CLAUDIO DÍAZ: POR QUÉ RENUNCIÉ A CLARÍN?


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Publicado por
@KOPSI

18/04/2010#N31359

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La renuncia es del  3-04-2010)


He tomado la decisión de renunciar al cargo de redactor que ejercía y, como es de rigor en estos casos, quiero despedirme de los amigos que gané durante mis siete años de permanencia en el diario y de los buenos compañeros con los que compartí muchas tardes entretenidas.
Pero no quiero irme sin antes explicarles, a ustedes y también a quienes ocupan los cargos jerárquicos de esta empresa, los motivos de mi retiro.
A fines de marzo la revista Veintitrés me pidió una opinión sobre el rol que cumplen los medios periodísticos y algunos intelectuales en la elaboración del discurso político actual.
Yo efectué una dura crítica a lo que se da en llamar el Grupo Clarín y acentué, particularmente, lo que a mi criterio había sido una clara manipulación informativa durante la cobertura del conflicto Gobierno vs. Campo, tanto por parte del diario como de Canal 13 y TN.
En este caso no hice más que expresar, libremente, la vergüenza que me provocó -como periodista pero también como simple ciudadano- el ejercicio “periodístico” del Planeta Clarín y sus satélites.
La reacción por parte de la empresa, como es de suponer, fue inmediata.

Y hasta la consideré razonable.

Es más: a uno de los colegas aludidos, Julio Blanck, le dí explicaciones acerca de por qué yo lo incluía en una lista de hombres de prensa que -desde mi punto de vista- sostienen un discurso “progresista” pero le terminan haciendo el juego al llamado establishment.

Hasta ahí todo bien.

Lo que siguió después es distinto.
Las autoridades editoriales (en este momento no se me ocurre otro término) le comunicaron a mis jefes que “de ahora en más” dejara de escribir la página 3 del Zonal (que se supone es la más “importante”) y que me limitara a hacer -es textual- “notas blandas”.

Una estupidez, realmente.

Pero pocas horas después se emitió otra orden: que no se me autorizara a tomar la totalidad de días de vacaciones adeudados, que había pedido para esta semana..
No dieron argumento alguno para justificar la negativa.
La verdad es que por ninguno de estos dos castigos tendría que haberme hecho mala sangre.
Sin embargo, dije “basta” y tomé la decisión de no seguir adelante con mi trabajo en el Zonal, harto del doble discurso de este diario, de su hipocresía, de pontificar en sus editoriales y notas de opinión una cosa para después hacer otra.
Es tanta la repugnancia que sentí por quienes posan como adalides de la libertad de expresión que me dije a mi mismo: “hasta aquí llegué”.

Quiero decir: hace más de 20 años que ejerzo el oficio de periodista; conozco perfectamente los condicionamientos que nos ponen para atenuar o directamente diluir nuestra vocación de contar y decir las cosas como uno cree que son, aun a riesgo de equivocarse.

En fin, en casi todos lados he comprobado (eso tan viejo pero siempre vigente) que una cosa es la libertad de prensa y otra la libertad de empresa.

Pero lo que viví en Clarín en los últimos tiempos superó todo… Gracias a Dios, ¡todavía tengo vergüenza!

Pero lo que ya no tengo es estómago para tragarme las cosas que hace este diario en nombre del periodismo.

A esta altura ya no puedo soportar tanto cinismo.

Como cuando desde un título o una nota se insiste en que no decrece el nivel del trabajo en negro y las condiciones laborales son cada vez más precarias, siendo que en todas las redacciones del Grupo se emplea a pasantes a los que se los explota de manera desvergonzada, obligándolos a hacer tareas de redactor por la misma paga que recibe un cadete, sin obra social ni vacaciones.

Es el mismo cinismo de despotricar contra la desocupación al tiempo que se lanzan a la calle nuevos productos sin contratar a trabajadores, duplicando y hasta triplicando el horario de los que ya están dentro de la maquinaria.

Es el mismo cinismo de presionar a redactores para que se conviertan en editores, bajo la promesa (falsa) de que “algún día” se les reconocerá la diferencia salarial.

Si, como se sostiene el martes 15 en la cotidiana carta del editor al lector, “son los medios y los periodistas los que deben regularse y actuar con responsabilidad democrática”, pues bien Sr. Kirschbaum, yo empiezo por esa tarea. Porque si Clarín tanto se rasga las vestiduras asegurando que respeta la libertad de expresión, ¿por qué sanciona a un periodista que vierte, ejercitando esa libertad de pensamiento, una opinión?

Tengo otras cosas para decirle a usted y a quienes lo secundan (si es que a esta altura todavía están leyendo…): la demonización que practica el diario a través de un “inocente” semáforo que cumple la misión de dividir al mundo en ángeles y demonios (según el interés ideológico o comercial del Grupo), ha llegado al nivel de un verdadero pasquín que nada tiene que envidiarle a las publicaciones partidarias.

Es peor todavía, porque éstas tienen la honestidad de reconocerse como expresiones de un partido político o de un espacio ideológico.

En cambio, Clarín se imprime bajo el infame rótulo de periodismo independiente…

En pos de engrosar la cuenta bancaria se ha perdido todo decoro.

Da la sensación de que los que se llaman periodistas o columnistas ya ni sienten un mínimo de pudor por haberse convertido en contadores del negocio mediático, desvividos por saber cuánto dinero ingresa a las arcas; lo único que les falta es salir con el camión de Juncadella.

Digo esto porque ha sido patética, en la misma carta del editor del martes 15, la reacción editorial contra otros medios periodísticos competidores que estarían atreviéndose a morder un pedazo del queso que el Grupo quiere deglutirse, como de costumbre, solito y solo, calificando a aquellos de miserables, travestidos y miembros de una jauría.

¡Después cuestionan a D’Elía o a Moyano por las palabras “ofensivas” que lanzan contra el periodismo independiente y democrático!

La mayoría de quienes me conocen saben de mi simpatía y hasta cierta militancia por el peronismo.

Pero también saben que no me une ningún tipo de relación con el gobierno, ni con su tan temido Observatorio de Medios, ni con los jóvenes de la Cámpora ni tampoco con sus “grupos de choque”.

La aclaración vale para que estén tranquilos y no piensen que durante estos siete años fui un agente infiltrado en el Zonal Morón.

Simplemente amo el trabajo periodístico, tengo pensamiento propio (aunque, qué le vamos a hacer…: no es el políticamente correcto) y un compromiso de honrar mi oficio.

A Ricardo Kirschbaum, a Ricardo Roa y a tantos otros que mandan les digo que estoy preparado para asumir lo que venga, porque no me extrañaría que las redacciones de otros medios empiecen a recibir llamados telefónicos pidiendo que se me prohíba trabajar de lo que soy.

Tan libre me siento, tan espiritualmente íntegro de poderles decir lo que les digo (aunque les resbale), que ya no me importa si la larga mano del Grupo le pone candado a mi futuro para no dejarme otra opción que trabajar como remisero o repositor de supermercado.

Me voy orgulloso de haber seguido aprendiendo lo que es vocación, oficio, dignidad y ejercicio responsable del buen periodismo.

Que me lo dieron los jefes de los zonales y un montón de amigos y compañeros a quienes no voy a nombrar para evitarles quedar marcados por mi cercanía afectiva.

Me voy avergonzado de la conducta de quienes deberían honrar el trabajo periodístico y no lo hacen.

POSDATA: Mis queridos amigos: aquí les he reenviado el texto del correo que despaché hoy a compañeros del diario y a los principales jerarcas (Kirschbaum, Roa, Blanck, Van der Kooy, entre otros) explicando los motivos de mi renuncia.
Desde mañana, viernes, dejo de trabajar. Ya saben que también dejo el celular del Grupo.
De modo que para comunicarse conmigo por ahora tienen el teléfono de casa y este correo. Espero contar con un nuevo celular la próxima semana.
Fuerte abrazo para todos.
Claudio.

 

Comentarios

@QUIQUERAF

18/04/2010



 



La renuncia es del  3-04-2010)

He tomado la decisión de renunciar al cargo de redactor que ejercía y, como es de rigor en estos casos, quiero despedirme de los amigos que gané durante mis siete años de permanencia en el diario y de los buenos compañeros con los que compartí muchas tardes entretenidas.
Pero no quiero irme sin antes explicarles, a ustedes y también a quienes ocupan los cargos jerárquicos de esta empresa, los motivos de mi retiro.
A fines de marzo la revista Veintitrés me pidió una opinión sobre el rol que cumplen los medios periodísticos y algunos intelectuales en la elaboración del discurso político actual.
Yo efectué una dura crítica a lo que se da en llamar el Grupo Clarín y acentué, particularmente, lo que a mi criterio había sido una clara manipulación informativa durante la cobertura del conflicto Gobierno vs. Campo, tanto por parte del diario como de Canal 13 y TN.
"....harto del doble discurso de este diario, de su hipocresía, de pontificar en sus editoriales y notas de opinión una cosa para después hacer otra.
Es tanta la repugnancia que sentí por quienes posan como adalides de la libertad de expresión que me dije a mi mismo: “hasta aquí llegué”.



este seria un muy buen resumen de motivos de que un periodista renuncie a CLARIN.

Gracias por traerlo a la página Sara.-  
@SERGGIO

19/04/2010



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Descripción
Superada la etapa en la que los poderes económicos mundiales avasallaban a los países a través de la vía militar, el sistema de dominación tiene hoy en los diarios y la televisión, en la radio y los canales de noticias, a sus nuevas fuerzas de ocupación. El Grupo Clarín es uno de los brazos ejecutores de este nuevo método de control, la llamada Mediocracia, que hace de la manipulación informativa y la difamación de sectores políticos, sindicales y sociales, particularmente el peronismo y el movimiento obrero, su práctica cotidiana. 

Este libro describe las relaciones políticas y comerciales del llamado ?gran diario argentino? con representantes del poder mundial como Henry Kissinger y George Soros, que le permitieron constituirse en el grupo económico de medios más poderoso de Iberoamérica. Revela, por otra parte, su participación como promotor del proceso de sojización de la Argentina, para convertir al país en un eslabón de la llamada cadena agroalimentaria mundial. 

Asimismo, este trabajo de investigación incursiona en el análisis y la réplica del pensamiento político, básicamente colonial, que emana desde los diarios La Nación y Perfil y de la boca o la pluma de periodistas como Joaquín Morales Solá, Nelson Castro, Mariano Grondona, Magdalena Ruiz Guiñazú, Claudio Escribano, Eduardo Van der Kooy, Julio Blanck y Alfredo Leuco entre más de una treintena. En la historia de la prensa argentina se hace difícil encontrar un período como éste, en el que se presenta como modelo de honestidad e inmaculadez a un sector tan corrompido que en nombre del libre pensamiento y la independencia informativa ha bastardeado de manera escandalosa el ejercicio periodístico. 

Precisamente, Claudio Díaz, el autor de este Diario de guerra, renunció a su trabajo en el multimedios Clarín tras haber sido censurado por manifestar su pensamiento político, clara evidencia de que los grandes monopolios de la comunicación no ejercen ni permiten hacer uso de esa tan mentada libertad de expresión que dicen defender.

Claudio Díaz es periodista, escritor, docente e investigador de temas históricos. Inició su carrera a los 19 años como periodista deportivo en Crónica. Hacia mediados de la década del ?80, al tiempo de iniciar su militancia en el peronismo, se volcó a la política. Fue redactor en las revistas El Despertador, El Periodista, El Porteño y Línea, además de Jefe de Redacción de Jotapé. Entre sus libros publicados sobresalen La Prensa canalla (como compilador e investigador); La ultraderecha argentina y Manual del Antiperonismo Ilustrado. Por una investigación sobre las sectas pentecostales financiadas por los Estados Unidos ganó el Premio de Periodismo Latinoamericano José Martí, en Cuba, donde fue recibido por Fidel Castro. 

En abril de 2008 renunció a su trabajo en Clarín, donde las autoridades le habían exigido que se retractara de unas declaraciones en las que acusó a ese diario de anudar relaciones con grupos de poder locales y extranjeros para atacar al Gobierno nacional. Dos semanas después de esa denuncia, un grupo comando ingresó a su casa de Haedo, aprovechando que él no se encontraba, y golpeó y amenazó de muerte a su madre, además de revolver su dormitorio y la sala donde trabaja. En la actualidad es columnista de las revistas Contraeditorial y La memoria de nuestro pueblo. Además publica sus artículos en los sitios de Internet: Nacional y Popular; Ida&Vuelta; El Ortiba; Pensamiento Nacional; Clan Recu-Perón; Mensaje Walsh; Agencia Paco Urondo y Qué te pasa Clarín, entre otros
 
@QUIQUERAF

19/04/2010



http://1.bp.blogspot.com/_hdrENZcVLa0/SwLUgreevhI/AAAAAAAACgs/EPMnBx_bvNI/s1600/capos-de-la-noticia.jpg

hay cosas, como esta imagen, que me hacen acordar a una frase (que realmento NO me acuerdo quien la dijo):

el periodismo independiente ha muerto, solo leemos lo que escriben los gusanos de su cadaver.......  

ARG

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MUJER de 54 en Monte Grande

Me gusta ir al teatro, al cine, recitales, resto, y más aún viajar.

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Soy directo, frontal, hablo cuando es necesario, siempre digo lo que pienso, me

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