empezar a equilibrar las aparentes diferencias entre las distintas religiones, doctrinas, prácticas, y en general, caminos que parecen tan apartados, y quizás lo sean, sobre todo cuando son paralelos pueden separarse por muchos kilómetros de espacio-tiempo, pero hay tantos puntos en los que se cruzan y hasta se unen por un trecho, para luego volver a separarse y otra vez volver a cruzarse y unirse.

 

            Es que resulta, valga la redundancia, tan relativamente relativo esto de los caminos espirituales, que es casi imposible expresar con palabras sus convergencias y coincidencias, tanto para que lo entiendan los que nunca se ocuparon del asunto, como para los que creen haber hallado la receta ideal.

 

            A pesar de "abrir el paraguas", igualmente quiero hacer el intento de contarte mis limitadas experiencias de ésta vida, (perdoname pero no recuerdo la de otras vidas, aunque me gustaría mucho, y seguramente las debo tener incorporadas como instinto), donde o cuando recién comencé a experimentar conscientemente mi espíritu desde que comencé a estar en meditación (entendido esto según el concepto oriental de la palabra).

 

            También supe que mi espíritu siempre había estado allí, y que siempre estará, y que el tiempo no es más que una convención, entonces, mi mente pudo recordar de donde había surgido eso que la iglesia católica llama Fe en mi adolescencia, porqué acepté conceptos inexplicables y sin sentido práctico.

 

            Por eso, creo que la meditación es para mi la llave de la fuente espiritual, como para otros es la Devoción, la Contemplación, la Fe, el Sufrimiento, el Sacrificio, el Servicio, la Oración, la Penitencia, la Práctica, los Rituales, o cualquier otro medio de entrever esa pequeñísima luz que nos abre las puertas del mundo espiritual que siempre está esperando que despertemos.

 

            Sin ser caprichoso esto, es válido que el mundo espiritual siempre espera nuestro despertar, pero, ese despertar no es posible mientras no sepamos que hacer con él.

 

            Meditación es una simple palabra, pero que tiene más de un significado, quiero aclarártelo de la forma más aproximada posible en teoría, porque es más que nada "hacer", o mejor dicho “no hacer”, comúnmente, para los occidentales, meditar es concentrarse en un problema hasta dar con una solución, o como dice el diccionario "aplicar atentamente el pensamiento a la consideración de alguna cosa, reflexionar ".

 

            Pero para los orientales es muy distinto el concepto, y también lo es para la espiritualidad, aunque existen muchas otras técnicas y formas de explicarlo, meditar (por eso Maharishi Mahesh Yogi al introducir el concepto en U.S.A. la denominó "Meditación Trascendental"), estar en meditación, es todo lo contrario.

 

            Consiste en alejar de la mente todos los pensamientos que aparezcan, sin apuro, sin esfuerzo, sin concentración, relajándose a medida que ningún pensamiento se presente, (¡ojo!, no es poner la mente en blanco, es aquietar y observar el flujo de pensamientos e ideas), allí estamos en meditación, entonces sólo esperamos conscientemente sin expectativas, sin urgencias, sin sugerencias, sin intención, sin deseos, y es cuando la energía del cosmos fluye por nuestro cuerpo sin obstáculos y nos alimenta sin que nos demos cuenta, pasa sin esfuerzo por nuestra columna vertebral que de antemano habíamos puesto lo más recta posible, acostados, sentados en una silla o en postura de "loto" o de "zapatero".

 

            Y sólo eso, nos alimenta sin notarlo, durante esos 15 o 20 minutos nos renueva la vida totalmente. Con la práctica, y sin establecerlo de antemano, éste tiempo se hace más largo solo, pero, ya no nos importa demasiado el paso del tiempo.

 

            Luego, nos encontramos a nosotros mismos en conductas de vida que no podemos explicarnos, pero que nos alegran, nos dan paz, nos concilian con la vida misma, y que son producto de la meditación.

 

            A veces, se pueden advertir algunas cosas mientras estamos en meditación y podemos encontrarnos con la luz, con una danza de colores, con rostros conocidos o extraños, con paisajes muy hermosos o muy raros, con colores desconocidos y hasta luminosos, en fin, con pequeñas o grandes muestras de lo que la mente puede mostrarnos cuando está calmada, relajada, en paz y armonía.

 

            La técnica de la meditación está muy bien explicada en muchos libros, entre ellos, "Meditación en la Luz" de Sai Baba, "La conquista de la mente" de Eknath Easwaran y "El libro Naranja" de Osho, y en muchos lugares de Buenos Aires, como la fundación Indra Devi, se realizan prácticas gratuitas de meditación.

 

            Hay una forma de definir a la meditación que me parece muy poética y práctica, se dice que, por ejemplo, si estamos ante una flor, concentrarse es prestarle atención sólo a la flor, meditar es Ser la flor y la iluminación es entrar en la esencia de la flor y de todas las cosas, es fundirse con el cosmos.

 

            Con esto, no quiero decirte que la meditación es el único camino, no, hay tantos caminos como se te puedan ocurrir y presentar en tu vida, lo importante es poder tener la libertad mental de elegir los que mejor se adaptan a nuestra naturaleza y capacidad en ésta vida y en cada momento en particular.

 

            A veces, es mejor no hacer nada, a veces empaparnos de la teoría de los libros, las charlas y conferencias, a veces ver películas y series que muestran alternativas, habrá momentos en que nos podemos sentir atraídos por alguna religión, o doctrina o dogma de Fe que nos hayan inculcado y hasta obligado a profesar desde muy chicos, también podemos acercarnos a la espiritualidad a través del arte, otras veces nos podemos sentir atraídos por culturas extrañas a nosotros, con buenos o malos maestros, todo sirve, hasta las desventuras.

 

            Todo lo que nos pasa es importante si lo asimilamos como experiencia positiva, y para que lo sea, es esencial que sea consciente, que lo que te toque vivir lo asimiles sin retaceos.

 

            Como algo que necesitamos aunque en ese momento nos parezca una arbitrariedad, o mala suerte, o no merecido, o muy distinto a lo que querríamos haber vivido, soñado o sentido,

 

            Seguramente, si después ponemos atención en lo que nos ocurre, encontraremos el motivo por el cual nos sucedió eso con lo que no estábamos conformes.

 

            No quiero decir para nada resignarse, digo estar consciente.

 

            Para esa tarea permanente, que con el tiempo se hace una simple costumbre casi automática, un hábito saludable, de prestar atención a lo que pasa a nuestro alrededor, pero fundamentalmente, a lo que Nos pasa a nosotros mismos, podemos contar con algo que quizás (y muchos lo interpretan así), vos creas que no está de acuerdo con la meditación, que son nuestros cinco sentidos, si, porque a pesar de que los dejemos de lado al meditar, son el contacto más fiel que tenemos con la realidad del mundo ("maya" para los hindúes, "ilusión" para los místicos, "única verdad" para los materialistas ).

 

            Sobre todo si les prestamos atención y también agregamos la intuición, que según afirman o sospechan aquellos que sostienen las teorías de reencarnación, (yo no la sostengo, ya que no me consta prácticamente, sólo intuyo que es lo más probable y, personalmente, creo en ello), representa lo que aprendimos en las vidas anteriores, y lo sea o no, es muy útil servirnos de ella como elemento extra para que la atención sea más amplia y completa, abarcando algunos aspectos que a veces los sentidos nos niegan.

 

            Esto no quiere decir que tengamos que confiar totalmente en ellos como hace casi todo el mundo. Creo que no es necesario aclarar demasiado lo que estamos haciendo de nuestro mundo de ésa forma : división, conflicto, pobres, ricos, destrucción, temor, inseguridad, odios milenarios, guerras "santas", ruinas, injusticia, atropellos, ........, ............, ............, ........, ........... ........, ............, ............, ........, ..........., ........, ............, ............, ........,...........,........,..........,..............,............, ............,..............., ( agregá todo lo que se te ocurra ), sólo digo que son los elementos que tenemos, con los que podemos contar, entonces nos tenemos que valer de ellos, porque seguramente hay alguna razón que quizás ahora no comprendamos del todo por la que los tenemos y no podemos desecharlos.

 

            Porque usamos los sentidos para JUZGAR a los demás y rara vez a nosotros mismos, aunque esto tampoco tiene mucho sentido, los usamos para satisfacernos o sufrir, lo cual puede no estar mal, pero tampoco es el único uso, los utilizamos para mejorar nuestra vida material, pero casi nunca reparamos en que muchísimas veces el fin no justifica los medios y, si lo pensamos un poquito, la vida es nada más que una larga sucesión de "medios", ya que los fines, una vez logrados, dejan de tener "utilidad", porque funcionan como una luz que nos ciega y nos atrapa.

 

            En lo que nunca nos detenemos, es en pensar que los sentidos los podríamos utilizar para otras cosas más útiles para todos como para dar Amor, y así, sin esperar respuestas ni resultados, aprender a perdonar, y a perdonarnos, pero un perdón como el del Padrenuestro de antes, el que decía: "... y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores...", un perdón de esos de los que parece que hasta le fue arrebatado a la oración más significativa del Cristianismo.

 

            Porque Jesús la enseñó en el Monte de los Olivos, y cuando decía "deudas", no decía solamente "ofensas", como pretenden interpretar ahora, y dentro de 1.500 años, y seguramente mucho antes también, ya nadie recordará esto, como no se recuerda ahora que la palabra reencarnación dicen que fue suplantada por resurrección hace mucho tiempo en la Biblia, que después de todo, fue escrita por seres humanos como vos y yo.

 

            Y así, no solamente en la religión católica, sino también en todas las otras, lo que fue "iluminación" se va tornando en "oscuridad" a través de los dogmas, que no digo que no sirvan, pero creo sinceramente que la idea original se deforma de tal manera en cuanto se lo quiere sistematizar y adaptar a todo el mundo, que termina por no significar casi nada para nadie.

 

            El mismo Cristo no confiaba en los que seguían "la letra de la Ley", sino en su espíritu, el mismo Buda decía que no hay que seguir ni siquiera sus palabras, el mismo Mahoma decía que lo fundamental es que amemos a nuestros semejantes, Swami Sai Baba nos dice hoy mismo que no hace falta cambiar de religión, sino que hay que practicarla en lugar de teorizarla y Gandhi advierte que el mismo pudo haber escrito conceptos que se contradicen entre si, y si les prestamos atención, nuestros sentidos también coinciden con todos ellos, lo que importa realmente no es la teoría, ni siquiera lo escrito, es lo que vivimos y experimentamos.

 

            Porque no hay en la vida una felicidad mayor que la de dar Amor, ni siquiera la de recibirlo, si no me creés, probá, sacate la coraza que te pone encima la sociedad y empezá a repartir Amor por todos lados sin mezquindad y a quiénes lo necesiten, vas a ver como tus sentidos se exaltan y te empiezan a pedir más.

 

            El único inconveniente que vas a encontrar, es que casi nadie te enseña eso hoy, aunque hay una mayor apertura a la espiritualidad como camino y necesidad individual, y muchos se hacen eco de ello en programas de T.V. por cable (Un mundo mejor de Claudio María Dominguez, El umbral, etc.), o revistas de variadas disciplinas, o en infinidad de libros que encontramos hoy en las librerías, y de algunos te voy a ir hablando.

 

            Salvo excepciones, casi siempre te enseñan a recibir Amor, pero a dar no, te dicen como dar lo que te sobra como limosna, no a darte con la limosna, te muestran permanentemente como hacer para que los otros crean que das Amor y como apegarte a los resultados de tu acción, a conseguir un objetivo, a lograr algo, no a unirte realmente con el otro, lo que aprendemos y vemos todos los días y llamamos amor, no es otra cosa que "apego", siempre hay una condición, siempre hay un resultado a esperar, y si no viene, se terminó el "amor".

 

            Es increíble como, el sólo hecho de entender éste concepto, puede cambiar nuestra vida por completo, como podemos comenzar a ver las cosas de otra manera, cuando nos des-apegamos de algo o de alguien, contrariamente a lo que se pueda interpretar, nos estamos acercando mucho más que antes al objeto o la persona, porque prescindimos de nuestro juicio, y empezamos a ver y amar todo como es, y no, como queremos nosotros que sea.

 

            Por eso, al observar a la gente por la calle, en el subte o en el colectivo, nos encontramos con muchas expresiones en sus rostros, que a  mi me hicieron "ver" las diferencias entre...

 

 

 

               " AMOR Y MIEDO... "

 

 

                   Entre el miedo y el Amor

                   va transcurriendo la vida,

                   y nunca nos damos cuenta,

                   que se excluyen mutuamente.

 

                   Por eso es que hay mucha gente,

                   sus rostros llenos de miedo

                   que expresan desesperanza,

                   y otros, que tienen más miedo

                   nos espetan arrogancia.

 

                   ¿Porqué todos tienen miedo?

                   ¿cuál es la causa de esto?

                   es sólo falta de Amor,

                   en la mirada, en el trato,

                   en el beso y el abrazo,

                   en el juego y el trabajo.

 

                   Si cargáramos de Amor

                   cada uno de nuestros actos,

                   todo sería distinto,

                   no existiría el fracaso,

                   ni los miedos, ni los males,

                   y tendríamos presente:

                   que todos somos iguales...

 

                                                                       YO

 

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