SEXO EN EL ESPACIO

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@QUIQUERAF

25/08/2011#N37704

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Por Alejandro Agostinelli periodista y editor del blog Factor 302.4

Hace unas dos décadas, en Italia, la Asociación Astronautas Autónomos (AAA) planificó uno de los primeros proyectos de exploración independiente del espacio. Propuso, entre otras cosas, instruirse para construir naves espaciales en el garage. Pero el verdadero sueño de Riccardo Belli, uno de sus fundadores, era copular en gravedad cero. Disfrutar de "las infinitas posiciones para obtener placer" en un ambiente de libertad total.Para la NASA, una institución paradójicamente conservadora, el coito espacial siempre ha sido un tema culturalmente prohibido. Pero basta revisar biografías, noticias y documentales para que el sexo aparezca en toda su desmesura. Mullane fue el primero en hablar públicamente del llamado "efecto Viagra", en un ambiente sin gravedad. Por las mañanas, dada la redistribución de líquidos, como el fluido sanguíneo, el órgano sexual masculino se pone duro como el roble. No es una reacción de la que puedan obtener algún beneficio; al revés, a menudo les causa dolor. Jan Davis y Mark Lee se pusieron de novios en el entrenamiento y se casaron poco antes de la misión que emprenderían juntos, en 1992. Era demasiado tarde para reemplazarlos y fueron enviados al espacio en el Endeavor. Fueron la primera pareja sexual confesa en órbita y los primeros en pasar allí su luna de miel. Un astronauta ruso le confió a Roach que en el espacio exterior los seres humanos somos más atractivos: "Sin la gravedad, el cabello tiene más cuerpo, los pechos femeninos no se caen y hay más cantidad de fluidos corporales que migran a la cabeza". Un médico de abordo cierta vez les aconsejó a los astronautas practicar la autoestimulación para prevenir infecciones de próstata. Sin embargo, no hay una política oficial sobre masturbación orbital. "Cuando un amigo me pregunta: "¿Cómo tienes sexo en el espacio" yo le digo: "¡A mano!", dijo el cosmonauta. Con todo, no debe ser fácil cuidarse la próstata en un ambiente monitoreado las 24 horas del día. Sir Richard Branson, ofrecerá vuelos suborbitales tripulados por $ 200.000. La propuesta es turística, pero otros empresarios, que van más rápido que la velocidad de la luz, le ofrecieron a Branson $ 1 millón para rodar a bordo de la nave una película sobre sexo en gravedad cero. Branson rechazó la oferta porque —dice— provino de una productora de películas porno.Creáse o no, la primera investigación pública de cópula en gravedad cero fue independiente. La iniciativa tiene poco de secreto, pero una mujer —la poeta y novelista Vanna Bonta— masticó el asunto y puso el cuerpo, y a su marido Allen, para probar un dispositivo de su invención, el 2suit, un "traje para dos". La parte delantera de la prenda se desabrocha con velcro, adhiriéndose al traje de la pareja para asegurar el contacto físico. En el programa The Universe: Sex in Space, emitido por History Channel, vemos las acrobacias que deben hacer Vanna y Allen para unirse en los 30 segundos de ingravidez que permite el vuelo suborbital. Nadie puede saber si aquella torpe maniobra de acoplamiento fue el primer paso para la colonización humana del universoNaturalmente, hay más leyendas de sexo cósmico que historias reales. Es falso, por ejemplo, el kamasutra de diez posiciones para hacer el amor sin gravedad que circula desde 1989, dado por bueno por el astrónomo francés Pierre Kohler —y luego en infinidad de sitios web— en el capítulo sobre sexo espacial de su libro La Dernière Mission (2000). Estos engaños proliferan a causa de la desidia con que la NASA aborda la cuestión de la sexualidad humana en el espacio. Pero si quiere ir a Marte, o volver a la Luna, tiene que hacerse a la idea de que los astronautas deberán tener una madura relación con sus emociones, su cuerpo y sus deseos, en unos viajes donde no habrá tanta agua para duchas frías.

Desbaratar el tabú sexual ayudará a sofocar —que no a apagar por completo— la candente mitología que rodea el asunto. Aunque los astronautas veteranos ya saben que es falso el refrán más popular entre los novatos: "En el espacio nadie te oye gemir".