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Escrito por
@JAQUELINA

20/03/2013#N43002

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 ALGO QUE DECIR

 

Una voz, se alzó un día….y mancilló indiscriminadamente a quién se oponía a sus designios.

“Un alma rebelde”, capaz de discernir e interpretar entre líneas ciertas personalidades;  se opone o diciente, es una amenaza para aquellas personas que teniendo el poder de la palabra, convencen a sus  seguidores y a los vulnerables, sintiéndose absolutos dueños de la verdad.

 Por lo cual, el don que les concedede la palabra,  resume la guía de lo que se debe hacer y pensar, les confiere el poder de la credibilidad; aunque no se aplique en su propia existencia.

 Ellos tienen la receta perfecta infalible de tu exitosa vida. Los  rebeldes, no suman a la ideología que pretenden transferir a su rebaño. No toleran no quebrantar la personalidad en la cual no logran influenciar. Y van como hormigas, trazando senderos que alejen definitivamente a la indomable presencia que su ego no resiste doblegar. Perpetrando la venganza, que nace desde el dragón de su ego, siguen rasgando en el camino que los lleve a lograr su cometido.

Lo interesante de este cuento, tan real, es, pensar lo que sucede entre los seres humanos, que se permiten alimentar de chismes, sin confrontar ni nutrirse del conocimiento. Que lugares designan a sus mentes, para rumiar y contribuir a laborar en ese perfecto hormiguero que solo se aviva bajo tierra.

Es triste reconocer que esto sucede en todos los ámbitos de la vida. Es la piel que se despelleja vorazmente desde los orígenes.

Es parte de esa humanidad que deshumaniza.

Pero más pienso en esos otros seres, que por ser libres, independientes, y expresarse sin ataduras. Son castigados, defenestrados, enjuiciados, señalados, ignorados. Y por supuesto, que alguien  no se atreva  a demostrar algún tipo de simpatía o consenso, no sea cosa que alguna hormiguita pueda defenestrarle también.

No importa lo que hagas, ni lo que digas, siempre habrá alguien dispuesto a señalarte. Sin la preocupación de conocerte. Es más fácil echar a rodar la rueda, y eliminar la competencia.

Pero el mundo es, increíblemente una gigante rueda…

Y una conciencia tranquila es una fuerza indomable.

Aunque la justicia, no haga su parte.

Jaquelina

 

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