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Escrito por
@PERICLES

25/01/2012#N39442

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           Hace veinte años yo pensaba que la virilidad era una cualidad relacionada con la potencia sexual. Los años se han encargado de demostrarme que no es así, ni mucho menos. En primer lugar, porque la potencia sexual no siempre va de la mano del placer. Es necesaria, claro está, pero no alcanza per sé para proporcionarle placer a una mujer, y ni siquiera a uno mismo. Hace falta, además, y fundamentalmente, cariño, dulzura, ternura y una pasión arrebatadora. El placer verdadero nace del amor. Lo que no se siente, no puede ser placentero. Podrá dejar alguna satisfacción, pero no placer. Por otra parte, tales satisfacciones culminan con el propio acto sexual. En cambio el amor engendra luz, magia, calor, pasión, belleza viva, antes, durante y después del acto. La virilidad, entonces, es esa virtud masculina de saber tratar a una mujer. Y tal vez ni siquiera sea una virtud masculina. Es probable que sea al revés: la mujer que uno ama tiene la virtud de hacer sentir al hombre más hombre, de imprimirle esa energía, esa potencia, esa ternura, esa pasión...De lo que se puede deducir que un hombre no es viril si no ama a una mujer, aunque se acueste con veinte. O, lo que es lo mismo: un hombre no es totalmente hombre hasta que una mujer lo enamora hasta el éxtasis... 

 

Comentarios

@PERICLES

28/01/2012



 Gracias Silvana. Aunque nos resistamos a admitirlo muchas veces, los hombres nos completamos con ustedes, o mejor dicho el hombre se completa con la mujer que ama y que lo ama. De otro modo es un ser inconcluso...Yo sigo buscando la pieza que me falta...